sábado, 20 de abril de 2024

'Los emigrantes mantuvieron siempre el sueño del retorno a casa'

María Jesús Rivas, Presidenta de la Asociación de Pensionistas e Inválidos españoles en Zurich, Esperanza.
Suiza fue un día su vía de escape para superar la muerte de su hermano y una consiguiente depresión en el año 1969, pero Suiza es también el país en el María Jesús Rivas reside desde que tenía 33 años y donde ha trabajado con esmero para que los emigrantes españoles encuentren un apoyo lejos de su tierra natal. María Jesús es presidenta de la Asociación de Pensionistas e Inválidos Españoles en Zurich 'Esperanza' y secretaria del Consejo de Residentes Españoles de la demarcación consular de Zurich. ¿Por qué eligió Suiza como destino para emigrar y cuáles fueron sus circuntancias?
Emigré en 1969 y la causa fue la muerte de mi único hermano en un accidente de trabajo. Se sucedieron una serie de circunstancias trágicas en el hospital que caí en una depresión muy grave. Un médico entonces me recomendó que abandonara el lugar donde habíamos vivido siempre, donde ocurrió el accidente. Me decanté por Suiza ya que era el único lugar de Europa en el que tenía familia y conocidos. Fue entonces cuando comenzó para mi una experiencia asombrosa e impresionante a medida que tomaba conocimiento del mundo de la emigración forzosa.

¿Con quién compartió esa experiencia magnífica?
Con mi marido, un pilar importante en mi vida ya que también había estado a mi lado en los tres años que se prolongó mi enfermedad y en cada momento desde mi matrimonio. Desde 1986 estoy viuda y vivo con mi hija adoptiva, a la que mi marido y yo acogimos en 1976. Me gustó siempre mucho este país desde el principio y me acostumbré rápidamente a la vida aquí.

¿Cómo era la emigración en los años 60? ¿Sigue emigrando actualmente mucha gente?
Los años 60 y primeros de los 70 fueron sin duda los del apogeo de la emigración, pero actualmente el alto índice de desempleo en España hace que cada día sean más los que vienen aquí a buscar un futuro mejor.

¿Cuáles eran los principales empleos demandados por los emigrantes?
Los hombres se dedicaban principalmente a la construcción y también, en menor medida, a la agricultura o a la restauración. La ocupación de las mujeres se centraba en el servicio doméstico, a la limpieza en los hoteles y como cocineras. La primera generación de emigrantes, tanto hombres como mujeres, trabajaban muchísimas horas (hasta 17 diarias). Su meta era pasar dos o tres años en Suiza para comprar un piso y ahorrar un poco de dinero y volver, pero muchos tuvieron hijos, los mandaron a la escuela, a la universidad y los dos años se convirtieron en cuarenta.

Y en la actualidad, ¿cómo es el papel del emigrante especialmente de las mujeres?
La emigración de ahora es en cierto modo diferente. Las mujeres españolas trabajan en bancos, firmas de seguros, etcétera, algunas con puestos de mucha responsabilidad. Conozco a algunas que trabajan en instituciones estatales o a una en concreto que es fiscal del Estado. Hay también abogadas, farmacéuticas, buenas peluqueras independientes que generan puestos de trabajo.

En cuanto al papel de la mujer y de los emigrantes, ¿se hizo hincapié en los centros de enseñanza?
Se centran mucho en la integración de los emigrantes en general. No sólo de los españoles, también de italianos o portugueses ya que la situación es parecida en toda Europa.

¿Cómo ve el futuro de la mujer en Suiza a lo que empleo y socialmente se refiere?
Es difícil de contestar dada la situación existente hoy en día en Europa. Suiza no pertenece a la unión, pero es natural que se sienta influida por ella en todo. La situación no mejora, el futuro será difícil sencillamente para los seres humanos en general. Las mujeres creo que seguirán ocupando puestos que le correspondan según su valía y eso ya es muy importante, un buen avance.

En su caso particular, ¿dónde ve su futuro?
Ya tengo 74 años y mi futuro lo miro día a día. No pienso volver a España, a mí me gustó mucho este país desde el principio y me acostumbré rápido. Me preocupé enseguida por aprender lo necesario de este difícil idioma (vivo en Zurich y aquí se habla alemán) y estoy muy a gusto, si bien me siento muy española, tengo algunos primos y entrañables amigos en España. Los lazos con ese maravilloso país son irrompibles y voy todos los años y me mantengo informada de la vida diaria.

¿Qué sentimientos le quedan de la emigración?
Yo les pediría a todos que mantengan viva la información sobre los emigrantes que vinieron a esta tierra hace 40 o 45 años y que enviaron a su país todo lo que podían ahorrar porque siempre mantuvieron el sueño del retorno a casa. Somos muchos y se derrocha teoría sobre nosotros, al igual que sobre los que se fueron, los extranjeros. Si no se remedia, pronto seremos los olvidados.