El 1 de noviembre de 2005, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución 60/7 en la que designó la fecha del 27 de enero como Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Desde entonces, entidades públicas y privadas en todo el mundo se hacen eco de la recomendación de la ONU y recuerdan aquellos sucesos como enseñanza universal para las generaciones actuales y futuras.

Celebrada por vez primera en Aragón en 2010 por iniciativa de Rolde de Estudios Aragoneses y de la Amical de Mauthausen, de nuevo la Sala Goya del Palacio de la Aljafería será escenario de un acto de recuerdo. Será este martes, 27 de enero, a las 19.30 horas. La elección del lugar no es casual, pues las Cortes de Aragón son el referente actual del espíritu de participación y voluntad democrática del pueblo aragonés.

Este año se ha establecido como tema central del Día Internacional: “Keep the memory alive / Mantened la memoria viva”. Es la constatación de que, en el 70º aniversario de la liberación de los campos nazis, cuando cada vez menos supervivientes de aquella barbarie pueden contar en primera persona sus experiencias, el testigo debe ser tomado por generaciones que hagan bueno el aprendizaje de ese pasado con un radical compromiso presente.

Amical de Mauthausen trabaja desde hace décadas en favor de la memoria de todos los españoles, en su mayoría republicanos exiliados, que sufrieron deportación en los campos nazis, y organiza multitud de actividades, con gran incidencia en las etapas de formación y educativas.

Por su parte, Rolde de Estudios Aragoneses, asociación cultural declarada de utilidad pública, con una larga trayectoria de trabajo por la cultura aragonesa, pone el acento en la necesidad de que este Día Internacional “se convierta en un día de memoria, de recuerdo y de resistencia frente a cualquier forma de violación de los derechos de los seres humanos”.

Ésa es la filosofía del acto del próximo día 27, en el que intervendrán representantes de los colectivos perseguidos por el nazismo, así como familiares de republicanos aragoneses que, exiliados tras su derrota en la guerra civil española, se vieron abocados a la deportación y el exterminio.