sábado, 20 de abril de 2024

La crisis y la reforma de la Loreg dejan un 'annus horribilis' para la emigración

Imagen de las protestas contra la reforma de la Loreg.
Si hay un año que quedará marcado en la mente de la emigración española será 2011, pero al contrario que en otras etapas no será por conquistas sociales o nuevos logros para la emigración, sino como un auténtico �??annus horribilis�?� en el que los 1.702.778 españoles inscritos a 1 de enero en el PERE quedaron automáticamente borrados del padrón de los municipios y con ello cualquier posibilidad de mantener el derecho al voto que venían ejerciendo en el pasado. Los dos grandes partidos políticos, PSOE y PP, -con el respaldo de CIU y PNV- llevaban dos años negociando una reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General que tenía por objetivo marcar unas reglas más nítidas en cuanto a todo lo que rodea el proceso electoral. Así se legislaba sobre las fechas para realizar campaña, se regulaba la obligatoriedad de las televisiones en la cobertura informativa de la precampaña, se ponían límites a la publicidad, se solicitaban avales a los nuevos partidos que se presentaban a las elecciones y, de rondón, se colaban una serie de trabas en cuanto al ejercicio al voto de los ciudadanos españoles en el exterior. De este modo a la eliminación de los emigrantes en los censos de los municipios se añadió la obligatoriedad de �??rogar�?� el voto en el resto de los comicios.

La reforma quedó aprobada el 21 de diciembre de 2010 en el Congreso y fue tramitada con toda urgencia en el mes de enero en el Senado para que pudiera aplicarse a las elecciones autonómicas del mes de mayo. Pero los resultados fueron demoledores y los propios partidos que apoyaron la reforma reconocieron la necesidad de introducir cambios. La participación en mayo bajó del 23% a un escaso 4%.

Lo mismo sucedió en las elecciones generales del mes de noviembre pese a los ligeros retoques realizados para que los votantes no tuvieran que correr con ningún gasto en la solicitud del voto o la ampliación de horarios en los consulados durante los días de votación. Al final la participación bajó del 31 por ciento de 2008 a un 4,3 por ciento el 20-N.

A cambio de esta �??carrera de obstáculos�?� como fue definido el proceso de votación por muchos representantes de la emigración e incluso por políticos españoles, la LOREG contemplaba el derecho a poder votar en urna igual que el resto de los españoles. Lo cierto es que, como señaló el presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, Francisco Ruiz, �??votar en urna no es votar en una cajita de cartón�?�. Fueron muy pocos los que emplearon este sistema, y los electores se decantaron mayoritariamente por el voto por correo. Hablar del voto por correo supone un imposible, sobre todo en algunos países del continente americano, como Venezuela, donde de 87.000 votos enviados sólo se contabilizaron 8.

Elecciones
En esta misma línea ha quedado patente que 2011 ha sido un año marcado por las citas electorales: generales en el mes noviembre, municipales en toda España y autonómicas en el mes de mayo en todo el país excepto Galicia, Cataluña, Andalucía y País Vasco. Todas las convocatorias han estado marcadas por el triunfo del PP que consiguió gobernar en feudos tradicionalmente inalcanzables para los �??populares�?� como Extremadura y Castilla-La Mancha, y con esperanzas a alcanzar por primera vez Andalucía. Las elecciones generales marcaron el punto álgido del declive del PSOE, al que los �??populares�?� ganaron por más de cuatro millones de votos. La única excepción fue precisamente el voto emigrante, que dio la mayoría a los socialistas.

Otras elecciones muy distintas fueron las de los CREs y éstas estuvieron contagiadas por la misma baja participación que las anteriores, pero con una apatía que ya es crónica en su convocatoria. De nuevo quedaron sin constituir CREs en ciudades tan representativas como París o Londres. Son muchas las voces críticas con este órgano por su baja escasa representatividad y baja participación.

Los consejeros acudieron este año a un Pleno del Consejo dos meses más tarde de lo habitual, ya que se retrasó su celebración hasta el mes de septiembre. Para muchos fue su última participación, ya que en el próximo mandato habrá nuevos representantes. El Pleno de 2011 discurrió en un ambiente de tensión y frustración. Los consejeros son los representantes de los españoles en el exterior y todos ellos traían como objetivo mostrar el rechazo de los ciudadanos al recorte de derechos electorales. Esta situación se fue transformando en un pleno tenso que acabó con una declaración de los consejeros rechazando la presencia de los representantes de los partidos políticos.

