sábado, 20 de abril de 2024

'Pese a que en Suiza estoy feliz, sería en España donde mejor viviría'

Cristina Asiain en su casa de Büren an der Aare, Berna, Suiza.
La vida de Cristina Asiain fuera de España comenzó a los 25 años, cuando tras terminar sus estudios de Pedagogía en su Navarra natal decidió marcharse a Inglaterra para mejorar su inglés. Allí conoció a un suizo, Rudolf Kipfer, del que se enamoró y, con el que, meses más tarde se marchó a vivir a Suiza, lugar en el que reside desde el año 1991. El motivo de su emigración no fue por necesidad, sino por amor, con lo que afrontó este acto como una oportunidad en la vida. De todos modos, y, a pesar del balance positivo de estos años y de que está feliz en Suiza, resalta que 'es mi país donde mejor estaría'.

Todo comienzo en un país es difícil, ¿cómo recuerda esos años?
Mi acogida por parte de la familia y de los amigos de mi marido fue muy buena porque yo también soy muy abierta. Durante los primeros años apenas tuve trato con españoles por el lugar en el que vivía, a las afueras del cantón de Berna, donde apenas había gente española. Tampoco me relacionaba con otros suizos por las trabas del idioma y porque la gente de aquí no es de tener relaciones tan intensas como en España. El concepto de amistad es mucho más distante que en España. En cuanto al idioma, desde el principio acudí a clases de alemán e incluso me fui a vivir un tiempo con una familia a Alemania, pero el alemán es distinto al suizo, sí se escribe igual, pero a la hora de hablar es muy distinto y, si quieres integrarte, tienes que saber hablar como ellos, sino incluso les puede sentar mal.

Encontrar trabajo sería otra de las dificultades con las que se encontró.
Cuando llegué al país no sabía hablar el idioma lo que me complicó encontrar mi primer trabajo a pesar de que yo había terminado la carrera de Pedagogía en España. Además, en Suiza no encontraba ningún trabajo relacionado con lo que había estudiado. Al final empecé trabajando en prácticas en una guardería, pero me di cuenta de que eso no era lo que más me gustaba, pero era lo que había. Entonces me decidí, a la vez que seguía en la guardería, a prepararme para obtener el título de profesora de español para adultos. Una vez que conseguí el título todo fue más sencillo. Pronto empecé a trabajar en una academia y, a lo largo de los años y hasta hoy, en distintas escuelas, sigo trabajando dando clases de español.

¿Ha variado mucho la situación económica de Suiza en estos años?
Cuando yo llegué en el año 1991 el país estaba en crisis, pero como mi marido seguía en su puesto de trabajo y yo estaba en prácticas para ir aprendiendo el idioma, no nos afectó. Luego se salió de esa crisis y, en el 2008 llegó la crisis financiera, aunque afectó más bien a los grandes bancos. La economía familiar no se vio tan afectada, fue más bien una crisis en los bancos. Hoy en día la economía está bien y crea mucho empleo.

¿Qué detalles le sorprendieron más en cuanto a la situación de la mujer en el país?
Cuando llegué estaba muy sorprendida con algunos detalles. Siempre pensé que Suiza era un país mucho más avanzado y luego veía detalles que me sorprendían. Por ejemplo, la situación de la mujer está mucho más en un segundo plano. Cuando una mujer tiene hijos casi está mal visto que siga trabajando. Así, deja su trabajo mientras sus hijos crecen 4-5-6 años e incluso 10. Luego se incorpora nuevamente al mercado laboral, pero a tiempo parcial, unos días la semana. La mayor parte de las mujeres aquí trabajan solo un 40-50 por ciento de la jornada.

¿Qué cambios ha notado en el entorno de la mujer?
Lo de ir implantando, aunque a pasos muy lentos, sólo uno o dos días a la semana, el comedor escolar, es ya un avance. Te sorprenderá, pero como aquí no era normal que una mujer trabajase cuando se convertía en madre, no era necesario contar con este servicio. Otro hecho destacado, es que, recientemente se celebró el 40 aniversario (1971) del derecho a voto de la mujer. Suiza fue uno de los países europeos más tardíos en permitir que la mujer votase

En cuánto al trabajo, ¿hay igualdad entre la mujer y el hombre?
La mujer raramente ocupa altos cargos, uno de los motivos es el hecho de ser madres. Al hacer una parada en su trayectoria laboral de varios años para dedicarse al cuidado de sus hijos, cuando vuelve a integrarse en el mercado laboral ha perdido mucho de la formación continua y ocupa trabajos menos cualificados. Los sueldos de las mujeres también son más bajos. Algo que también me llama la atención es que en España la mujer sigue luchando por sus derechos, aquí piensan que ya está bien, que ya han conseguido mucho y se conforman con lo que tienen, luego ves que la realidad es otra.

Estos años de dificultades económicas y crisis generalizada, ¿continúa habiendo emigración?
Sí, la emigración continúa y cada vez más. La economía suiza crea empleo y la emigración es necesaria para cubrir esos puestos porque no hay suizos suficientes para ello y se precisa gente para todos los ámbitos. Te sorprenderá, pero uno de los colectivos que está llegando con más fuerza es el alemán que acude al país en busca de mejores condiciones y sueldos.
Hay que tener en cuenta que en Suiza hay muy poco paro, alrededor de un 3 y algo por ciento, aunque también es verdad que aquí se contabiliza de una forma distinta: tienes dos años prestación de desempleo, por lo que eres parado, una vez se te agota pasas a otra situación, ayuda social, y ya no se te contabiliza como parado. Por ejemplo, una mujer que deja de trabajar más de dos años por cuidar a su hijo no se considera una parada.

Si tuviese que hacer un balance personal de su vida en Suiza, ¿cómo lo resumiría?
Tengo que decir que aunque estoy bien y feliz, estaría mejor en España para empezar por el tema del idioma. Aunque llevo años aquí no me expreso y comunico como en español y esto me afecta. La vida en general me va bien, trabajo en lo que quiero, no tengo que trabajar al 100 por ciento del horario y soy bastante independiente.

De cara al futuro, ¿le gustaría volver a España?
No lo sé, de momento no. Igual cuando llegué el momento de la jubilación, aunque creo que de todo no me iría de Suiza.