viernes, 26 de abril de 2024

La Menorca Talayótica llega a París

Laura Ruiz Menorca web

Habrá que esperar hasta septiembre próximo para que Menorca conozca si su candidatura a la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad es aprobada por la Unesco. La isla balear ha presentado en París, el pasado 16 de marzo, la cultura Talayótica en un acto en el prestigioso Museo del Hombre de la capital francesa a la que han asistido profesionales del turismo, la cultura y los medios de comunicación. 

Frente a la imagen vehiculada por los estereotipos veraniegos de sol y playa, tan reductores de las posibilidades que ofrece la isla, Menorca ha querido destacar la riqueza de una civilización de dos milenios (del 2.300 a.C a 123 a.C) que ha dejado su impronta en el paisaje, la cultura y las tradiciones menorquinas. Más de 1500 sitios arqueológicos talayóticos han sido inventariados en una isla de apenas 700 km². Restos prehistóricos entre los que encontramos tumbas megalíticas, torres (Talayots), navetas funerarias, casas circulares monumentales, necrópolis, ciudades y Taulas (monumentos sobre las que prevalece aún el misterio de su significado primario) sin olvidar un paisaje natural moldeado en esa cultura prehistórica que hoy se quiere sea reconocida como Patrimonio de la Humanidad. Cipriano Marín, miembro de la candidatura menorquina, defendió la “huella Talayótica” que también se encuentra en las tradiciones isleñas. Defendió una visión distinta de una isla en la que la autenticidad es valor genuino. Cielo, tierra y mar están reflejados en sus tradiciones, mezcla de cultura milenaria e influencias que romanos, bizantinos, musulmanes, británicos, franceses y aragoneses dejaron. El lanzamiento de onda, el artesanado de piedra, madera, cuero o hierro o una gastronomía inventiva, audaz y no por ello menos respetuosa de la herencia multicultural de la que está empapada.

A todo esto, Menorca aúna la salvaguarda del medio ambiente. Declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1993 (el 66% del territorio menorquín está protegido) el respeto del paisaje natural forma parte integrante de las políticas desarrolladas que demuestran se puede encontrar el justo equilibrio con el necesario desarrollo (económico y turístico) que en la isla merece la denominación de sostenible. Sus 216 km de costa, sus más de un centenar de playas y calas y una ruralidad auténtica apoyada en una población (menos de 100.000 habitante) orgullosa de su pasado y comprometida con el futuro logran, en palabras de David James, empresario francés instalado en la isla, hacer de Menorca un verdadero paraíso que se vería confirmado con la inclusión de la cultura Talayótica en la lista de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

Españoles

No faltaron en la presentación parisina españoles que se dijeron seducidos por la estampa presentada. Algunos representantes de colonia menorquina en la capital francesa mostraron su entusiasmo con la candidatura a la lista de la Unesco destacando, como Julián Soler, que “se da una imagen distinta a la típica de playa y discoteca” que en Francia se tiene de las Islas Baleares en su conjunto. Eduardo Cuña, miembro del CRE de París y de la Casa de España, así como personaje destacado de la colonia gallega en la capital francesa mostró su apoyo a una isla “que tiene muchísimo que hacer descubrir tanto a españoles como a franceses”. La presentación, centrada en los aspectos culturales defendidos en la candidatura no estuvo exenta de su vertiente turística estando la organización a cargo de la Oficina Española de Turismo y de su directora, María José Gómez.

Juan José Dorado