jueves, 02 de mayo de 2024

Luces de Alén Mar. As Escolas de Americanos en Galicia, cumplió 10 años de andadura por Galicia

Cuba Intervención Vicente Peña web

En este año 2022 que acaba de terminar, la exposición "Luces de Alén Mar. As Escolas de Americanos en Galicia" ha cumplido una década de recorrido, algo poco común en cualquier tipo de muestra y menos frecuente aún en una que, en principio, parece altamente especializada. Sobre ella, su periplo y el previsible futuro que le aguarda satisfizo conversar con su comisario y amigo Dr. Vicente Peña Saavedra, antiguo profesor de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).

Comienzo esta histórica entrevista con este estudioso y defensor de lo noble y bueno realizado por la diáspora gallega al otro lado del Atlántico, preguntando. 

¿Cómo surge la exposición y cuál es su motivación?

La exposición Luces de Alén mar es una iniciativa del Consello da Cultura Galega (CCG) y la Secretaría Xeral da Emigración (SXE) de la Xunta de Galicia, que se organizó desde del Arquivo da Emigración Galega (AEG) con motivo del centenario fundacional de las Sociedades Gallegas de Instrucción constituida en América, una efeméride que se viene cumpliendo desde el primer lustro de este siglo y que continúa hasta el ecuador de los 30. 

La muestra fue preestrenada en junio de 2012 en el marco del X Pleno del Consello de Comunidades Galegas, celebrado en Santiago de Compostela. Y fue inaugurada oficialmente en febrero del año  siguiente (2013) en el Museo Pedagóxico de Galicia (MUPEGA). 

La exposición da continuidad a otra promovida por las mismas instituciones que llevaba por título "Nós mesmos. Asociacionismo galego na emigración", la cual se mantuvo en activo entre 2008 y 2014, circulando por diversos países de Europa y América.

¿Qué objetivos persigue la muestra?

La muestra persigue fundamentalmente tres objetivos:

1. Rendirles un homenaje de enaltecimiento y gratitud a las asociaciones microterritoriales de la emigración gallega como impulsoras de la experiencia de escolarización popular más destacada de cuantas se registran en la Galicia contemporánea, tanto por su extensión como por las implicaciones educativas y sociales que comportó, con un manifiesto y tangible afán de logro de calidad de la enseñanza, en términos comparativos con la oferta escolar que entonces existía en el mundo rural, hacia donde se dirigía de modo preeminente.

2. Poner en valor las aportaciones que hicieron las agrupaciones de la diáspora a la difusión y mejora de la enseñanza en sus localidades de referencia y ponderar las repercusiones prácticas que tuvieron.

3. Fomentar la continuidad del estudio, la recuperación y la divulgación de esta obra de dinamización educativa y cultural de manera territorializada, parroquia a parroquia, municipio a municipio, comarca a comarca. Una tarea a la que todos estamos convocados y a la cual tengo el convencimiento de que en alguna medida cada uno de nosotros podremos contribuir.

¿Cuáles son los contenidos esenciales de la exposición?

La exposición se halla estructurada en 43 paneles y 15 secciones o bloques temáticos a lo largo de los cuales se hace un seguimiento de la emigración y sus realizaciones en el campo escolar, desde la partida de los lugares de origen de quienes participaron en la travesía ultramarina hasta el escrutinio del uso y destino de las infraestructuras escolares de los emigrantes en la actualidad. 

En líneas generales se examinan las variantes de intervención escolar, se efectúa su recuento y cartografía, se documentan los idearios y proyectos educativos propugnados, se esbozan los modelos y variantes de la arquitectura escolar por la que optan, la dotación de los equipamientos que promueven, los programas académicos que implantan y la acogida y respuesta por parte de los coetáneos y de las instituciones y sociedad de nuestros días. 

En la muestra se pone de relieve que el legado escolar de los ausentes supuso un ahorro muy considerable para las arcas públicas y un beneficio comunitario inmediato y diferido que continuamos usufructuando en la actualidad. Todo esto resumido y condensado en una muy escueta síntesis. Cada panel se compone de un breve texto verbal que sitúa al visitante ante la temática que en él se aborda y va acompañado de un gran número de elementos iconográficos que proveen a la exposición de una gran carga intuitiva y hacen muy agradable y atractivo el seguimiento de su línea discursiva para cualquier persona. Existe, además otra variante de la muestra de dimensiones más reducidas, pero con los mismos contenidos de la versión de gran formato, concebida para salas de menor tamaño.

¿Quiénes participaron en ella?

Como queda dicho, la exposición está coorganizada por la Xunta de Galicia a través de la Secretaría Xeral da Emigración y el Consello da Cultura Galega a través del Arquivo da Emigración. En ella participaron como documentalistas las técnicas del AEG Carolina García Borrazás y Mª Teresa García Domínguez, siendo comisariada por mí. Colaboraron además alrededor de una treintena de instituciones y particulares, junto a un amplio equipo de diseño gráfico y producción. 

Cabe indicar que en casi todos los lugares que visita suele acompañarse de piezas de diverso tipo de la zona, con preferencia provenientes de las antiguas escuelas de emigrantes de la respectiva comarca o de la emigración en general de aquel entorno, lo que le confiere un carácter singular y único a cada presentación, otorgándoles un valor añadido. Dispone además de un extenso catálogo del que ya se ha realizado una edición revisada y ampliada y del que existe una doble versión impresa y digital, esta última de acceso libre en abierto. 

La muestra se complementa con el espacio web As Escolas da Emigración, alojado en el servidor del CCG (http://mapas.consellodacultura.gal/escolas/), donde las personas interesadas pueden obtener información más precisa de las escuelas y de sus promotores.

