viernes, 26 de abril de 2024

INSTITUTO GALLEGO SANTIAGO APÓSTOL:

“El Colegio es Galicia en Buenos Aires y nuestra misión consiste en llevar adelante la nave”

Argentina Colegio Santiago Apóstol Escudo web

Por Celia Otero - Buenos Aires

Ser gallego es  luchar por la reivindicación cultural

“O Instituto Santiago Apóstol é unha obra que xestiona a Fundación Galicia América, integrada pola Xunta de Galicia e o Centro Galicia de Buenos Aires que naceu coa idea de desenvolver un proxecto educativo nas idades previas á Universidade. Do común ao particular, ese é o camiño para lograr o respecto necesario e a estimación xusta. Saír do couto empobrecedor e mergullarse nas autovías da heteroxeneidade, ponderando as aptitudes propias e valorando positivamente as alleas. Os mozos de hoxe son solidarios, entenden a diversidade e loitan contra as desemellanzas. (Carlos Rodríguez Brandeiro, Buenos Aires Galego. Revista Grial).

Acercarse a esta instituciòn significa comenzar a derribar los muros de piedra con que nos cercaron en los minifundios culturales. Por lo cual conocerla e intentar conocer a algunos de los que la sostienen es dar golpes hacia la libertad y el progreso de nuestra cultura. 

“El Colegio es Galicia en Buenos Aires y  nuestra misión consiste en llevar adelante la nave”.  Con estas palabras Carlos Rodríguez Brandeiro, Director General, sintetizó el rol de la institución y el de su cuerpo directivo y docente.

Ubicado en el tradicional barrio porteño de Balvanera, más conocido como Once, en la calle Paso,  el Instituto Argentino Gallego Santiago Apóstol hizo su aparición en 1998. Finalizaba el siglo XX y aún la colectividad gallega, sin duda una de las más numerosas de Buenos Aires, no tenía su propio Colegio. Los había de Francia, Italia, de Japón, de la colectividad judía y otras, pero no de Galicia. Como si aquél rótulo que nos vinculaba con la ignorancia fuese convalidado por esta ausencia.

Argentina Colegio Santiago Apóstol web

Edificio del Colegio.

Manuel Rivas, quien no requiere presentación, publicó en el año 2007 una nota en la edición global del País, una nota  titulada: Ser gallego, che. En él se refiere a la percepción  que a fines del siglo XIX existía en Buenos Aires sobre ellos. “Naquel tempo, o termo gallego, como o de napolitano, tiña connotacións negativas para unha parte da sociedade receptora. Como en moitos outros destinos, era sinónimo de bruto ou ignorante”.

El Santiago Apóstol fue el primer Colegio creado fuera de Galicia, comenzó con unas decenas de alumnos y en la actualidad reúne en sus niveles inicial, primario y secundario más de quinientos. Este crecimiento es el fruto de una calidad académica indubitable, motivación fundamental para que concurran a él, además de la mayoritaria población de nuestra colectividad, chicos que no tienen raíces ni vínculos gallegos

“Unha xaponesiña de cinco anos, filla de nai xaponesa e pai arxentino, saúdanos en galego”. Cuenta con admiración Víctor Freixanes; 2009; en un artículo cuyo título–Galicia en Buenos Aires–  resume la idea del Colegio. 

“O Santiago Apóstol educa arxentinos de moi diversas procedencias. Maioritariamente, os seus alumnos -e alumnas- teñen ascendencia galega, pero polas aulas podemos atopar desde peruanos a coreanos que falan galego con total normalidade e tranquilidade. Como falan español (ou coreano). Iso si, con acento porteño.” Es Xosè Marìa Dobarro quien se expresa así en el artículo publicado en “El Ferrol”, en ocasión de haber visitado el Colegio y encontrar como directivo a su antiguo alumno, Carlos R. Brandeiro.

“Eso nos enorgullece y enriquece”, afirma el Lic. Brandeiro. -“El Colegio es el reflejo de una sociedad compuesta por múltiples oleadas de inmigrantes y sus descendientes que conforman un verdadero mosaico. Que los patios y aulas del Santiago Apóstol lo reproduzca es símbolo de su universalidad. ”A esa universalización apuesta este coruñes, nacido hace sólo medio siglo en la aldea de San Román, del ayuntamiento de Cedeira. “Nací en la casa familiar, me crié en ella hasta que comencé mis estudios”; la vida rural, el paisaje y labores de aquella casa natal, fueron el sustrato sobre el que se asentó el conocimiento y el amor por la lengua y la cultura de su tierra.

Argentina CARLOS BRANDEIRO web

Carlos Rodríguez Brandeiro

Titulado en Filología Hispánica- gallego portuguesa, su formación académica y humana se evidencia de inmediato. Arribó a Buenos Aires para dictar un curso de gallego, durante un trimestre, en una universidad porteña en el año 2001. No soplaban buenos vientos por entonces, sin embargo Carlos supo ver detrás de los nubarrones las luces que esta ciudad mantenía encendidas y se volvió a Galicia con un grato recuerdo. 

