"El asesinato de una joven a orillas del Sar conmueve la sociedad de la Compostela de los años sesenta en la que se desarrolla el hecho y convierte en protagonistas a muchos de sus vecinos". Esta podría ser la síntesis de "El Quijote de madera", primera novela del urólogo santiagués afincado en Lugo Francisco Javier Neira Pampín que se presentó en la delegación de la Xunta en Madrid, Casa de Galicia./p>

En el acto, presidido por el delegado de la Xunta en Madrid y director de la Casa José Ramón Ónega, intervinieron el periodista y editor Xulio Xiz, y el autor Francisco Javier Neira Pampín. 

Para Ónega, que evocó el Santiago de aquel tiempo en el que él estudió Derecho, citando a  Argensola señaló que “así como los hombres ganaron más batallas con los libros que con las armas, este libro gana la batalla del relato bien construido y la guerra del argumento bien narrado".

El editor, Xulio Xiz, tras los agradecimientos, presentó al autor y su primera obra narrativa, destacando que se trata de un profesional de prestigio en la urología que, en la más clara tradición del "violín de Ingres", pinta, interpreta y compone música, escribe poesía y ahora también narrativa. Situó Xiz al Dr. Neira Pampín entre los destacados médicos-escritores de las tierras lucenses, como Fausto Galdo, Fernando Pardo Gómez, Luis Pimentel o Rof Carballo, señalando que esta "ópera prima" en la narrativa más que una novela negra es "una novela de misterio, costumbrista, social, con una fuerza semejante a un Dickens en el tratamiento de los personajes populares". También calificó de compostelano el idioma de la novela, donde los personajes populares se expresan en gallego y los más elevados en castellano, pero en el que todos pueden salir de su marco lingüístico por la fuerza de las circunstancias, componiendo un panorama lingüístico propio del lugar y del tiempo, que el autor refleja con maestría e ingenio.

Si en la obra de Neira Pampín, un quijote de madera es testigo e hilo conductor, sugirió el presentador que "quizás también este libro simbolice ese quijote de madera labrado espiritualmente por el autor en la niñez y primera juventud, tallado y lijado en el mundo universitario de la medicina, y aparecido ahora, en Lugo, tantos años después, para evidenciar que lo primero que se aprende es lo que más perdura; que los lugares iniciales marcan a la persona para toda su vida, acreditando al autor como un excelente escritor por ser buen observador, profundo pensador y magnífico contador".

Por su parte el autor, Francisco Javier Neira Pampín explicó el proceso creativo de la novela, que surgió de unos apuntes de memorias de cuando niño. Rápidamente "los personajes tomaron el mando para conformar una historia, exigiendo su lugar, provocando situaciones, protagonizando el drama”. Así, lo que en principio estaba siendo un relato de gentes y hechos en un determinado lugar del Santiago rural del barrio del Sar, pasó a ser una profunda incursión en un mundo popular, una profunda ojeada a un tiempo y a unas gentes, en la que los protagonistas se hacen dueños de la historia y tiran del autor que no puede hacer más -ni menos- que decir y hacer lo que ellos dictan, y el resultado no es que sea veraz, sino que no podría ser otro; “no me permitirían que fuera otro”, dijo Neira Pampín.