¿En qué lugares se presentó Luces de Alén Mar?

Hasta la fecha, la exposición recaló en medio centenar de espacios expositivos de las cuatro provincias de la comunidad autónoma, repitiendo además visita en algunas localidades –lo cual acredita la buena acogida que el público le dispensó–, y adentrándose también en Portugal.

Ninguna otra muestra de las actualmente en activo, auspiciadas por los organismos mencionados, ha tenido una vigencia tan duradera y una singladura tan extensa por la geografía gallega, que confío en que se mantenga aún en los próximos años.

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Intervención de Vicente Peña en Limodre, Fene, provincia de A Coruña

Conozco que usted cursó parte de sus estudios en una antigua escuela de emigrantes, ¿cómo recuerda aquella experiencia?

Efectivamente, yo realicé mis estudios primarios en la escuela pública de San Claudio (Ortigueira) que se alojaba en un monumental edificio escolar –todavía hoy elegante y espléndido, en magnífico estado de conservación– sufragado por la Sociedad de Instrucción y Recreo San Claudio, que sigue existiendo en La Habana. 

La construcción de aquel edificio, que actualmente es la sede de la Asociación Centro Cultural Libro Vivo y alberga el Museo Escolar Comarcal del Ortegal (MECOR) del que soy responsable, fue supervisada por mi abuelo Vicente Peña Fernández, que vino expresamente desde Cuba como delegado especial  de la sociedad con el cometido de proceder a la fabricación del inmueble. 

En 1921 se colocó la primera piedra –cuyo centenario celebramos en el último bienio, con la presencia  de Luces de Alén Mar– y en la segunda mitad de los años veinte se concluyó la obra. 

Yo no fui consciente de la importancia simbólica de aquel colegio hasta muchos años después, cuando ya cursando estudios universitarios recuperé parte de los recuerdos gráficos, manuscritos e impresos de la etapa de emigrante de mi abuelo. Más tarde realicé mi tesis doctoral sobre las Escuelas de Americanos y las Sociedades Gallegas de Instrucción. También con posterioridad me enteré de que mi otro abuelo, Ramón Saavedra Canto, había sido directivo de la sociedad La Devesana. Y aún tuve el privilegio de que la Sociedad Pro Intrucción, Recreo y Auxilio Mutuo San Claudio, continuadora de la primera, me nombrase hace casi tres décadas socio de honor. Debo agregar que como homenaje colectivo a las Sociedades Gallegas de Instrucción y a sus escuelas, así como a los filántropos individuales su obra en el campo educativo, cuando elaboramos el proyecto museológico y museográfico del MUPEGA, a comienzos de nuestro siglo, decidimos dedicarles a estos centros docentes, entidades y particulares el espacio central de la exposición permanente del citado museo (As escolas chegadas de alén mar) y así se mantiene en la actualidad, al cabo de veinte años, como manifestación perenne de gratitud de Galicia hacia ellos.

Un caso único en los museos pedagógicos y de la emigración de todo el mundo, por cierto, que quizá no siempre se ha subrayado como merece. Como puede suponer, me siento muy complacido por haber realizado mis estudios primarios en la escuela de San Claudio y enormemente orgulloso del compromiso y legado de mis dos abuelos, al igual que de todos cuantos con ellos mancomunadamente contribuyeron al desarrollo de una iniciativa tan altruista, prometedora y singular, que continúa siendo un ejemplo de entrega comunitaria y generosidad social para las generaciones presentes y venideras.

¿Cuáles son las perspectivas de futuro que prevé para la exposición?

Siempre a expensas de lo que determinen las instituciones organizadoras y promotoras, mi idea y mi deseo serían que la muestra continuase su recorrido por todo el territorio gallego, visitando particularmente las localidades donde exista o haya habido un centro educativo de fundación emigrante, pero también otros lugares que la soliciten, recalando preferentemente en las sedes sociales de las agrupaciones culturales y vecinales y, por supuesto, en los colegios y demás establecimientos de enseñanza con el propósito de que la experiencia que en ella se relata sea conocida por las generaciones más jóvenes, en cuanto valiosa fuente de aprendizaje y útil práctica formativa. 

Sin lugar a dudas, entre las expectativas a corto plazo se encuentra también la de que pueda cruzar el Atlántico y exhibirse en los países en donde se gestó toda la obra que en ella se glosa y en donde siguen existiendo muchas de las sociedades que la fomentaron, en particular en Cuba y Argentina, pero también en Uruguay, Brasil o Estados Unidos. Y sería deseable asimismo que circulase por las dependencias de las sociedades gallegas diseminadas por toda España y aun por Europa, siempre que fuese de su interés. Pero todo esto no es más que un anhelo optimista por mi parte. 

Ojalá que consiga hacerse realidad en alguna medida. Algo que, claro está, ya no depende de mí.

Como cubano descendiente de cuatro abuelos gallegos emigrados a Cuba a principio del siglo XX: por mamá de Coles y Santamariña do Monte y por papá ambos de Rairo, Ourense; defensores  de la lengua, folklore sin olvidar lo benéfico al ser fundadores de muchas asociaciones gallegas en lo particular e hispanas en lo general en la mayor de las Antillas, que a pesar de los pesares siguen cumpliendo el legado de nuestros ancestros.

Cuba Felipe y Vicente en La Habana web
Felipe Cid y Vicente Peña en La Habana

A ti Vicente agradezco la positiva y prontitud con la que respondiste a mi llamado de entrevistarte.

Gracias amigo.

Felipe Cid