Fue poco después cuando le solicitaron que regresara a Buenos Aires como profesor del Colegio, que daba sus primeros pasos. En pocos años su participación fue creciendo tanto en la institución como en la vida de la colectividad y fuera de ella. La organización del diseño curricular, la promoción de la Revista “Gavieiro da nosa identidade” y diversas  actividades que se iban generando, fueron parte de la obra que se plasmó en su futuro cargo de Director General.

Hoy es uno de los gallegos “che”, esos que nos enorgullecen porque levantan las banderas da “nosa terra” con la humildad de los grandes, que no requieren más cartas de presentación que su propia labor. Se lo puede ver abocado constantemente a la ingente tarea que supone dirigir una institución de tal envergadura y complejidad, pero también se lo encuentra dictando, generosamente, clases de gallego- a emigrantes y descendientes que desean “falar a nosa  lingua”- los sábados por la mañana en una Asociación que lo recibió con afecto cuando era “el recién llegado”, y por la que guarda profundo  reconocimiento.

“Yo no tenía ni siquiera seguro médico cuando llegué la primera vez, pero me enfermé y fui atendido en un hospital de la Ciudad como si fuese una personalidad, cuando quise abonar mis gastos, recibí por respuesta: “Esto es un hospital público, estamos para curar, no para cobrar”. Y eso marca una diferencia, así como la gratuidad de la educación universitaria, que tal vez los propios argentinos no alcancen a dimensionar.” 

Lo conocí en el curso de los sábados, desconocía su trayectoria y sus capacidades académicas, en pocos minutos descubrí un ser cálido, apasionado por la lengua y la cultura gallega, militante de “falar galego” y de la marca Galicia, que debe ser llevada al mundo. “Tenemos productos, empresarios, deportistas, investigadores, artistas, y literatos de prestigio y calidad, debemos dar a conocer  esas personalidades, Galicia tiene que ser valorizada por sus peculiaridades, su historia y sus tradiciones, pero sobre todo por su presente, su proyección al futuro y su capacidad de universalización”. 

El Colegio tiene una currícula que representa esa idea, es trilingüe: castellano (rioplatense en realidad) porque es la lengua oficial de Argentina, inglés, ya que no se  discute su importancia en la comunicación de toda índole a nivel mundial, y gallego porque es la identificación de la institución y la cultura que de ella emana. 

Los bailes, instrumentos musicales, cantos, danzas, festividades, tradiciones y singularidades están presentes en actividades incluidas en la escuela. La biblioteca luce nutrida de miles de volúmenes en gallego, no sólo de los autores más reconocidos, también los que corresponden a nuevos escritores. “Difundimos la Galicia que nos orgullece desde las generaciones literarias de antaño pero no dejamos de dar a conocer los recientes”.

Recuerdo una tarde en que asistí a una jornada de  lectura de cuentos infantiles en la biblioteca, no pude evitar emocionarme con  la niña de rasgos orientales - hay muchos chinos en esa zona- y un pequeño de notoria procedencia del altiplano que leían, sin dificultad en gallego, cuentos que les hablaban de otros paisajes, de otra realidad. 

Historia, Geografía, Lengua y Literatura gallegas están en la curricula- junto a las asignaturas que se imponen desde el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires- porque son parte de la identidad que singulariza este Colegio. Por eso los egresados del tercer nivel tienen como meta un viaje a paisajes e historias que recorrieron en los libros.

“Velaí o estaba, o mestre morto onda os dous meniños e o trazo indubidábel de Castelao” con estas palabras Inma López Silva comienza el  artículo La Galicia Ideal (2017) sobre el Colegio Santiago Apóstol, dejando en claro que la herencia artística de Galicia está presente, en todas sus manifestaciones. “Entón chegaba o momento solemne do cadro. A derradeira lección do mestre”reitera emocionada y finaliza “A escritora montou no remis pensando que Galicia enteira se refuxiara nun edificio entre Mitre e Paso, e que reviviría despois de que os galegos se aniquilasen entre si. E así volveu alá feliz, pois entendeu que a esperanza habita en Bos Aires”.

Y desde dese Bos Aires da esperanza se realiza el viaje de egresados, que permite que caminen la Plaza del Obradoiro decenas de jóvenes que tal vez no habían soñado conocerla, fuesen o no de raíces gallegas. Y ya no se olvidarán nunca de lo que perciben, una Galicia pujante, moderna, acorde a los tiempos que corren, que contrasta con la tradicional que aún se conserva, especialmente en lo rural. Entonces comprenden que el minifundio que allí pervive es una modalidad de división de la tierra que no puede trasladarse a la división de los pueblos.  

“No tenemos que competir, ni comparar, sólo ser. Ser buenos en lo nuestro y recibir y colaborar con los otros. En todo, en nuestro trabajo, en el Colegio y en la realidad económica y social que nos toque”. Esta es la filosofía que se transmite en las aulas, a Carlos Brandeiro no le gusta hablar de aulas, porque es de los que piensa que la educación no se imparte en espacios edilicios, sino que atraviesa paredes y corre por pasillos. Los estudiantes circulan por el Colegio, por  los patios, van al  Centro Galicia, de donde son socios por su sola condición de alumnos. En esta institución de vinculación directa, disponen de instalaciones deportivas, artísticas, recreativas. 

