jueves, 25 de abril de 2024

Una despedida en la intimidad para un 'servidor del Estado'

Una vecina de Vilalba firma en el libro de condolencias en la vivienda familiar de Manuel Fraga.
Los reyes, la clase política y todo el PP despidieron ayer al 'servidor del Estado' y del interés general que fue Manuel Fraga Iribarne, pero no ha sido en un acto solemne, sino en la intimidad de su domicilio madrileño. Su capilla ardiente pudo instalarse en el Congreso o en el Senado, pero sus hijos decidieron que las visitas se hicieran en la vivienda en la que 'don Manuel' residió durante estos años, sin boato de ninguna clase. Sin desfiles ni ceremonias, todas las altas autoridades del Estado han acudido al piso de Fraga y de su familia. Los reyes, el presidente del Gobierno, casi todos sus ministros, las altas autoridades del Parlamento -Jesús Posada y Pío García-Escudero-, una nutrida representación de los barones autonómicos e insignes miembros del PP se acercaron a la capilla ardiente.

Hombre honrado
Quienes se han dejado ver han lanzado un mensaje casi idéntico: Fraga fue un hombre honrado, austero y enérgico que antes que en él mismo o en su partido pensó siempre en el interés general.

Por medio de sendos telegramas, los reyes y los Príncipes de Asturias han remarcado la condición de 'gran servidor del Estado' de Fraga, de quien también recuerdan su papel en la Transición, su lealtad a España, su formación intelectual y su cariño por Galicia.

El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, uno de los más madrugadores en visitar la capilla ardiente, ya había plasmado su opinión en un artículo, en el que sitúa al presidente fundador del PP como ejemplo para superar la crisis actual y cualquier tentación de desánimo.

'Una persona decente' y un trabajador incansable son otros rasgos que cita el jefe del Ejecutivo, para quien la historia reciente de España ha de guardar un hueco para hombres como Fraga, que apostaron por la libertad y la prosperidad. Más o menos igual se ha expresado la número dos de Rajoy, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Los representantes de los ciudadanos han puesto énfasis en la herencia histórica de Fraga, sobre todo porque caminó de la dictadura a la democracia y supo aglutinar al centro-derecha alrededor de un solo partido.
El expresidente José María Aznar, hijo político de Fraga, ha subrayado que su vida no puede explicarse sin la de Fraga. Lo mismo ha afirmado su mujer, Ana Botella, alcaldesa de Madrid. Ella, al igual que tantos otros, ha descrito al expresidente gallego como un referente inolvidable.

Los ministros José Manuel García-Margallo, Cristóbal Montoro o José Ignacio Wert precisamente han resaltado el protagonismo de Fraga en la redacción del vehículo a la democracia: la Constitución.

Incluso compañeros de ponencia en aquel entonces, como Miquel Roca o José Pedro Pérez Llorca, han recordado su contribución 'decisiva' a un texto que, salvo cambios puntuales, se mantiene inalterable. El PP al completo ha dejado claro que vive un día de 'pérdida' y homenaje a quien fuera su fundador, y de hecho ha instalado en su sede un libro de condolencias para que los ciudadanos le dediquen su último tributo.

Otras formaciones políticas han manifestado su pesar por el fallecimiento de Fraga, como el PSOE, cuyo candidato a secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, incluso se ha desplazado al domicilio. Lo mismo ha hecho el vicesecretario de Organización, José Blanco, otro gallego, pero en las antípodas ideológicas de Fraga. Carme Chacón, aspirante a dirigir el PSOE, ha optado por enviar telegramas de condolencias al PP y a la familia.

Más críticos han sido los partidos de izquierdas, como el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, pues ha rescatado la memoria de Julián Grimau, uno de los últimos ejecutados durante el franquismo.
Aparte de la envergadura histórica, dirigentes como Juan José Lucas y el propio Mayor Oreja han resaltado el ambiente modesto que está rodeando el fallecimiento de Manuel Fraga, una de las figuras cruciales de la democracia española.

Duelo en 90 metros cuadrados
El domicilio familiar de Manuel Fraga se ha quedado pequeño para recibir las decenas de coronas fúnebres que han ido llegando y también a las numerosísimas personalidades que han querido acercarse a su casa del barrio de Moncloa, en Madrid, para mostrar sus condolencias a la familia. Los familiares han preferido instalar la capilla ardiente en su vivienda habitual, un piso de poco más de 90 metros cuadrados en el que han tenido que amontonarse por momentos algunas de las visitas, pese a que la llegada de compañeros y amigos ha sido dosificada.

El día era uno de los más desapacibles de todo el invierno en la capital, con lluvia incesante desde las once de la mañana y un frío gélido que los casi cien periodistas congregados en la entrada del edificio han aguantado estoicamente. Uno de los pocos consuelos que han tenido los periodistas ha sido el gesto de un local comercial cercano, que les ha llevado trozos de empanada gallega para aliviar su tarea y, a la vez, promocionar el producto.
No ha sido fácil su trabajo, en una acera estrecha que han taponado por completo. A ello se ha sumado el factor añadido de una marquesina de autobús cercana, lo que ha obstaculizado sobremanera el tránsito de los vecinos del lugar y de las personas que acudían a rendir el último tributo a Fraga.
El primero de ellos el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que ha llegado acompañado por la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, sobre las nueve de la mañana.

