miércoles, 01 de mayo de 2024

Malvinas: Reencuentro con los héroes, los sonidos del silencio

Minuto de silencio
Minuto de silencio de los integrantes del grupo Reencuentro desde el cementerio Darwin.

El 2 de Abril es una fecha que el calendario de Argentina distingue como “feriado”, aunque nada se festeja, tampoco se conmemora, podemos decir que se recuerda, tal vez para no olvidar lo que no debiera haber sucedido.

Los derechos de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas devienen de los que tenía la Corona Española sobre las mismas, los cuales derivan de la Bula Intercaétera concedida por el Papa Alejandro VI en 1493, al otorgar derechos de exploración y posesión a España y Portugal, en la navegación hacia el Oeste.

Por consiguiente   las Islas Malvinas fueron parte del Virreinato del Río de la Plata, perteneciente a la Corona Española hasta principios del siglo XIX.

Sin embargo el Atlántico Sur era objeto de interés para las potencias de la época y tanto Francia como Inglaterra merodeaban la zona e intentaron realizar asentamientos sin éxito.  A partir del  movimiento independentista surgido en 1810 en el Virreinato del Río de la Plata, las Islas Malvinas fueron desde el inicio, y continuarán siendo,  territorio argentino. La propia Inglaterra aceptó la declaración de independencia  en 1825,  sin objetar posesión o reclamar porción alguna.

Pero el 3 de Enero de 1833, una nave inglesa atacó Puerto Soledad.  Debido a  este ataque regresó a Buenos Aires el gobernador y la población civil. Es decir que  autoridades y habitantes  debieron abandonar su lugar como consecuencia de un acto de fuerza realizado  por Gran Bretaña. Argentina inició sus reclamos y continuó incluyendo en sus documentos y cartografía las Islas.

Los reclamos diplomáticos argentinos se reiteraron, sin éxito pero dejando sentado sus derechos y la usurpación de estos territorios.

Andando el tiempo, en 1965, en el marco del proceso de descolonización general, las Naciones Unidas reconocieron la existencia de la disputa por la soberanía de las Islas Malvinas entre Argentina y el Reino Unido y,  es primordial  su señalamiento de  que se debe resolver por la negociación entre los países. Alegan además  que  no  hay un pueblo sujeto al derecho de libre determinación, pues las partes en disputa son dos.

Entonces se inició un proceso de negociación bilateral. A principios de los años 1970 hubo acuerdos de cooperación sobre variados temas.   Sin embargo Inglaterra fue más lejos, y sus  acciones  relativas a exploración de recursos naturales no resultaron legales  para las Naciones Unidas, que  en una nueva resolución, por cierto desoída por Gran Bretaña,  instó a que las partes se abstengan de modificaciones unilaterales.

El  conflicto armado de 1982, puso fin a las negociaciones diplomáticas, pero finalizado el mismo, no se modificó la legitimidad de la disputa sobre la soberanía.

En la actualidad rige  lo que en Noviembre de 1982,  a tan solo cinco meses de finalizadas las hostilidades se reiteró: La cuestión Malvinas es tratada en el marco del Comité de Descolonización, sin considerar aplicable  el derecho de autodeterminación de los pueblos, por las razones expuestas.

Aquel 2 de Abril de 1982,  la población argentina despertó con la noticia de la guerra.  En el marco de un contexto político nacional  de un gobierno de facto, dictatorial, producto de un golpe de Estado realizado por las fuerzas armadas el 24 de marzo de 1976.   De acuerdo con las órdenes del General Galtieri, por entonces a cargo del Poder Ejecutivo, se produjo el desembarco en las Islas Malvinas de las tropas de combatientes argentinos,  soldados que en la mayoría de los casos tenían 18 años, la edad en que se realizaba por entonces,  “el servicio militar obligatorio”.

