domingo, 16 de junio de 2024

Un 10% de la población africana emigrará a otros países por efecto del cambio climático

El cambio climático tiene numerosos efectos sobre la salud que afectan en mayor proporción a las poblaciones más vulnerables, como en África, donde se prevé que "el 6 por ciento de la población total del Norte de África y el 3,5 por ciento del África subsahariana emigre por el cambio climático", siendo el continente más afectado, según Annick Lenglet del Centro Internacional de Soluciones a la Resistencia Antimicrobiana (ICARS).

"Los países que más contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero son Estados Unidos, Rusia y Australia. En cambio, los más vulnerables al cambio climático son los países de África, América Latina y el sureste asiático, que tienen ingresos bajos y medianos. Estas naciones están sufriendo más el impacto del cambio climático a pesar de no ser las principales responsables", afirmó Lenglet durante la jornada 'La vigilancia de salud pública ante el cambio global', organizada en el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

Lenglet destacó que para el año 2050 se prevé que el 9,5 por ciento de la población africana emigre debido a este fenómeno, una cifra "mucho más alta" que en otras regiones como el sureste asiático o Latinoamérica (1,6%), Europa (1,7%) y el este asiático y el Pacífico (1,9%).

La experta explicó que el cambio climático tiene efectos directos e indirectos en la salud humana. Entre los directos se encuentran el calor extremo, la contaminación del agua y del aire, y la disminución de la disponibilidad y calidad de alimentos y agua. Los efectos indirectos incluyen conflictos, violencia, enfermedades relacionadas con el calor, enfermedades transmitidas por vectores, enfermedades cardiovasculares, salud mental y enfermedades respiratorias como el asma.

Lenglet subrayó que la desigualdad juega un papel crucial en la exposición a estos efectos, la sensibilidad a ellos y la capacidad de adaptarse. "No todas las personas tienen el mismo riesgo de exposición al calor. La sensibilidad depende de factores sociodemográficos como la vivienda, y la capacidad de adaptación está relacionada con la inversión en sistemas que reduzcan la vulnerabilidad, como el manejo del agua", añadió.

Por tanto, aunque el cambio climático no se puede evitar, sus efectos se podrían mitigar con "liderazgo y compromiso político real, marcos políticos y gobernanza global, e investigación sobre la implementación de intervenciones exitosas adaptadas a los contextos de los países".

"El cambio climático debe ser una de nuestras prioridades por su impacto innegable en la salud y la vida de las personas, aunque algunos lo nieguen. La equidad debe ser un enfoque predominante en su abordaje", enfatizó Óscar Zurriaga, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología.

Durante la jornada, Jordi Figuerola, investigador de la Estación Biológica de Doñana del CSIC, advirtió sobre el impacto del cambio climático en la difusión de enfermedades transmitidas por vectores como el mosquito tigre y el Virus del Nilo Occidental (VNO). "La temperatura influye en la abundancia de los vectores. La lluvia y la temperatura afectan el desarrollo de los mosquitos", señaló, aunque aclaró que "más calor no necesariamente significa más mosquitos".

Figuerola explicó que la difusión del mosquito tigre en países como España no se debe solo al cambio climático, sino también a la globalización. En cuanto al Virus del Nilo Occidental, indicó que "una mayor temperatura aumenta la incidencia del virus", aunque su proliferación en humanos dependerá de la gestión de los mosquitos en áreas habitadas.

Por otro lado, Pedro Gullón, director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, afirmó que "la salud pública es una decisión política" y que el proyecto de creación de la Agencia Estatal de Salud Pública podría ver la luz en julio o septiembre. Gullón también mencionó la creación de una red estatal de vigilancia de salud pública, actualmente en revisión en el Consejo de Estado, pendiente de aprobación en el Consejo de Ministros.

"Estamos esperanzados en que la Agencia Estatal de Salud Pública y la Red de Vigilancia en Salud Pública se hagan realidad pronto. Mantenemos la esperanza y pedimos a sus impulsores que perseveren", concluyó Zurriaga.