¿Quién sabe que el mítico director de cine  Eloy de la Iglesia era de origen gallego? O que Mauricio Flores,  el embajador de la pintura vasca en Latinoamérica, tenía sangre gallega. El éxito de la emigración gallega a Euskadi se mide en el excelente grado de integración de los emigrantes en una tierra que les ofreció oportunidades laborales y de futuro. Sin embargo, la huella de este éxito puede diluirse en el tiempo y pasar, como tantas otras veces, al olvido.

La periodista María Feijoo acaba de publicar un libro sobre la emigración gallega en Zarautz, donde destaca las aportaciones de este colectivo al mundo de la cultura, empresarial y deportivo.

“El libro es un recuerdo que nos permite dejar por escrito la memoria de nuestro paso por Zarautz”, explica la escritora.  A lo largo de sus páginas se narra la historia de la inmigración gallega en Zarautz. María Feijóo destaca entre las curiosidades halladas, que dos grandes personajes del mundo de la cultura vasca y española son hijos de gallegos que emigraron a Zarautz: el cineasta Eloy de la Iglesia, conocido sobre todo por sus pelis de los 80 sobre la marginación y la delincuencia juvenil (“La estanquera de Vallecas”, “Navajeros”, “El Pico”) y el pintor Mauricio Flores Kaperotxipi, que fue el embajador de la pintura vasca en Latinoamérica y sobre todo en Argentina.

 “Aparte de la gran contribución que han realizado los gallegos al mundo de la cultura, también destaca lo que han aportado en la construcción de Zarautz”, señala la autora. En este sentido, resalta que dos de las grandes empresas de Obra Civil de España “se fundaron aquí: son Construcciones Sobrino (vendida a OHL) y Grupo Murias”.

No son las únicas “sorpresas” que esperan al lector. La obra también permite descubrir como fue un gallego que emigró a Zarautz en los años 50, el responsable de reflotar el mundialmente reconocido ciclismo vasco. Gabriel Murias, que fue el fundador de la empresa Construcciones Murias, patrocina el equipo ciclista Murias Taldea (que se presentó en octubre de 2014), que ha sido la salvación del ciclismo vasco tras la desaparición del equipo Euskaltel.

La colonia gallega 

La colonia gallega en Zarautz nunca ha superado las 150 personas, en un pueblo que cuenta con 25.000 habitantes. Sin embargo, organiza anualmente una de las romerías más multitudinarias de las que se celebran en Euskadi, donde se juntan 15.000 personas.

El libro ha sido editado por el Ayuntamiento de Zarautz como un reconocimiento a las contribuciones realizadas por el colectivo para hacer de Zarautz un pueblo mejor.