Amante de los viajes y convencida de que viajar es el único gasto que enriquece al ser humano, María Díaz González trabaja actualmente en la Oficina Española de Turismo (Turespaña) en Dinamarca. Desde allí, promociona España como destino vacacional entre los daneses y asesora a las empresas turísticas españolas que quieran introducir sus productos entre las agencias de viaje de Dinamarca.

María, ¿cómo acabaste en Dinamarca?
Bueno, no hubo un "motivo para irme", sino que fue una cadena de sucesos. Empecé con unas prácticas en un hotel de ski en Avoriaz (Francia) donde conocí a quien ahora es mi marido, un danés. Y, después, le seguí hasta Copenhague. En ningún momento tuve la intención de irme para siempre y, de hecho, a día de hoy sigo pensando que todo es temporal y que volveré...

¿Cómo es la vida en Dinamarca?
He encontrado un lugar que se adapta perfectamente a mi, organizado pero lleno de actividad. Es cierto que es frío y oscuro, pero está lleno de bosques y el respeto a la naturaleza es más que patente. Es un país moderno pero receloso de todas sus pequeñas tradiciones. Y con gente distante pero amigable y honrada. Lo que más valoro es la sensación de seguridad, la mentalidad generalizada de que menos es más porque el valor está en la sencillez. La vida en familia y la serenidad están por encima del trabajo.

¿Te costó adaptarte?
No, no me fue difícil en absoluto. Cuando llegué, joven y enamorada, estaba en una nube... El idioma lo aprendí en un suspiro, los arenques y panes negros me resultaban manjares y el frío se combatía con la ropa apropiada. Lo peor era y es la oscuridad del invierno, pero en general Dinamarca no es mal país para adaptarse si se tiene una mínima intención.

¿Qué es lo que más echas de menos? 
A mi madre claro... Y mi pueblo en la montaña, el pescado fresco y las castañas asadas del otoño en Asturias.... Cuando me fui, eso sí, todo fueron apoyos... Recuerdo las palabras de mi tío "Kike": "Si no va bien, vuelves y punto". Me lo dijo con una naturalidad que no esperaba y eso me impactó.

¿Recomendarías a los españoles la experiencia de la emigración? 
¡Claro que sí! Experimentar otras culturas es extremadamente importante para comprendernos y ser tolerantes. Es parte del ser humano y no importa el motivo que nos mueva. Siempre hubo en la historia quien viajaba para trabajar (el emigrante), quien trabajaba viajando (los trashumantes o los arrieros) y quien viajaba por curiosidad intelectual o espíritu aventurero. Se mire como se mire, viajar es el único gasto que nos enriquece.

¿Has conocido a más españoles en Dinamarca?
Sí, aunque reconozco que durante los primeros dos años procuré evitarles para poder integrarme y aprender el idioma lo mejor posible... Ahora, por mi trabajo y mi condición de madre de niños bilingües, me relaciono mucho más con españoles. Generalmente son gente en mi misma situación, es raro que me tope con los recién llegados...

¿Viajas a España a menudo?
¡Menos de lo que quisiera y más de lo que mi economía me permite! Pero por mi trabajo voy también una o dos veces al año.

Estás implicada, además, en la Asociación Hispana en Copenhague, también llamada "Los Cervantitos"... ¿Qué actividades hacéis?
Cervantitos es una pequeña asociación cultural hispana que existe desde hace 35 años. Sus socios son principalmente familias bilingües. Intentamos transmitir la lengua y las tradiciones de nuestros países. Apoyamos así la educación multicultural de nuestros hijos e intentamos motivarles para enriquecerlos y que se sientan cómodos e identificados con nuestra cultura. Nuestro programa de actividades es bastante sencillo: nos concentramos en lo que más nos solicitan las familias,que son cursos de español para los más pequeños. También hacemos excursiones o eventos que nos mantienen un poco más unidos dentro de esta comunidad, pero sin invadir demasiado la vida privada de las familias. Algunas de estas actividades ya son tradición, como la fiesta de los Reyes Magos, el picnic de final de curso o la visita a algún museo. Estas actividades se realizan gracias a la colaboración de los padres y la coordinación de la junta directiva (formada por padres también). 

¿Cómo obtenéis la financiación?
Hasta ahora nos hemos financiado con una pequeña cuota de socios y subvenciones del gobierno español. El municipio de Copenhague nos ha proporcionado los locales para los cursos. No es que seamos muchos socios, pero cada año somos más y con más ganas de hacer cosas nuevas.