22/11/2011
09:22 h.
El presidente en funciones del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, abogó ayer por un congreso federal para elegir una nueva dirección tras el descalabro delectoral y dijo que el Comité Federal del próximo sábado decidirá la fecha, posiblemente para la primera semana de febrero. Zapatero compareció en rueda de prensa, acompañado por el secretario de Organización, Marcelino Iglesias, después de presidir la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE, en la que se analizaron los malos resultados de las elecciones del domingo y en la que tomaron la palabra sus 37 miembros, entre ellos el candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Tras asegurar que nadie en esta reunión le pidió la dimisión como secretario general, Zapatero hizo hincapié en que el congreso será ordinario, porque está dentro de los plazos, y consideró que sería 'un sinsentido' convocar uno extraordinario.
A su juicio, las decisiones sobre el congreso se tomaron 'rápidamente', al día siguiente de la derrota en las urnas. Según sostuvo, en la Ejecutiva no se abordaron las cuestiones institucionales derivadas de las elecciones, como por ejemplo si será Rubalcaba quien suba a la tribuna por el PSOE en el debate de investidura de Mariano Rajoy. No quiso Zapatero pronunciarse sobre posibles candidatos a ocupar su puesto en ese congreso e incidió en que esa tarea corresponderá a los militantes. 'Ya llegará al momento de los candidatos', zanjó. Para Zapatero, 'lo que procede' ahora es que el PSOE afronte 'una nueva etapa, que la democracia y los compañeros diseñen el proyecto para el futuro de los próximos años y que lo hagan como siempre con toda la libertad y con todo el sentido de la responsabilidad'.
En este punto, se mostró convencido de que ante las situaciones de dificultades el PSOE dará muestras de su sentido pleno de la responsabilidad y cumplirá con sus obligaciones. Su opinión es que el próximo congreso servirá para relanzar la tarea del PSOE, su diálogo con la sociedad y seguir manteniendo 'la coherencia de la responsabilidad con España, que se demuestra en los momentos realmente difíciles' como los vividos.
El líder del PSOE recalcó que 'hay momentos en la vida política' donde un gobierno 'procura poner los intereses generales por encima de los que puedan ser los de partido'. 'Así lo hemos hecho en esta legislatura', remató.
Tras asegurar que nadie en esta reunión le pidió la dimisión como secretario general, Zapatero hizo hincapié en que el congreso será ordinario, porque está dentro de los plazos, y consideró que sería 'un sinsentido' convocar uno extraordinario.
A su juicio, las decisiones sobre el congreso se tomaron 'rápidamente', al día siguiente de la derrota en las urnas. Según sostuvo, en la Ejecutiva no se abordaron las cuestiones institucionales derivadas de las elecciones, como por ejemplo si será Rubalcaba quien suba a la tribuna por el PSOE en el debate de investidura de Mariano Rajoy. No quiso Zapatero pronunciarse sobre posibles candidatos a ocupar su puesto en ese congreso e incidió en que esa tarea corresponderá a los militantes. 'Ya llegará al momento de los candidatos', zanjó. Para Zapatero, 'lo que procede' ahora es que el PSOE afronte 'una nueva etapa, que la democracia y los compañeros diseñen el proyecto para el futuro de los próximos años y que lo hagan como siempre con toda la libertad y con todo el sentido de la responsabilidad'.
En este punto, se mostró convencido de que ante las situaciones de dificultades el PSOE dará muestras de su sentido pleno de la responsabilidad y cumplirá con sus obligaciones. Su opinión es que el próximo congreso servirá para relanzar la tarea del PSOE, su diálogo con la sociedad y seguir manteniendo 'la coherencia de la responsabilidad con España, que se demuestra en los momentos realmente difíciles' como los vividos.
El líder del PSOE recalcó que 'hay momentos en la vida política' donde un gobierno 'procura poner los intereses generales por encima de los que puedan ser los de partido'. 'Así lo hemos hecho en esta legislatura', remató.