viernes, 29 de marzo de 2024

El PP aprueba el solitario la reforma de la Ley de Galleguidad

La presencia de Castelao, a la derecha, fue objeto de polémica.
El Parlamento gallego aprobó la Ley de Galleguidad, que busca la fusión de entidades en el exterior o rentabilizar económicamente la presencia de ciudadanos gallegos en otros países, un texto que ha recibido el voto en contra de la oposición, al considerar que se trata de un 'cacao', un 'cajón de sastre' o una 'oportunidad perdida'. Durante el debate, los populares lamentaron que los grupos de la oposición mantengan el no a una normativa que, según ha manifestado la portavoz del PPdeG, Paula Prado, es la que quiere la comunidad en el exterior. El debate final de esta ley, que viene a sustituir la vigente desde 1983, no ha dado lugar a sorpresas y, desde el primer momento, PSdeG, AGE y BNG anunciaron su voto en contra del dictamen de la normativa, en la que echan en falta que se reconozcan los 'derechos ciudadanos' de los emigrantes.

En su defensa del dictamen final, la diputada popular Paula Prado ha criticado que la oposición 'se arroga a la lengua y a la cultura', pero olvida la 'proyección económica' que es 'muy importante para la internacionalización' de la economía. Fundamentalmente, estas críticas se las dirigió a Xabier Ron, quien acusó a los populares de imprimir una visión 'mercantilista' a la ley.

La diputada socialista Marisol Soneira ha criticado que 'olvida los derechos' de los ciudadanos en el exterior, que 'no son edificios', y ha lamentado que no reconozca los derechos individuales, sino que, por ejemplo, para acceder a ayudas públicas, habrá que hacerlo a través de los centros, 'convenientemente domesticados'. Soneira considera que la Ley 'olvida' al 90 por ciento de los residentes en el exterior, ya que la mayoría de los emigrantes no está asociado a los centros gallegos
La normativa también tiene por objeto establecer el marco jurídico en el que se desarrollarán las políticas y actuaciones de apoyo al retorno impulsadas por la Administración autonómica a favor de las personas retornadas.

Pero esta situación (que tuvo que recogerse en una enmienda del PP al no ser incluida en el proyecto inicial enviado pro el Gobierno al Parlamento) no es suficiente para los grupos de la oposición, que critican que sólo se hable de la figura del retornado.

En este sentido, tanto para Francisco Jorquera, como para Xabier Ron (AGE), esta normativa obvia aspectos de la 'ciudadanía' gallega que, al menos, deberían ser recogidos sino en esta normativa en otra, como propuso el diputado de Alternativa, quien la tildó de 'sumisión ideológica centralista estatal'.

Paula Prado defendió que existe un marco estatal para definir la ciudadanía y aseguró que los ciudadanos eligen 'libremente' empadronarse fuera de Galicia. Sin embargo, el diputado del BNG aseguró que la mayor parte de los emigrantes lo hacen 'obligados' y cambian su domicilio no de forma libre, y criticó que un gallego en la Córdoba argentina tenga derechos en Galicia, que no tiene uno que esté en la Córdoba andaluza.

El portavoz parlamentario del BNG, Francisco Jorquera, reprochó al Partido Popular que invitase al que era presidente del Consejo de la Emigración, José Manuel Castelao Bragaña, (a la derecha en la imagen) quien dejó su cargo después de haber manifestado que las 'leyes son como las mujeres. Están para violarlas', y ha reivindicado que, en contraposición, el BNG 'reprobó' y exigió a su concejal en Cambados Xaquín Charlín que se retractase y ya 'presentó su dimisión'.

Durante el debate, en el que estuvo presente en la tribuna de invitados el que fue diputado del PP de Galicia durante varios años, y coincidiendo con la presentación de dimisión del concejal cambadés que llamó a la vicepresidenta del Gobierno 'chochito de oro', Jorquera aprovechó para explicar que no es 'por descortesía' que no saludase a los invitados, sino que se debía a las palabras que había pronunciado en su día Castelao Bragaña. Prado replicó que compañeros nacionalistas del concejal aseguraron que el comentario machista era solo opiniones personales, y ha tenido que dimitir, subrayó, a través de la petición de renuncia del PP.