Alejandra Plaza - Zúrich

Fotos: Aline Zandona

Noelia Tajes, una artista que fusiona sus raíces gallegas con su vida en Suiza, ha logrado cautivar corazones y emocionar al público con su proyecto “Miña Terra". Su reciente actuación en el Museo Jurásico de Arte e Historia de Delémont fue más que una presentación, fue un viaje cargado de sensibilidad, sentimientos encontrados y un mensaje profundo sobre la emigración y la identidad. La utilización de elementos como la tierra, la arcilla, el bordón y el traje regional por parte de la artista, junto con la música tradicional interpretada por el grupo Galiza Celta de Delémont, transformaron el museo en un viaje a través del tiempo, entre Galicia y Suiza, lleno de historia y sentimiento.

Noelia Tajes, la artista de origen gallego y nacida en la ciudad suiza de Delémont hace casi 38 años, es mucho más que una bailarina y coreógrafa; es una artista cuya sensibilidad y mensaje trascienden las fronteras geográficas y culturales. Su proyecto "Miña Terra" es un testimonio vivo de sus orígenes gallegos y su experiencia de crecer en Suiza, fusionando raíces y emociones en una expresión artística que conmueve y hace reflexionar. Recientemente, Noelia presentó su obra en el Museo Jurásico de Arte e Historia de Delémont, como parte de la exposición "Taxi Compostelle", añadiendo una capa especial de profundidad y emotividad al evento. Su actuación fue más que brillante; fue una experiencia cargada de sensibilidad y sentimientos encontrados, con un mensaje que resonó en cada espectador presente.

Se considera 100% gallega y su conexión con Galicia es profunda, gracias al legado de sus padres y al arraigo que le han transmitido desde pequeña. Su vínculo con Galicia va más allá de las palabras; es una conexión que recorre sus venas y se refleja en su arte. A través de “Miña Terra", Noelia busca compartir su visión como hija de emigrantes, explorando qué significa la emigración entre Galicia y el Jura, y cómo se siente ser de aquí y de allá al mismo tiempo. Los veranos pasados en Galicia, rodeada de la familia, tanto de Tui, de donde procede su madre María como de Camariñas de donde es oriundo su padre Manuel,  han fortalecido su vínculo con la tierra de sus antepasados, convirtiéndola en un hogar tan válido como Suiza. Tanto Galicia como Suiza son dos pilares fundamentales en su formación como persona y como artista. Aunque no domina el gallego, lo entiende perfectamente y lo siente como una parte primordial de su identidad.

“Mis padres nos hablaron, según decían ellos, en "castrapo" para ampliar nuestra capacidad de comunicación y nos han transmitido el gallego, el cual, aunque no lo hablo o no tengo el coraje de hablarlo, lo entiendo perfectamente y me gusta. Mis padres, entre ellos, siempre lo han utilizado y mi hermana y yo nos hemos criado escuchándolo. Fue algo que me marcó en ese momento porque lo consideraba el idioma de los adultos. Hoy en día, a mis casi 38 años, ya no lo veo así, evidentemente. Me siento realmente con doble nacionalidad pero también he sentido, principalmente en la adolescencia, una crisis de identidad. Ni de aquí ni de allá. Sin embargo, esa crisis me ayudó a ser crítica y sensible hacia el mundo y a no sentirme atada a las identidades de los países. Me considero una ciudadana del mundo a la que le gusta ir más allá de las fronteras. En la cultura gallega encuentro la cercanía y el calor humano y en la suiza, he conocido el individualismo y a vivir cada uno a su propio ritmo. Este contraste me ha enseñado a moverme con la colectividad en cualquier ámbito” añadió con nostalgia y cariño.

Su camino hacia la danza y la coreografía no fue fácil. Aconsejada por sus padres a priorizar una carrera convencional, Noelia sintió la llamada de la danza desde una edad temprana y su determinación y ambición la llevaron a seguir adelante. Desde sus primeros pasos en el baile contemporáneo hasta montar su propia compañía,  www.Cienota.com, Noelia ha demostrado que con esfuerzo y dedicación se pueden alcanzar los sueños más grandes.

