miércoles, 08 de mayo de 2024

“No podía dejar de llorar de la alegría cuando me dijeron que mi acta de nacionalidad estaba lista”

Rosario en Madrid
Rosario en Madrid

“Seguro que mi padre y mi abuelo comparten mi alegría allí donde estén porque para mí, y para todos los que llevamos tanto años luchando, ser español va mucho más allá de un papel o de un pasaporte. Es el reconocimiento a nuestros derechos de sangre, es un vínculo emocional, un sentimiento muy fuerte el que tenemos de pertenencia, que nos dejaron nuestros abuelos y padres incrustrado en el corazón”. Emoción, alegría, y también el orgullo de quien ha librado una larga y cruenta batalla trascienden en cada palabra, en cada recuerdo del relato de Rosario Rigada y de cada uno de los hijos y nietos de españoles que en los últimos meses han podido obtener la nacionalidad española o están aún en el proceso de hacerlo.

Abuelo Rosario
Daniel Rigada, abuelo de Rosario en primer término

Daniel Rigada el abuelo de Rosario, como tantos otros españoles nacidos a principios del siglo pasado dejaba su Cantabria natal con apenas 13 años. Con una mano delante y otra detrás y con el corazón roto por tener que dejar atrás a  su familia, y el temor a un futuro incierto, Daniel tomó rumbo hacia Veracruz. Tardó 50 años en volver a su Ontón natal, y lo hizo justo a tiempo de despedirse de Justa, su madre, para siempre…

 

Casa Ontón
Vivienda familiar en Ontón, Cantabria

“Después de mucho esfuerzo, mi abuelo volvió a emigrar con un grupo de chicos españoles al norte de México. Y tras superar miles de obstáculos pudo formar su propia familia, y enviar las primeras remesas a Cantabria”, cuenta Rosario, quien considera que se habla poco y se reconoce menos la contribución que han hecho los emigrantes y sus descendientes a la economía española, en momentos en los que el país lo necesitaba.

“En mi familia fuimos educados en clubes españoles. Mis abuelos y mis padres nos enseñaron los valores, el amor a la cultura, a España, a las raíces. Ese legado lo consideramos propio, llevamos en el alma en el corazón, en la piel, en todos lados el amor por España”, prosigue Rosario quien no ha olvidado, ni ha dejado un solo día de transmitir a sus propios hijos las historias que el abuelo Daniel le contaba de su infancia en Cantabria.

Sin embargo, ella como a otros tantos hijos y nietos de emigrantes han tenido que recorrer un largo camino para que sus derechos les fueran reconocidos. En su caso han sido 14 años. “Iniciamos la lucha con la Ley de Memoria Histórica, que permitió a muchos descendientes acceder a la nacionalidad, pero otros muchos quedamos fuera. De los 4 supuestos el mío fue el de los nietos de abuelo obligados a nacionalizarse en el país de acogida”, recuerda, lo que provocaba situaciones rocambolescas dentro de una misma familia como que hijos del mismo padre o del mismo abuelo – ya que las mujeres perdían la nacionalidad al casarse con un extranjero – fueran españoles y otros no. “A nosotros nos ocurrió cuando viajábamos a España entrábamos unos por la Aduana como extranjeros y otros como españoles.  Yo no sabía que decirles a mis hijos cuando me preguntaban: ¿por qué mis primos son españoles  y nosotros no?”, lamenta aún hoy Rigada.

Danny y Diego, hijos de Rosario y futuros españoles
Danny y Diego, hijos de Rosario, pendientes de obtener la nacionalidad española

Miles de excluidos liderados por Juan Manuel de Hoz y el grupo CeDEU iniciaron una lucha que ha durado más de 13 años. Un senda difícil, llena de obstáculos, en el que desde el colectivo reconocen que ha habido de todo pero sobre todo una gran insistencia por tratar de convencer a los partidos políticos de que sus reivindicaciones eran justas.

“Ya soy orgullosamente española. No podía dejar de llorar de la alegría cuando me dijeron que mi acta de nacionalidad estaba lista”, afirma emocionada Rosario para a renglón seguido asegurar que siempre se ha sentido española y también cántabra. “Mi plan, como la gran mayoría de descendientes de emigrantes que tenemos nuestras vidas hechas en nuestros países de nacimiento, y gracias a nuestros abuelos hemos podido prosperar y asentarnos, es ir tantas veces como podamos a pasar los veranos en Cantabria, que son maravillosos, algunas navidades y cuantas veces pueda a diferentes lugares de España. Amo a España, aunque mi preferida es Cantabria”, pero en ningún momento se plantea en asentarse en el país de su abuelo.

Papeles
Rosario con su demanda de solicitud ante el Consulado de México 

Concluye esta mexicana y española a partes iguales señalando que “esta ley fue amplia, inclusiva y eficaz” y destacando su “eterno agradecimiento al PSOE por atender nuestras demandas. Ojalá que si hay un cambio de gobierno en España y se deroga la Ley de Memoria Democrática , al menos se respete su  vigencia hasta el 2024 y puedan acceder la mayor parte de descendientes posibles. Si tienen dudas o algún problema para acceder a la Nacionalidad, les pido que se acerquen a CEDEU en sus países, que estarán atentos y dispuestos a ayudarlos. Y que lo hagan pronto, porque no sabemos si se derogará esta ley y los envíos de documentación son lentos”.