Advierto en el Director la mente abierta y el corazón también. Y tengo la seguridad que con este comandante la nave no puede dejar de llegar a buen puerto.

“Ya tenemos egresados de las  Universidades, hoy son profesionales destacados en distintas disciplinas, ingenieros, médicos, abogados, investigadores, lo importante es que sabemos que la preparación de nuestro Colegio fue valiosa y les permitió definir su vocación y profesión con seguridad en las bases adquiridas.”

Todo vuelve, pensé, mientras escuchaba a Carlos hablar de aquellas remesas que en los primeros años del siglo XX los inmigrantes de América habían enviado para construir escuelas que alfabetizaran a sus coterráneos, para que no emigraran y, si lo hacían, no fuese en la más absoluta orfandad intelectual. 

Este Colegio pertenece a la Fundación Galicia-  América que tiene sede en Santiago de Compostela. En ella  participan la Xunta de Galicia y el Centro Galicia de Buenos Aires. Una suma, un equipo, un conjunto, es lo que puede llevarnos a realizar el sueño de Carlos Brandeiro, que resume el de la mayoría de los gallegos que estamos en la quinta provincia.

Como él, yo soy una agradecida a la generosa Argentina que me ofreció educación y salud sin preguntarme el origen ni el destino. Como él apuesto a una Galicia que no pierda su identidad pero que logre difundir la masa cultural que posee, para orgullo de los que ya no están y tanto hicieron y de los que vengan a recorrer nuestro camino. Ese camino que nos señala el mojón, siempre orientado hacia   Santiago. 

El año 2020 fue, para el mundo, un año muy complicado en todos los aspectos y la educación no fue una excepción. 

Una institución, como las personas y las familias, se evalúan cuando hay crisis. Entonces se evidencia mucho trabajo que permanecía en las bases, casi oculto. La profesora Julieta D´Angiolillo, una joven porteña de treinta años, me confirmó que no hay edades para la eficiencia, ni son demasiados ni son pocos. Su labor como Directora del Nivel Inicial y Primario fue descollante, sobre todo se lució poniendo en marcha un sistema alternativo, complejo y sin antecedentes que fue el utilizado en tiempos de aislamiento. 

Argentina JULIETA D ANGIOLILLO web

Profesora Julieta Angiolillo

Julieta es una persona que trasmite su vocación y pasión en cada frase, de familia dedicada a la enseñanza, recuerda que en su infancia transitaba los patios del Colegio, aunque no era alumna, porque su madre ejercía como maestra y ella solía ir a visitarla. Hoy se emociona al verse en el cargo directivo y piensa en el camino que recorrió, en el esfuerzo, el mérito y el reconocimiento. Y sin quererlo, o a sabiendas, vuelve a sentirse niña, corriendo por los patios. 

Hizo todo el “cursus honorum”, ingresò como maestra auxiliar, luego  titular y actualmente es la Directora de dos niveles sumamente importantes, porque son la base de un sistema que crece en alumnado. 

“Desde Marzo del año pasado comenzamos a capacitarnos en las nuevas tecnologías y estrategias, ya suponíamos que el aislamiento no iba a ser para poco tiempo. Lo hicimos en pequeños grupos colaborativos, entre nosotros mismos, cada uno aportaba una técnica nueva o que manejaba mejor, una idea, un proyecto.

Así fue como en Abril teníamos aceitado el sistema a utilizar y pudimos comenzar: Clases virtuales, que grabábamos, para que quedaran disponibles por si algún alumno había perdido conectividad y por la tarde se subían tareas sobre los temas que se habían trabajado en “la plataforma  zoom”. Sin perder de vista que nada reemplaza a  la presencialidad, creo que cubrimos con holgura las dificultades. Fue de mucha ayuda que el Colegio contara con una plataforma propia, que hasta ese momento se usaba a efectos administrativos, eso nos permitió una rápida comunicación virtual con alumnos y padres y realizar encuestas de recursos y dificultades entre el alumnado. 

Desde esa plataforma, adecuamos los contenidos y las estrategias pedagógicas. Rescato el compromiso de los docentes, tanto los de las asignaturas curriculares, como los de las asignaturas extracurriculares. Tenemos cursos de canto, de instrumentos musicales tradicionales, de bailes y de teatro. Para todas las actividades hubo modalidades que se adecuaron y se reinventaron. El Colegio siguió funcionando. Y las gaitas siguieron sonando”.

Estamos fuera de la Comunidad Autónoma, pero Galicia está presente en Balvanera, a pasos de Plaza Once. Carlos Brandeiro sigue recordando a su abuelo que “falaba o galego sen normativa, era a memoria do pobo”.  Se calza el traje de Director General para las reuniones semanales de la Fundación con la misma humildad con que enseñaba los palotes de gallego normativo en Barracas, los sábados por la mañana, a alumnos que nunca aprendieron su lengua, la llevan dentro y él les ayuda a descubrirla y amarla.  

Hay hombres que despiertan admiración por su esencia. De eso se trata. 

Celia Otero, Marzo 2021