En la última jornada del viaje institucional que Rosa Pérez Garijo y Mariaje Pérez Galant hicieron a Uruguay, Argentina y Chile, tuvieron una intensa agenda de trabajo.
La primera cita de la jornada fue una visita institucional al Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos, en el que se recoge parte de la barbarie que padeció el pueblo chileno por culpa de la dictadura militar de Pinochet. El espacio impactó a la consellera y a la directora general de Participación del la Generalitat Valenciana, cuando ya venían impresionadas de Argentina con la visita que cursaron al Museo de Memoria.
La intensa agenda de trabajo del día incluyó una gratificante reunión con Rafael Garranzo, el embajador de España en Chile. Con él abordaron el papel de las instituciones para estar al servicio de los valencianos y valencianas residentes en el exterior, ya que la coordinación entre las diferentes administraciones del Estado es imprescindible para que las y los residentes en el exterior puedan acceder a las instituciones que España tiene fuera del país.
Otra de las citas de las representantes de la Generalitat Valenciana fue con la alcaldesa de Nuñoa, la pujante comuna localizada al norte de Santiago de Chile, la capital del país, y que se caracteriza por su excelente nivel de vida y por ser uno de los ejemplos de la positiva transformación que está viviendo el país transandino. Emilia Ríos, la jovencísima alcaldesa, (apenas tiene 34 años), es una de las figuras políticas emergentes más destacadas del panorama institucional chileno.
Otra de las citas con un marcado acento municipalista fue la del encuentro con Daniel Jadue, el alcalde de la Comuna Recoleta, con el que compartieron y experiencias, asumiendo el municipalismo como instrumento de motor de cambio, para transformar, para avanzar, todo un ejemplo, según la propia consejeras de Participación.
Como es lógico, no podía faltar el encuentro con la colectividad valenciana residente en el país.
Entre otras actividades, visitaron el Palacio de la Moneda, sede del Gobierno de Chile, y mítico edificio que, entre otros motivos, pasó a la posteridad por la heroica defensa de la democracia que, allá por 1.973, hizo desde él Salvador Allende, el presidente chileno que defendió con su vida la democracia desde éste edificio.