 “Es increíble la lucha que hay detrás de cada emigrante que lo ha dejado todo atrás para irse a un país desconocido, sin hablar su lengua para mejorar sus vidas y las de sus familias. Mis padres son luchadores y son ambiciosos también.Esto es algo que me impactó y me transmitieron. Gracias a ser ambiciosa y luchadora, tengo mi compañía con esa visión. La verdad es que cuando te crías en un ambiente así, no hay mucho  espacio para actividades culturales o para jugar  pero sí había bastante  noción del deber. Fue bastante difícil para mí cuando era pequeña. Viví con mis padres hasta los 20 años rodeada de industria, principalmente relojera, en un entorno que no compaginaba con mi sensibilidad. Necesitaba un ambiente donde respirar la cultura del teatro, del cine, del baile, donde expresarme y aportar mi yo interior  y disfrutar de la sensación de expresión absoluta y con total libertad. Recuerdo haber sentido algo así a los doce años. Nos encontrábamos en familia en uno de los bosques del Jura y no sé lo que pasó pero estaba sola y empecé a bailar y sentí algo tan fuerte que me llenó enormemente. Supe que eso era lo que quería hacer. Entiendo a mis padres pero a mí me marcó mucho el no poder bailar. Mis padres crecieron en tiempos de Franco y recibieron la educación y la mentalidad de los tiempos de Franco y creo, quizás no sé explicarme bien, que es una herencia cultural de esa época por lo que no les guardo ningún tipo de rencor por aconsejarme bajo los principios que ellos habían recibido” recordó valorando el legado de la lucha y la ambición, valores que se reflejan en su carrera artística, que le transmitieron sus padres. 

“Miña Terra” no solo es un espectáculo, es una ventana a la sensibilidad, la vulnerabilidad y la fuerza que se encuentran en cada ser humano. Miña Terra es mucho más que una performance de baile; es la manifestación de un viaje personal y colectivo. A través del baile transmite preguntas filosóficas y sociales, cuestionando las fronteras, las identidades y los límites impuestos por la sociedad. Su arte es una invitación a reflexionar y a conectar con nuestras propias emociones y experiencias. Noelia busca explorar la emigración desde su perspectiva como hija de emigrantes gallegos en Suiza. Para ella, la emigración no es solo un cambio de lugar, sino una experiencia que moldea la identidad y los sentimientos de pertenencia.

"Mi propósito es ofrecer al público una mirada íntima sobre lo que significa ser de aquí y de allá al mismo tiempo, fusionando mis raíces gallegas con mi vida en Suiza. "Miña Terra" es un puente entre tradición y modernidad, entre culturas y experiencias. El arte y la danza son mi manera de comunicarme y de cuestionar el mundo que nos rodea. Mi proyecto no solo es una expresión personal, sino también una invitación a reflexionar sobre temas sociales y emocionales que nos afectan a todos. Como compañía me gustaría llevar este proyecto más allá de las fronteras físicas” explicó

Noelia no solo busca expresarse a través del baile, sino también transmitir mensajes profundos sobre la vulnerabilidad, la lucha y la necesidad de conexión humana en un mundo cada vez más individualista. Sin duda, la trayectoria de esta luchadora artista no ha sido fácil. Desde la adolescencia, tuvo que enfrentar la presión de seguir una carrera tradicional frente a su pasión por la danza. Sin embargo, su determinación la llevó a luchar por su sueño de ser coreógrafa sin olvidar sus raíces a las que riega sin límites ni fronteras. Su compromiso con la mediación cultural y su enfoque en temas sociales y sensibles demuestran su profunda conexión con la realidad que la rodea. En estos tiempos difíciles, donde las crisis económicas, sociales y ambientales nos afectan a todos, el arte de Noelia Tajes se vuelve aún más relevante. Su capacidad para unir a las personas, para transmitir emociones y para cuestionar la realidad nos recuerda la importancia de la creatividad y la expresión en nuestra sociedad.

“Durante mi estancia en Londres, recibí una foto de mi madre que me sorprendió gratamente: mostraba a mi padre tocando la flauta en la habitación de mi hermana. Ver a mis padres involucrados en la música y el arte fue algo revolucionario y emocionante para mí, ya que, es un aspecto muy importante en mi vida y con el que me identifico profundamente. Me llena de orgullo y satisfacción ver a mis padres disfrutando con el grupo Galiza Celta de Delémont y sumergiéndose en el mundo del arte con tanta pasión. Este cambio me brinda una inmensa felicidad y estoy muy orgullosa de ellos. Quiero compartir este sentimiento de alegría y admiración por mis padres y su conexión con el arte”.

"Miña Terra" es un testimonio de la lucha, la sensibilidad y la búsqueda de identidad en un mundo diverso y cambiante; un testimonio de su talento y de su compromiso con el arte como medio de expresión y transformación. Noelia Tajes, a través de su performance, nos invita a mirar más allá de las fronteras y a conectar con nuestras raíces y emociones más profundas. Su mensaje resuena con fuerza en un momento en que la unión y la comprensión son más necesarias que nunca. Más que una bailarina y coreógrafa, es una narradora de historias, una buscadora de verdades y una inspiración para aquellos que sueñan en grande y luchan por hacer realidad sus pasiones.

La Performance continuará su trayectoria con la realización de un video que se presentará en el Festival de Cine “Los otros horizontes de La Grange: Galicia en pantalla”, al que asistirá la actriz gallega Isabel Blanco y que se llevará a cabo del 18 al 21 de abril. Este video también se añadirá a la Expo Taxi-Compostela.