viernes, 26 de abril de 2024

Madrid: Extranjeros encerrados en una cuarentena que no es la suya

Fotografía de Luisa Sigle, una estudiante colombiana que es arquitecta y está haciendo un máster de Patrimonio Histórico en la Politécnica. EFE/Luisa Sigle
Luisa Sigle, una estudiante colombiana que es arquitecta y está haciendo un máster de Patrimonio Histórico en la Politécnica. EFE/Luisa Sigle

Son muchos los estudiantes y trabajadores extranjeros a los que la cuarentena les sorprendió en España y, aunque algunos decidieron regresar a sus países cuando pudieron, a una gran parte ni se les pasó por la cabeza y siguen adelante con sus rutinas de encierro, cada día con más tranquilidad y sin miedos. 

Algunos como Liam Deng, estudiante chino en un programa de doctorado de Sociología en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) confiesa, en una entrevista con Efe, que estuvo muy preocupado al principio al ver que "aquí seguían las manifestaciones cuando en mi país estaba todo el mundo confinado y con muchas medidas de protección".  Con el paso de los días y al ver que España iba por ese mismo camino se fue relajando, no así sus padres que quieren que regrese y se lo ruegan en todo momento, aunque él para calmarles les da el parte diario de su temperatura corporal. Pero Liam Deng se mantiene en sus trece y agotará el año y medio que le queda para acabar el curso.  Mientras se levanta el estado de alarma, continúa con sus estudios "online" y rellena el tiempo libre a base de "películas, libros, noticias y videoconferencias con la familia". 

Fotografía de Liam Deng, un estudiante chino en un programa de doctorado de Sociología en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid). EFE/ Liam Deng

Liam Deng, un estudiante chino en un programa de doctorado de Sociología en la Universidad de Alcalá de Henares.

También Pierre Paolo Farina, estudiante de Cerdeña (Italia), ha superado la fase del pánico en la que incluso se planteó regresar porque veía que en España, después de todo lo que había pasado en China y en su país, la vida seguía "con normalidad: había partidos de fútbol, manifestaciones, conciertos, los bares llenos...". No lo hizo por temor a contagiar a sus padres, que son mayores, y ahora ya está más sereno porque ve a España "correr un poquito", explica este alumno del máster de Cooperación Internacional de la Universidad Menéndez Pelayo de Madrid. Autoconfinado desde el 10 de marzo, cuatro días antes de anunciarse el estado de alarma, Farina también lleva mejor el encierro, un poco aburrido, pero aprendiendo cosas nuevas, como cocinar, lo que le ha apartado de la comida preparada. A lo que no se acaba de acostumbrar es a las clases telemáticas. "No me gustan", subraya, y sigue confiando en no perder las clases prácticas que tenía programadas en la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). 

Ryan Waltrop, que derrocha un optimismo contagioso, vendió su casa, dejó el trabajo que tenía de profesor de educación especial en Raleigh, la capital de Carolina del Norte (EEUU), y se vino a España a buscarse la vida.  Estudia español y vive de sus clases de inglés, ahora a través de videoconferencia. Ha perdido alumnos, al menos temporalmente, pero no le preocupa demasiado en este momento porque acaba de recibir la devolución de Hacienda de su país y el "cheque Trump" de ayuda por el coronavirus, que en su caso asciende a 1.200 dólares (unos 1.100 euros). No tiene miedo de contagiarse ni tampoco está desesperado por la cuarentena: "Soy una persona casera que se entretiene fácilmente". 

Desde Taiwán llegó Vastet Chen, empleada del Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla, que la envió a Madrid a realizar un máster de cooperación internacional en la Universidad Complutense, y esto lo compagina trabajando en la Oficina Económica y Cultural de Taipei (equivalente a una embajada ya que España no reconoce a Taiwán como Estado independiente). 
Está decidida a concluir el curso pese a la insistencia de sus padres para que vuelva, una opción que ni se le pasó por la cabeza porque aunque piensa que España "tardó en concienciarse", ya lo ha hecho y además confía plenamente en su sistema sanitario. 
Vastet tenía grandes planes para recorrer el país, pero la COVID-19 le ha recortado las visitas a sus cuatro paredes. Le costó "muchísimo" acostumbrarse a la rutina de la reclusión -afirma- pero poco a poco se ha ido haciendo su agenda con mucho deporte, lectura y estudiar "porque este es el momento más tenso del máster", señala. 

Colombiana, de Bogotá, Luisa Sieger, es arquitecta y está haciendo un máster de Patrimonio Histórico en la Politécnica. Sus expectativas eran quedarse y buscar trabajo en Madrid, pero el coronavirus le ha cambiado el rumbo y está resignada a volver. 
Sus días van pasando, sobre todo, estudiando mucho y se ha adaptado muy bien al programa telemático del curso, salvo las visitas presenciales que lamenta que ya no se puedan hacer. Afronta con mucha tranquilidad la situación y reconoce que en Colombia, por su sistema de salud, no estaría "tan relajada", por lo que al igual que muchos otros extranjeros por el momento prefiere seguir viviendo esta cuarentena lejos de su país de origen.