Del 2 de Abril al 14 de Junio se llevó a cabo una cruenta y desafortunada guerra, con  disparidad de fuerzas. Setenta y cuatro  días y 649 muertos argentinos después, el conflicto derivó en la rendición, previsible para muchos, difícil de aceptar para otros tantos.

Son poco más de 230  los muertos que han podido encontrar una tumba en el sitio de las trincheras y las bombas. Es  “el cementerio de Darwin”, pensado para que descansaran  en paz. La mayoría fueron identificados   con su nombre,  algunos pocos son solamente  la placa  “al soldado desconocido”.

Último tramo hacia el cementerio Darwin...
Último tramo hacia el cementerio Darwin...

Alrededor de 90 Km hay que recorrer desde   Puerto Argentino, en la isla Soledad, para llegar al  cementerio Darwin. Este espacio que es  sepultura de quienes fueron declarados héroes nacionales, evoca con el viento y la soledad las dos fuerzas de la naturaleza que conmueven a quienes se acercan a visitarlo. Familiares, autoridades y funcionarios han pasado por el lugar.

Sin embargo, ni la inmensidad ni la desolación logró impedir que un grupo de representantes y amigos de la colectividad  española –en su mayoría  gallega, en Argentina-   realizaran  el día 10 de Marzo pasado, un acto de  homenaje a “esos jóvenes que lucharon por su patria”, como dijo enfáticamente , una de las asistentes.

El grupo Reencuentro rinde homenaje a las víctimas
El grupo Reencuentro rinde homenaje a las víctimas

Las voces de cuatro de los integrantes del grupo “Reencuentro” (continuidad del que fuera Retorno) me señalan que la emoción es algo más que una palabra, es el sentimiento que los embargó, aun cuando estaban preparados, aun cuando trataron de analizar previamente el hecho e intentaron controlar su sensibilidad.

Luego de dejar los vehículos, que transitan por una ruta de ripio casi 90  kilómetros- y  se demora bastante por la precariedad del camino- aún queda un largo trecho para andar y llegar al cementerio- dice Ernesto Ordóñez, el promotor y coordinador del viaje.

En las noches de travesía nos dedicamos a componer, colaborando con Marita Tuero, una canción dedicada  a los héroes de Malvinas. Pasando los días  y con el pensamiento puesto en el cercano arribo a las Islas Malvinas, la idea de rendir homenaje a estos jóvenes fue tomando una fuerza que no controlamos.

Lista de nombres, desde la A a la Z en numerosas placas
Lista de nombres, desde la A a la Z distribuidos en numerosas placas de los 649 fallecidos, no todos enterrados en Darwin

José María Vila Alén, ex presidente del Centro Galicia de Buenos Aires y de la Federación de Sociedades Españolas de Argentina,  y uno de los entusiastas colaboradores y participante  de estos viajes, relata  su vivencia:

"Al hacer escala en Puerto Argentino, sinceramente, no tenía sentido desembarcar si no fuera para ir al cementerio  de Darwin y rendir homenaje, honrar, ofrecer un tributo a los caídos, a nuestros héroes que dieron su vida por la Patria.  Fue el impulso de un sentimiento profundo que, afortunadamente, hemos podido concretar con imborrable emoción. Una canción espiritual alusiva y un minuto de silencio, ojos humedecidos".

Minuto de silencio de los integrantes de la comitiva
Minuto de silencio de los integrantes de la comitiva

Daniel Lorenzo, Vicepresidente de AEGA (y miembro de la Comisión Directiva  de Vila de Cruces) reafirma que el viaje en grupo “se propone compartir con paisanos y amigos esos sueños que los abuelos ya tenían”. Disfrutamos la travesía entonando antiguas canciones del terruño y hasta creando un himno del retorno, como lo llamamos, y sobre todo la canción para el homenaje a los caídos.  Ese acto, el del cementerio, nos ganó a todos, nos ensambló y logró una unión mucho más fuerte aún que las noches de entretenimiento y anécdotas compartidas.

