Se cumplen dos años del inicio de la guerra de Ucrania. España ha acogido a 200.000 ucranianos desde la invasión, tantos como habitantes tiene Almeria, Sabadell u Oviedo. Una cifra nada desdeñable.
La ministra Elma Saiz ha dado conocer estos datos, de los que destacan que un 61% de ese número son mujeres y un 31% menores, dentro de este segmento, hay cerca de 2.000 menores ucranianos no acompañados, en tanto que ha remarcado que "España se mantiene firme con el pueblo ucraniano" en una efeméride que "duele recordar".
El ministerio ha reivindicado en un comunicado el "gran esfuerzo de coordinación" por parte de todas las administraciones a la hora de señalar que España es el quinto país de la Unión Europea (UE) por número de concesiones de protección temporal a personas llegadas de Ucrania desde el inicio de las hostilidades por parte de Rusia.
La inversión pública para atender y ayudar a la población ucraniana desde 2022, entre fondos del Gobierno y cofinanciación de la Unión Europea, supera los 1.400 millones de euros.
Por su parte, la secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, ha calificado la respuesta de España a la coyuntura de "ejemplar, demostrando una gran agilidad y capacidad de adaptación a las distintas circunstancias de la emergencia".
El perfil del refugiado ucraniano es el de una persona joven y con estudios universitarios, la media es de 31 años, y una mayoría son mujeres y menores de edad.
Coincidiendo con esta triste efeméride, en algunas ciudades se han producido manifestaciones. Es el caso de Vigo, donde la Asociación de Ucranianos en Vigo y Stand with Ukraine se manifestaron para exigir el cese de la agresión rusa a su país de origen, después de 10 años de tensiones entre rusos y ucranianos con la anexión de Crimea y 730 días desde el comienzo de la invasión rusa.
La marcha silenciosa salió desde la Plaza de España y finalizó en el Marco, donde medio centenar de ucranianos exigieron la verdad y la paz para su país. Una nueva manifestación de la colonia ucraniana en Vigo que emigró por las dificultades de residir en su territorio por la guerra.