Fue ésta una decisión que a punto estuvo de escindir a los consejeros en dos bandos irreconciliables. Algunos querían escuchar a los representantes de los partidos porque les costó mucho conseguir su presencia y porque una de las virtudes de la democracia es escuchar al otro aunque piense de forma contraria. Al final se impuso el sector que rechazó la presencia política y éstos marcharon sin poder exponer sus puntos de vista.

También en ese mismo Consejo se produjo una rebelión de muchas de las comunidades autónomas gobernadas por el PP, que no acudieron en protesta por no tener un turno asignado para su intervención. Para muchos de los representantes autonómicos ésta era su primera asistencia tras las elecciones del 22 de mayo, pero todo coincidieron en que era necesario buscar una mayor coordinación para complementar las políticas estatales de ayuda a la emigración, con las regionales.

Crisis
Otra de los grandes protagonistas del año ha sido la crisis, más acentuada que en años anteriores, y con un aumento constante en el número de parados. Esta situación ha tenido consecuencias inmediatas tanto dentro como fuera del país. Para los españoles en el exterior, porque el Gobierno ha tenido que reducir en los Presupuestos para 2011 las ayudas a la ciudadanía española en el exterior. Y dentro de España porque ha aparecido un fenómeno que no es nuevo, pero al que se le ha prestado mucha atención mediática, que es el de los jóvenes que se van al no encontrar salidas laborales en España.

Uno de los actos más llamativos fue el protagonizado por la embajada alemana en Madrid que convocó un acto para invitar a ingenieros de todas las especializadas a emigrar y ejercer su profesión en este país. Más de doscientos jóvenes acudieron a la cita, que también se repitió en Barcelona, con resultados similares. Lo cierto es que siempre ha habido jóvenes que al finalizar sus estudios deciden ir una temporada al extranjero a perfeccionar el idioma o a adquirir experiencia profesional. Pero si bien antes era una opción para un pequeño colectivo, ahora es casi obligatorio. Sin embargo, no existen estadísticas que demuestren o desmientan que la marcha de jóvenes es mayor que en el pasado. Para tener cifras reales sería necesario que se dieran de baja en sus municipios y que se inscribieran en los consulados, pero esto es algo que muy pocos hacen.

La crisis también ha supuesto un duro golpe para los emigrantes de algunas Comunidades, como la de Madrid, donde a finales de año cierra la Agencia Madrileña para la Emigración. Además, el cambio de Gobierno supone el adiós de los responsables de Emigración que en el nuevo organigrama ya no dependerá una Secretaría de Estado.

Retorno
Donde las estadísticas son más fiables es en los resultados de la prórroga de la Ley de la Memoria Histórica, una Ley que ha permitido a miles de descendientes de españoles recuperar la nacionalidad. Esta posibilidad acabará finalmente el 31 de diciembre tras concluir el período de prórroga autorizado por el Gobierno. Para esa fecha, el Ministerio de Asuntos Exteriores confía en alcanzar la cifra de los 450.000 nuevos españoles. En el mes de septiembre se habían presentado 378.862 solicitudes, de las que 348.944 fueron por parte de hijos, 24.076 por nietos y 5.997 por otras causas. El 95% de las solicitudes presentadas fueron aprobadas, siendo la mayor parte de los solicitantes ciudadanos residentes en Iberoamérica.

Y siguiendo con las estadísticas éstas reflejan que la emigración no es un fenómeno del pasado. La gente se mueve, se desplaza, cambia de residencia, pero hay una resistencia semántica a denominar a estos movimientos emigración. La nueva terminología prefiere hablar del multiculturalismo. Lo cierto es que en el año 2009 los españoles en el exterior eran 1.471.621, en 2010 pasaron a 1.574.123 y a 1 de enero de 2011 se alcanzaba la cifra de 1.702.778. En estas cifras ha tenido una gran repercusión la Ley de la Memoria Histórica.
Y el resumen del año 2011 no quedaría completo sin abordar la última etapa del proceso: el retorno. Los datos del año 2010 reflejan que el número de retornados se situó en 32.023 personas, una cifra muy similar a la de 2009 que fue de 31.699. Se puede hablar así de estabilidad en el retorno, frente al regreso muy superior diez años antes con cifras de regreso en torno a las 50.000 personas.