El derechista José Raúl Mulino, que sustituyó a Ricardo Martinelli tras su inhabilitación, ha ganado las elecciones presidenciales en Panamá, por una amplia diferencia respecto a sus adversarios.
Mulino, que prometió "devolver el dinero a los bolsillos de los panameños" una vez que el expresidente Ricardo Martinelli fue condenado a más de 10 años de prisión y que ansiaba con recuperar el poder, emuló a Milei, tras su proclamación, con un "¡Misión cumplida, carajo". También avanzó el nuevo jefe del ejecutivo su compromiso con la búsqueda del "consenso político y la promoción de un gobierno pro empresa privada, sin descuidar las necesidades de los más desfavorecidos".
El nuevo titular del gobierno reconoció que asume el cargo "con gran responsabilidad y humildad", tras una campaña que calificó como "dificilísima" y llena de obstáculos, en la que se trató de "boicotear" que un partido "legalmente constituido pudiera tener un candidato a la presidencia".
Laurentino Cortizo, el presidente saliente y cuya gestión ha sido muy cuestionada por los panameños, ha sido de los primeros en felicitar a Mulino y ha asegurado que el traspaso de poderes - hasta el 30 de junio continuará al frente del gobierno - "será ordendo".
El país se enfrenta a numerosos retos después de haber sufrido una fuerte sequía, protestas en las calles como consecuencia de la crisis económica. A los que se unen la lucha contra la corrupción, problemas medioambientales, fiscales, migratorios, que le tocará resolver a Mulino.