viernes, 03 de mayo de 2024

Andrys Jesús Palen: "¿Queloqué?", un saludo oído en O Couto a la dominicana

Amanece en Vistahermosa. Andrys Jesús Palen Marte (Santo Domingo, 1978), padre de familia de impecable peinado, desayuna una Malta Morena antes de hacer el camino “a veces en coche, a veces andando”, hasta su establecimiento en la calle Jesús Soria. Esta cerveza dulce sin alcohol de origen dominicano, así como otros variados productos latinos, aguardan por él en los estantes del Locutorio El Couto, que aún conserva el cartel con el nombre que le habían dado sus anteriores propietarios. Andrys lleva desde noviembre al frente de esta tienda. “Me lo traspasó un amigo, si lo quitaron a lo mejor es porque no funcionaba pero cada quien trabaja diferente”, opina. Se lanzó a esta aventura aconsejado por su mujer, también dominicana, que le ve aptitudes para el negocio.

Andrys Jesús Palen
Andrys Jesús Palen

De logística sabe, porque trabajó en los polígonos de San Cibrao y en el parque empresarial de Pereiro, y del producto se ve que también. Volvemos a las birras a golpe de buena mañana. “Esta es muy amarga pero de mucho alimento, se bebe con leche condensada”, señala Andrys una Tiegerbräu, también de origen dominicano, que por lo visto se le da también a los niños en este potaje de lúpulo, lácteo y cebada. “El aguacate… el guineo maduro que ustedes dicen plátano, también se vende verde y se tiene que hervir”, se deleita un poquito Andrys Jesús que, por lo demás es sintético, en hablar de los manjares dominicanos. “La alimentación número uno de nuestro país, plátano y arroz”, aclara.

Destino Galicia

Llegó a Ourense hace diez años donde ya residía su cuñado. Deja allá una cafetería, a su mujer y sus cuatro hijos. “Aquello funcionaba pero uno siempre quiere buscar nuevos horizontes”, comenta. Tras cuatro años los trae a casi todos. Sus niños ya son adultos, el mayor trabaja en la peluquería de al lado. “Él me cortó el pelo”, aclara cuando se le alaba la precisión y el diseño del corte. “Los dos pequeños, la hembra de diecinueve y el varón de diecisiete todavía están estudiando”, comenta sobre los dos menores, alumnos en el Instituto del barrio. Cuenta un hijo que todavía vive allá y trabaja en banca. “Quiere venirse porque está solo, pero es complicado”, comparte la situación de este joven de 26 años que optó por quedarse, y sobre el que ahora no pueden solicitar la reagrupación familiar al haber pasado la mayoría de edad. “Ya tengo que no lo veo cinco años”, comenta con pesadumbre.

Se trasladó un tiempo a Ribeira Andrys Jesús porque allá tenía una tía, a probar suerte en una lonja. “Sé filetear, envasar pescado… también trabajé en mi país ocho años como encargado de pescadería”, informa. “Allí llovía treinta días”, comenta sobre esta ciudad del Barbanza. A pesar de no ser amante del frío ourensano lo prefiere al clima de nuestras costas.

Andrys Jesús Palen

“Voy al Paco Paz y a veces tiramos pachanga con algunas personas”, habla Andrys Jesús de baloncesto con gallegos en su mayoría, y es verdad que se sienta para hablar en estilo banquillo, y se le ve en buena forma a pesar de las capas de ropa. De cuello para arriba se está dando un repaso, quitando el peinado impoluto, acaba de operarse de pterigión, “le dicen uña que te va tapando el ojo”, señala una pupila cristal escondida. “Siempre tengo los párpados como caídos, miro así”, sonríe el dominicano que no deja lugar al misterio. Pronto visitará al dentista porque un diente curioso asoma en una sonrisa por lo demás armónica. “De niño me caí en el baño y me lo partí”, aclara sin pudores.“Sencillez”, dice sobre sí mismo. Todo claro. 

De sus gustos, “arroz, habichuelas, carne y ensalada”, sobre las celebridades ourensanas “el síndico”, y para beber el ron brugal añejo por encima de cualquier licor o aguardiente del terruño. Andrys Jesús Palen Marte es un ourensano en los papeles de alma cien por cien dominicana.

Habrá que conquistarlo con un ‘queloqué’ al franquear la puerta de su negocio, para que responda, “tranquilo”, y dejar que nos despida con un ‘Dame banda’, que viene a ser un ‘déjame en paz’. Así es este isleño ourensano, , ya puede entrar el estrés bramando por la puerta, él, siempre en calma.

Andrys Jesús Palen