23/11/2011
10:44 h.
El escritor Jordi Sierra i Fabra, autor de 'Sombras en el tiempo', galardonada con el X Premio de Novela 'Ciudad de Torrevieja', asegura, que su obra es un homenaje a todos los emigrantes de la posguerra española. 'Mi novela se ha escrito sola, porque la familia de mi mujer emigró desde Murcia a Barcelona en los años cuarenta y me sé muchas de sus historias reales al dedillo de tanto escucharlas durante las reuniones familiares', confiesa el escritor.
Así, la idea del conato de 'deportación' de Carmen Cerón y sus tres hijos a su llegada a la Estación de Francia, en Barcelona, estuvo inspirada en la historia real de una prima de Antonia, su mujer, y en su experiencia cuando trabajó en la fábrica Hispano Olivetti, así como en los contratos y las hojas de salarios que guardó durante años una tía política suya.
'Mi novela discurre entre 1949 y 1952, cuando los anarquistas hacen estallar diez bombas en Barcelona, se ficha al futbolista Kubala, se convoca la primera huelga de tranvías, Franco visita la ciudad y se celebra el Congreso Eucarístico, con un millón de personas como asistentes', nos sitúa Sierra i Fabra.
La trama está protagonizada por Carmen y Antonio Cerón, un matrimonio murciano con cuatro hijos, que se instala en Barcelona en busca de una vida mejor y tiene que abrirse paso entre unas gentes con otras costumbres y otra lengua, en las que las heridas de vencedores y vencidos están todavía abiertas.
Con un piso realquilado como vivienda, Antonio Cerón se buscará la vida como albañil; Carmen y su hija pequeña, �?rsula, encontrarán sendas casas para servir; Fuensanta, la veintañera, será dependienta de una perfumería y su atractivo hijo Ginés sacará dinero de los chanchullos del estraperlo y se ligará a lo mejor de la sociedad catalana.
Con las cartillas de racionamiento, la represión franquista, la amenaza de cárcel para su hijo pequeño, el quinceañero Salvador, por sus tendencias homosexuales y el estigma de ser emigrantes, discurre la vida de la familia Cerón, dispuesta a subsistir y a superar la adversidad. 'El motivo de la emigración es siempre el hambre o una fuerte represión política, tanto en la posguerra como en el siglo XXI, pero yo creo que ahora hay más respeto hacia este colectivo; sin embargo, quien sale intransigente ahora, es aún más visceral que antes', reflexiona Sierra i Fabra. 'Esta es una novela de esperanza, de gente que intentaba salir adelante pese al miedo y la falta de libertades, que sabía valorar las pequeñas cosas y disfrutaba como el que más cuando podía permitirse 'hacer' un día un cine, concreta Sierra.
A su juicio, la actual crisis nos tiene atrapados en la desesperanza y al mismo tiempo, somos más insatisfechos, porque, reflexiona, 'nos complicamos la vida por tonterías'. Sobre el mensaje de su novela, el escritor sonríe escéptico: 'yo escribo porque me gusta, por puro instinto; desde pequeño quería ser novelista para contar historias, pero no para cambiar el mundo, sino para encontrar un público que me leyera'.
Así, la idea del conato de 'deportación' de Carmen Cerón y sus tres hijos a su llegada a la Estación de Francia, en Barcelona, estuvo inspirada en la historia real de una prima de Antonia, su mujer, y en su experiencia cuando trabajó en la fábrica Hispano Olivetti, así como en los contratos y las hojas de salarios que guardó durante años una tía política suya.
'Mi novela discurre entre 1949 y 1952, cuando los anarquistas hacen estallar diez bombas en Barcelona, se ficha al futbolista Kubala, se convoca la primera huelga de tranvías, Franco visita la ciudad y se celebra el Congreso Eucarístico, con un millón de personas como asistentes', nos sitúa Sierra i Fabra.
La trama está protagonizada por Carmen y Antonio Cerón, un matrimonio murciano con cuatro hijos, que se instala en Barcelona en busca de una vida mejor y tiene que abrirse paso entre unas gentes con otras costumbres y otra lengua, en las que las heridas de vencedores y vencidos están todavía abiertas.
Con un piso realquilado como vivienda, Antonio Cerón se buscará la vida como albañil; Carmen y su hija pequeña, �?rsula, encontrarán sendas casas para servir; Fuensanta, la veintañera, será dependienta de una perfumería y su atractivo hijo Ginés sacará dinero de los chanchullos del estraperlo y se ligará a lo mejor de la sociedad catalana.
Con las cartillas de racionamiento, la represión franquista, la amenaza de cárcel para su hijo pequeño, el quinceañero Salvador, por sus tendencias homosexuales y el estigma de ser emigrantes, discurre la vida de la familia Cerón, dispuesta a subsistir y a superar la adversidad. 'El motivo de la emigración es siempre el hambre o una fuerte represión política, tanto en la posguerra como en el siglo XXI, pero yo creo que ahora hay más respeto hacia este colectivo; sin embargo, quien sale intransigente ahora, es aún más visceral que antes', reflexiona Sierra i Fabra. 'Esta es una novela de esperanza, de gente que intentaba salir adelante pese al miedo y la falta de libertades, que sabía valorar las pequeñas cosas y disfrutaba como el que más cuando podía permitirse 'hacer' un día un cine, concreta Sierra.
A su juicio, la actual crisis nos tiene atrapados en la desesperanza y al mismo tiempo, somos más insatisfechos, porque, reflexiona, 'nos complicamos la vida por tonterías'. Sobre el mensaje de su novela, el escritor sonríe escéptico: 'yo escribo porque me gusta, por puro instinto; desde pequeño quería ser novelista para contar historias, pero no para cambiar el mundo, sino para encontrar un público que me leyera'.