viernes, 26 de abril de 2024

EXPOSICIÓN PICTÓRICA

El pintor nipón Chiaki Horikoshi ofrece en la Embajada, en Tokio, su visión de El Quijote

Chiaki-Horikoshi
El pintor japonés Chiaki Horikoshi realiza una de sus obras.

El artista japonés Chiaki Horikoshi inauguró en Tokio una exposición pictórica organizada para conmemorar los 400 años de la publicación de la segunda parte del "Quijote", obra apócrifa escrita por Alonso Fernández de Avellaneda.

La muestra "¡Mamá de mis entrañas!", que permanecerá en la sala de exposiciones de la Embajada de España en la capital nipona hasta el próximo 30 de mayo, consta de 80 obras, de los cuales 50 lienzos están inspirados en la novela de Cervantes.

Las obras inspiradas por las aventuras del hidalgo manchego forman parte de las imágenes con las que el pintor de 65 años ilustró la última traducción al japonés de la novela de Cervantes, de la que sólo existen tres ediciones en el país asiático.

Creadas en 2007, las imágenes recogen escenas y retratos de la epopeya en las que Don Quijote de la Mancha y su inseparable Sancho Panza combaten a los molinos de viento, cabalgan por campos dorados, y se topan con fieros dragones y leones.

"El Quijote es una obra muy grande, universal, y Don Quijote es un personaje simbólico. A mi me encanta", declaró Horikoshi, quien se confiesa un "enamorado de España" y su gente, entre los que, dice, "hay muchos Quijotes y Sanchos Panza".

Para él, uno de los mayores atractivos del protagonista de la novela es su carácter "un poco loco, pero a la vez serio".

"Es como los artistas, como los pintores. Tenemos ideas raras, pero hay que realizarlas. Hay que equivocarse, igual que el Quijote", explica.

El polifacético artista, quien es cantaor y fue comisario de las tres ediciones de la Cumbre Flamenca de Japón, confiesa también su gusto por este género musical.

La exposición incluye una montaña de atrezo que se utilizó durante la actuación del bailaor nipón Shoji Kojima en el Festival de Jerez de la Frontera en 2011, en la que Horikoshi se encargó de la escenografía.

El artista, que vive a caballo entre España y Japón desde hace unos 40 años, ha expuesto en galerías de Madrid, Sevilla, Barcelona y numerosas salas de Japón