jueves, 28 de marzo de 2024

Holanda vigilará cuarentenas y hará pruebas de COVID en el aeropuerto de Schiphol

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Aeropuerto de Amsterdam
El Gobierno holandés anunció que pondrá un servicio voluntario de pruebas de coronavirus en el aeropuerto de Schiphol Ámsterdam para los pasajeros que regresen de zonas de riesgo, que tendrán que someterse a dos semanas de cuarentena vigilada por las juntas locales de seguridad.

El Ejecutivo holandés, que adelantó la vuelta de las vacaciones debido al rápido crecimiento de casos de coronavirus, explicó que la prueba que se hará a los viajeros no tendrá un carácter obligatorio, pero el servicio de test será accesible para todos en la zona de llegadas.

También se les recordará activamente que deben cumplir una cuarentena en casa de dos semanas, inmediatamente después de aterrizar en el país, y llamar a los servicios sanitarios para hacerse la prueba en caso de tener síntomas relacionados con la Covid-19.

El ministro holandés de Sanidad, Hugo de Jonge, advirtió de que, aunque legalmente no puede exigir el cumplimiento de la cuarentena, los equipos locales de seguridad (GGD) tendrán acceso a la base de viajeros para tenerlos controlados y llamarán a los viajeros para verificar que están cumpliendo con esta recomendación.

"Queremos hacer pruebas en las puertas por las que entran los viajeros que regresan de los países en color naranja para asegurarnos de que no han traído el coronavirus en su maleta", dijo De Jonge, en referencia también a regiones como Barcelona, Gerona y Segrià, que dejaron de estar en amarillo para pasar a considerarse zonas de riesgo.

Además, a nivel nacional, los clientes de los establecimientos de restauración tendrán que dejar sus datos de contacto y su nombre para facilitar el seguimiento del origen de los contagios en caso de un brote, una regla que ya se aplica en los países vecinos, como Alemania.

Los restaurantes, cafeterías y terrazas solo podrán tener clientes sentados en mesas, y no de pie, y en caso de un brote de coronavirus en la industria de la hostelería, museos o parques de atracciones, se podría ordenar su cierre durante dos semanas.

Pero el Gobierno holandés sigue rechazando obligar al uso de mascarillas porque tienen un "efecto conductual" en las personas que las usan, creándose una falsa sensación de seguridad que hace que se olviden de mantener la distancia de metro y medio, considerada más efectiva para controlar los contagios, subrayó el primer ministro, Mark Rutte.

"Esperábamos un verano tranquilo, pero desgraciadamente no será así. El virus está experimentando un avance peligroso. Las cifras son claras. Tuvimos el virus bajo control entre marzo y junio, y eso se hizo especialmente siguiendo las reglas básicas", advirtió.

Además, se dirigió a los más jóvenes -entre los que se está registrando el mayor número de contagios estas últimas semanas- para recordarles que "el coronavirus no es una broma y es muy estúpido pretender que lo es" y subrayó que "es importante darse cuenta de que la gran parte de los contagios se producen en casa, en un cumpleaños o cena con amigos".

"No queremos un segundo confinamiento, no tenemos porqué imponerlo, pero eso no es fácil. Cada vez más personas no siguen las reglas y eso se puede ver en las cifras. Eso es preocupante", recalcó Rutte.