El 25 de abril se cumplieron 50 años de la sublevación militar que cambió la historia y la vida de los portugueses. Tras 48 años ininterrumpidos de dictadura, el 25 de abril de 1974, Portugal se unió a la revuelta pacifica iniciada por los militares blandiendo claveles.

Hace cinco décadas, en apenas doce horas de levantamiento civil-militar, se puso fin a la dictadura más larga de Europa occidental. 

La Revolución de los Claveles contó con un fuerte respaldo popular y puso fin décadas de autoritarismo liderado primero por Antonio de Oliveira Salazar y luego por Marcelo Caetano. El golpe de Estado, que comenzó durante la noche del 24 de abril de 1974 y culminó con la rendición de Caetano ante las fuerzas militares a media tarde 25 de abril, estuvo marcado por la ausencia de enfrentamientos armados.

Uno de los momentos más emotivos de la revolución, que se conmemora este jueves con diversas actividades en el país luso y con réplicas en otras partes del mundo, fue  cuando el pueblo portugués salió a las calles para apoyar a las fuerzas golpistas, ofreciéndoles claveles. Este gesto espontáneo dio origen al símbolo y nombre de la revolución.

La revolución supuso también el inicio del fin del colonialismo y tras el golpe de Estado, los gobiernos portugueses iniciaron la descolonización de las colonias africanas. En 1975, Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe obtuvieron su independencia.