miércoles, 08 de mayo de 2024

'Nuestros centros no son rincones para la nostalgia'

Juan José Cantalapiedra.
El Presidente de la Federación de Casas Regionales de Madrid, (FECAREMA) nació en La Seca, Valladolid. Además de presidir este colectivo, Cantalapiedra, es Secretario General de la Asociación de la Prensa de Madrid. Entre sus declaraciones destacan las siguientes frases: 'Las casas regionales son escuelas de convivencia porque el aire familiar que se respira en estos centros no existe en ningún otro tipo de asociación ' o 'Los jóvenes si están presentes en nuestros centros pero no en la proporción en la que nos gustaría'. ¿Qué momento atraviesan en la actualidad las casas regionales españolas?
Las casas regionales atraviesan por un buen momento, hay cosas que es necesario mejorar, pero en general el momento es muy bueno. Las casas regionales de Madrid representan a más de 200.000 asociados en un colectivo de 84 casas regionales. No hay ningún gran municipio en Madrid que no tenga tres o cuatro casas. Además, su número sigue creciendo.

¿Siguen teniendo sentido en una sociedad de las comunicaciones como la actual?
Tienen una total vigencia en nuestra sociedad. Bien es cierto que las casas que quieran seguir existiendo y ser útiles a la sociedad y a sus afiliados tienen que evolucionar. Precisamente, este ha sido uno de los puntos de debate en el Congreso. Las casas ya no son aquellos lugares que surgieron como rincones para la nostalgia en el que los habitantes de un determinado lugar se reunían para celebrar las festividades locales. Ahora, estos centros se han transformado en espacios abiertos para la comunicación y el desarrollo. Las casas regionales son auténticas escuelas de convivencia, porque el aire familiar que se respira en estos centros no existe en ningún otro tipo de asociación. Hay principios muy sólidos en los que asientan su trabajo, como la solidaridad, el respeto al pluralismo, la libertad y la dependencia. Aquí no se hace política de partido, porque por aquí pasan muchos tipos de personas y nadie debe percibir en los directivos ningún tipo de orientación política.

¿Hay casas que funcionan mejor que otras?
Sí, eso es algo que pasa en todo tipo de organizaciones. Las que están situadas fuera de Madrid capital funcionan mejor. Las razones son que tienen una mayor participación diaria en la vida de su municipio. Han conseguido buscar acuerdos de colaboración con los ayuntamientos donde están ubicadas y salir fortalecidas en sus actividades.

¿En un momento en el que se han frenado las migraciones interiores se debilitan también las casas regionales?
Es verdad que cada vez son menos las personas que dejan su provincia para buscar trabajo en otros lugares. Ahora lo que hemos detectado es el fenómeno inverso. Muchos de los que fueron emigrantes hace 30 ó 40 años y han llegado a la edad de jubilación están volviendo a sus pueblos de origen. A veces sólo para pasar unos meses al año, pero en otros casos para trasladarse definitivamente. Este retorno apenas tiene incidencia en el funcionamiento de nuestros centros.

¿Han sabido adaptarse al paso del tiempo?
No nos ha quedado más remedio. Todos somos conscientes de los diferentes momentos que nos ha tocado vivir y por eso supimos que teníamos que adecuar la actividad de nuestra entidad al momento actúa. Tenemos una presencia constante en los medios de comunicación, un programa de radio semanal de una hora de duración para hablar de nuestros centros y estamos negociando con una televisión la puesta en marcha de un programa semanal también sobre los centros regionales.

¿Se apoya desde la administración de forma eficiente a este tipo de organizaciones?
Tengo que decir que sí. Tanto la Comunidad de Madrid como los distintos ayuntamientos de la provincia apoyan sin ningún tipo de cicatería el trabajo de nuestras entidades. En el caso concreto de la Federación de Casas Regionales de Madrid tenemos dos convenios, uno con la Comunidad y otro con el Ayuntamiento, que nos permiten desarrollar numerosas actividades.

¿Parece que la tendencia es que las casas regionales sean cada vez más centros de una Comunidad Autónoma que de una provincia?
Sí, efectivamente. En la actualidad las únicas casas provinciales que quedan en Madrid son las de Castilla y León, el resto de las provincias se han unido en sus respectivas comunidades. Hemos intentado dar el paso hacia la unión de estas casas pero ha sido imposible. Chocan intereses de todo tipo, desde las propias autoridades de cada provincia que quieren un centro propio e independiente en Madrid, y en otros casos el personalismo de los directivos que no están dispuestos a perder el poder de sus centros.

¿Qué deben ofrecer las casas regionales a los jóvenes para conseguir atraerlos?
Los jóvenes sí están presentes en nuestros centros, pero no en la proporción en la que nos gustaría. Aquí se desarrollan actividades de muchos tipos pensando en ellos, tales como teatro, música, bailes regionales, etc. Estos grupos están unos años vinculados a la casa, pero a partir de los 25 o los 26 años buscan otros lugares de reunión. Sin embargo, casi todos ellos vuelven después. Hay una segunda etapa en la que se casan y tienen hijos, con los que vuelven a vincularse a su centro regional. En cualquier, caso este es un tema que para nosotros es prioritario y lo abordamos en todas nuestras reuniones. Por un lado, porque entendemos que los jóvenes tienen que ir tomando responsabilidades en sus respectivas casas regionales y por otro porque de esta forma conseguimos sacarles del botellón y la litrona.