Quien más expectación ha generado ha sido el ex presidente José María Aznar, que ha coincidido dentro del domicilio con su esposa, Ana Botella, alcaldesa de Madrid, para luego abandonar juntos la casa.

La mayor parte de los asistentes ha permanecido dentro entre cinco y veinte minutos, seguramente para no formar aglomeraciones dadas las dimensiones del piso, pero el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, de quien Fraga fue su mentor político, ha permanecido cerca de una hora. Después, ha abandonado el lugar muy emocionado, al igual que el eurodiputado Jaime Mayor Oreja y el ex ministro franquista Juan Miguel Villar Mir. Según han dicho algunos de ellos, la familia está muy afectada, pese a ser conscientes de que el desenlace era inminente.

Decenas de coronas han llegado desde todas las instituciones. Desde los reyes y los príncipes, hasta el Gobierno, el Senado o la Real Academia de la Historia, de la que Fraga era miembro. Algunas de ellas, además, a título personal, entre ellas del presidente de la Cámara Alta, Pío García Escudero, el propio Gallardón o el ministro de Asuntos Exteriores, José García Margallo.
Todos los que han desfilado por el domicilio de Manuel Fraga Iribarne han destacado su servicio al Estado y su papel clave en la transición, pero la trayectoria de Fraga es tan extensa que prácticamente todos tenían alguna experiencia personal que contar de él. No han faltado personajes más atípicos, como el padre Ángel, la cantante Encarnita Polo o el periodista José María García, además de un espontáneo, habitual en los grandes actos del PP en Madrid, que ha tocado el himno nacional con su armónica en honor de Fraga.n

Tres días de luto y funeral con gaiteiros en la Catedral
La catedral de Santiago de Compostela acogerá el próximo sábado, a las doce del mediodía, un funeral por Manuel Fraga, al que los gallegos despedirán al son de la música de los gaiteiros que le acompañaron en sus cuatro tomas de posesión como presidente de la Xunta.

Así lo anunció en Madrid el actual titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien se ha trasladado a Madrid para despedirse de una persona 'clave' y dar el pésame a los familiares del presidente fundador del PP para testimoniarles el respeto y el cariño del pueblo gallego y, por supuesto, de todas las fuerzas y partidos políticos de la comunidad y de la Xunta.

Precisamente, el ejecutivo regional ha decidido celebrar un solemne funeral en la catedral de Santiago el próximo sábado para despedir 'a don Manuel, en la plaza del Obradoiro, donde él juró cuatro veces consecutivas como presidente de la Xunta', ha anunciado Feijóo. Y han decidido despedirle entre gaiteiros porque la Xunta cree que 'le gustaría irse con la música de Galicia y con los gaiteiros que le han acompañado en sus tomas de posesión', ha añadido el presidente autonómico.

Elogios
Feijóo no ha ocultado su orgullo, 'como español, como gallego y como político', de haber compartido muchos momentos con Fraga.

Como español, ha añadido, porque Fraga ha sido un 'actor' de la Transición española, uno de los creadores de la Constitución y de las libertades y la democracia, además de haber fundado uno de los partidos en el que descansa alternativamente el Gobierno de la nación. Como gallego, Núñez Feijóo está orgulloso porque en la cabeza de Fraga 'cabía el Estado y en su alma cabe y cabía Galicia', y como político, porque 'don Manuel ha acreditado que ha sabido llegar y en cada punto que llegaba, ha sabido estar'.

Además, la Xunta declaró ayer tres días de luto oficial por el fallecimiento de Manuel Fraga, quien, entre otros cargos, fue presidente de la Comunidad entre 1989 y 2005. Feijóo destacó que el sentido que guió el día a día del fundador del PP 'fue el compromiso con el país, con Galicia y con España'.

Por su parte, el alcalde de Lalín (Pontevedra), José Crespo, ha opinado que el ex presidente de la Xunta y fundador de su partido, Manuel Fraga, 'algún día debería pasar al Panteón de Galegos Ilustres, porque lo merece como cualquiera de los que deben estar allí', teniendo en cuenta que 'contribuyó de forma extraordinaria a la modernización de Galicia'. 'Eso sí, siempre El regidor lalinense ha subrayado que Fraga fue 'un gallego irrepetible' tras describirle como 'una persona entregada de por vida al servicio público' y que 'supo adaptarse a las circunstancias en cada momento teniendo por norte el interés general de Galicia y España'. 'Hubo un antes y un después de Fraga', ha incidido.

'Era tremendamente pasional, ponía pasión a todos sus quehaceres políticos, vivía por y para la política', ha destacado, convencido de que 'fue un hombre coherente en su trayectoria política a lo largo de más de seis décadas y comprometido con lo que él entendía que se debía comprometer'.n