Françoise Palmerio-Vielmas, presidenta de Cinespaña, el festival de cine español de Toulouse, se muestra preocupada por la situación del cine español: "Notamos que la crisis poco a poco va reduciendo la producción", aunque el problema "afortunadamente -dice-, no afecta a la calidad".

"Entendemos que cada vez hay una mayor dificultad para producir películas; de hecho, sólo 'Ocho Apellidos vascos', de Emilio Martínez Lázaro, ha conseguido arrastrar de forma masiva al público; un éxito enorme, de una sola vez, que sin embargo, esconde una realidad más oscura", opina Palmerio-Vielmas. Paradójicamente, añade  "el cine español es rico en talento que, a pesar de la adversidad, logra crear películas originales gran poder creativo".

Este festival, que nació hace diecinueve años en Toulouse por el amor al cine de un grupo de profesores universitarios españoles, es hoy un referente no sólo para los españoles que viven en la ciudad rosa, que son muchos, sino para un público francés deseoso de conocer la variedad de la cinematografía actual española.

Descendiente de españoles

Esto lo sabe muy bien Patrick Bernabé, programador del festival desde sus inicios, descendiente de españoles y experto en cine español: "El festival es hoy generalista, lo que buscamos es dar a conocer una visión variada del cine español, por eso intentamos ofrecer un poco de cada cosa".

Este año, la selección ha incluido a Jaime Rosales; Manuel Martín Cuenca; Carlos Marqués-Marcet; Gabriel Velázquez; Roberto Castón, Luis Miñarro y Mar Coll, aunque esta es solo la lista de los que compiten en la sección oficial por la Violeta de Oro, cuyo ganador se conocerá esta misma noche.

De manera paralela, se programa cerca de un centenar de cintas, a razón de unas quince películas al día, que recorren todo el panorama actual del cine español, desde la taquillera "Ocho apellidos vascos" o la seleccionada para ir a los Óscar, "Vivir es fácil con los ojos cerrados", al exquisito documental "Costa da morte", de Lois Patiño.

La selección, explica la presidenta, "se hace pensando en el público y en el gusto francés, pero hay que tener en cuenta que aquí hay muchos españoles".

"Empezamos a ver películas y nos trajimos unas cuantas; fue tal éxito -explica el desde entonces programador del festival- que al año siguiente decidimos transformarlo en Cinespaña, claro que las autoridades francesas y españolas nos ayudaron muchísimo", aclara.

Ciudad muy española

"Esta ciudad es muy española. Tras la I Guerra Mundial, Francia necesitaba mano de obra y llegaron los españoles, los polacos y los italianos, pero luego llegaron los exiliados de la Guerra Civil y después se han ido sumando los emigrados económicos, y todos se han ido quedando y tienen aquí sus familias; aparte, ahora tenemos los 'Erasmus'", explica Bernabé.

"Cuando paseas por Toulouse siempre oyes palabras en español", celebra la presidenta, que destaca la gran sintonía "desde el principio" con el Instituto Cervantes de la ciudad.

El impulso fue culpa del director del Instituto Enrique Camacho, recuerda Bernabé, que "llegaba directamente del Cervantes de Nueva York, donde había creado un festival de cine español y eso fue definitivo para que Cinespaña diera el paso de aficionado a profesional", ha dicho.

Un festival que en estos años ha recibido ilustres visitantes, muchos de ellos, explica Palmerio-Vielmas, que han viajado "por su cuenta".

José Sacristán, Luis Tosar, Carmen Maura, Antonio Dechent, Antonio de la Torre, Emma Suárez... nombres de una larga lista que recuerda la presidenta a bote pronto: "Al principio no era fácil, pero luego la gente viene encantada, a pesar de que no les pagamos".

"Nos gusta saber que en España los cineastas miran la web para saber qué películas hemos elegido", comenta, sin querer "mojarse" sobre su película favorita para la Violeta de Oro.