Los días previos me preguntaba ¿cómo será estar en Puerto Argentino, en Darwin?, luego recapacitaba que es un porcentaje ínfimo de la población de Argentina la que logra eso,  entonces si uno tiene ese privilegio hay que agradecerlo  y dar lo mejor. Todo eso me dije y nos dijimos, pero nunca uno se prepara lo suficiente para las emociones. Es duro y es triste  pero, en este caso,  es un privilegio y hay que estar entero.

Luego, dice, llegar después de ese largo viaje en camioneta, avistar el cementerio, las cruces, tantas… y pensar qué jóvenes eran… la preparación previa se derrumba y los ojos delatan que la compuerta se abrió. Yo, que nací en Argentina, a los pocos meses de llegar mi madre, es decir que soy tan español como argentino sentí que tenía una deuda con quienes allí descansan y con los que no pudieron ser rescatados. Y pensé que poco valor le damos a lo importante, en muchas ocasiones, es necesario estar frente a las cruces, con el viento ululando, con el ripio delante, con la virgen de Luján recordando que estamos en  Argentina, y con la  bandera del grupo que lleva los colores de la de España y de la de Argentina, para que todo encuentre su orden, y entendamos que estamos por algo en ese lugar y en ese momento.

Placa de Reconocimiento
Placa de Reconocimiento

“No pudo el viento con nuestro canto”-, dijo  Ernesto cuando le pregunté cómo habían logrado entonar y hacerse oír en medio del silbido  profundo, casi fantasmal del viento que sopla como un continuo quejido. Sandra, su esposa, fue quien con voz firme declaró “Honramos aquí a estos jóvenes, tan jóvenes que lucharon por la patria”. A continuación el minuto de silencio fue mucho más que sesenta segundos, fue un inmenso océano en el que navegaron los pensamientos de los presentes, puestos en aquellos que no volvieron, pensando en sus propios seres queridos y en el dolor de los que dejaron allí a sus hijos.

Bernardo Rey, presidente del Hogar Gallego de Ancianos, emblemática institución,  también es parte del grupo Reencuentro. Previo enorgullecerse, con motivo, de la plenitud en que se halla el Hogar, con 120 abuelos ingresados, y considerada entre las mejor gestionadas de la especialidad, vuelve su pensamiento hacia el viaje y las vivencias en Puerto Argentino y en el Cementerio Darwin:

Es una experiencia inolvidable, fuerte, porque  al estar allí, donde aún se ven algunas trincheras, muy precarias, uno imagina lo que han pasado esos jóvenes, en medio de la nada, luchando en ese lugar con el viento y el frío, y no deja de pensar en la sinrazón que los llevó a esa “aventura”, de la cual mucho se ha escrito y hablado y que ya es un testimonio más de la barbarie de la guerra, y de las malas decisiones.

Bernardo permanece pensativo, “recuerdo las tumbas, una imagen muy dura, algunas anónimas que te invaden sin que te lo propongas” logra decir, antes de que se le quiebre la voz.

Absolutamente cierto, agrega Vila Alén, al estar allí  no  piensas,  sientes; sientes y te identificas.  Quienes allí están  perviven, están presentes, son tu familia  y sucede lo indescriptible, el espíritu de cada uno de  ellos se abraza con el tuyo y te emocionas, emoción única e imperecedera.

La virgen de Luján, patrona de Argentina acompaña a los caídos
La virgen de Luján, patrona de Argentina acompaña a los caídos

Al escucharlos  entendí que en ese homenaje y ese minuto de silencio se oyeron todas las voces de los que perdieron la vida y de los que la conservaron pero nunca dejaron de ser los héroes de Malvinas, los jóvenes que, aquel 2 de Abril de 1982, descubrieron que la guerra era más que una página de los libros, y las órdenes no siempre responden a las razones.

Me despedí de ellos orgullosa y agradecida de que este grupo “Reencuentro” haya sido el Embajador de nuestra colectividad española en Darwin, Puerto Argentino, Isla Soledad.

Celia Otero Ledo