El secretario xeral da Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, recibió en su despacho al presidente del Centro Espanhol de Salvador de Bahía, Humberto Campos Peso, con quien habló de la actualidad brasileña y más concretamente sobre el presente y perspectivas de las colectividades gallega y española en la ciudad. Tras dar repaso a la situación de las entidades que trabajan en el ámbito de la colectividad, Rodríguez Miranda transmitió a Campos Peso su firme convicción de la necesidad de la confluencia de actuaciones entre las instituciones que trabajan en ese ámbito, para reforzar su presencia y garantizar las mejores condiciones para encarar el futuro y dotarlas de los mejores servicios posibles, en beneficio de los asociados y asociadas.

El mensaje fue plenamente compartido por Campos Peso, quien se comprometió a trabajar en ese camino y a seguir manteniendo contacto regular con las autoridades de la Xunta de Galicia, con la finalidad de dotar a la institución que preside de las herramientas óptimas para cumplir los objetivos sociales del Centro Espanhol.

El Clube Espanhol de Salvador de Bahía 

Fundado en 1911, su finalidad era la de estrechar vínculos entre la colonia gallega y la sociedad bahiana. Fue la primera institución de carácter social con que contaban los gallegos y gallegas en la ciudad, y algunos comerciantes de éxito comenzaron a frecuentar sus instalaciones. En 1929 se fusiona con el Ibérico Sport-Club, y ya en 1975 fue inaugurada la nueva sede, situada frente al mar en un entorno de elevado valor paisajístico, que está siendo reformado en la actualidad, y que cuenta con espacios deportivos, de ocio, amplias instalaciones de hostelería, escuela de danza, academia de gimnasia, etcétera, que la convierten en un referente de la vida cultural y social en Bahía.

En la actualidad, y según los datos del INE a 1 de enero de 2015, residen en el conjunto de la República Federativa del Brasil un total de 46.217 ciudadanas y ciudadanos gallegos, de quienes 32.745 (más del setenta por ciento) nacieron ya en el país de acogida, y son por tanto gallegas y gallegos de segunda o tercera generación.