El pasado fin de semana el Centro Gallego de Castellón celebró, como ya viene siendo tradicional, la fiesta del Magosto y Samaín (castañada), una celebración que se pierde en la noche de los tiempos de las tradiciones gallegas y su pasado celta.
Las castañas fueron el protagonista principal, fruto abundante en los montes gallegos, y que ha sido el principal sustento hasta la llegada de la patata con el descubrimiento del nuevo mundo.
Samaín, conmemoración de los países celtas, traída por los emigrantes irlandeses, adoptada y modificada en los EE.UU, de venerar a los espíritus ausentes a través del fuego, y la llegada de la oscuridad con la llegada del ciclo invernal, el fin de las cosechas. Tradiciones, que perduran, pese a la llegada de modismos y tecnologías.
Nuestra entidad, pese a la distancia, quiere mantener viva nuestros vínculos culturales más tradicionales entre las nuevas generaciones, y con ello , con la realización y divulgación de una forma de vida, que no conocieron ni disfrutaron, de la que a pasos agigantados pretenden hacer desaparecer en aras de modas y gustos foráneos, que son la esencia de los valores de nuestras tradiciones como pueblo.
La celebración estuvo abierta al público y se repartieron gratuitamente 140kg de castañas asadas, procedentes de las tierras de Chantada (Lugo) acompañadas de vino nuevo, que al son de la música tradicional hicieron las delicias de los asistentes.