Joaquín Bastián Lavandera tenía 85 años y era natural de Villaviciosa. Fue  asesinado en su domicilio, un apartamento de la localidad de Ciudad Caribia, en el estado venezolano de Vargas.

El cuerpo del hombre maniatado con el cable de un televisor y con síntomas de asfixia, fue hallado por uno de sus hijos, según la prensa digital venezolana que sitúan un robo como el móvil del crimen, después que en la casa se echaron en falta un televisor de plasma de 32 pulgadas, el módem wifi y un kilo de arroz.

Según las mismas fuentes, los vecinos de Bastián Lavandera se sorprendieron a primera hora de la mañana del pasado lunes al ver abierta la puerta de su apartamento y avisaron a uno de sus hijos, que al acudir al lugar encontró en la habitación el cadáver de su padre.

Un sobrino de Joaquín, Jimmy Figuera declaró que "su pasión era la radiodifusión y tenía equipos en su antigua casa en El Junquito. Lo fueron robando y dejó la radio. Era tan activo que tenía moto hasta el año pasado cuando sufrió un accidente y se fracturó una pierna.Tras el incidente, tuvo que usar bastón y muletas, además perdió un poco la movilidad. A raíz de ello, el año pasado le robaron el celular dentro de su apartamento.Era bastante confiado y metía mucha gente a la casa, por eso presumimos que quienes lo atacaron sabían su estilo de vida", señaló su sobrino.

La investigación sugiere que que los delincuentes habrían accedido al domicilio a través de una ventana y después de romper parte de la reja que la protegía. Al parecer, pudieron haber asfixiado a la víctima utilizando una almohada.

Una familiar del hombre asesinado fue una de las últimas personas que contactaron con él, el pasado domingo a las once de la noche, cuando le entregó 3.000 bolívares para que hiciese unas compras al día siguiente.

Joaquín Bastián Lavandera,  que había pasado buena parte de su vida en Venezuela, se había mudado en 2011 a Ciudad Caribia, población situada al Norte de Caracas donde le había sido adjudicada una vivienda.

A pocos metros de su casa hay un puesto de la Guardia Nacional venezolana. Agentes de la policía judicial venezolana tomaron en el domicilio de Bastián Lavandera huellas dactilares que confían en que puedan conducirles hasta los responsables del asalto y del asesinato del emigrante maliayés.