jueves, 25 de abril de 2024

'En mi vida la mujer emigrante ha sido y es un eje esencial'

Carmen Couto Boullosa, es fundadora del Movimiento Asociativo.
María del Carmen Couto Boullosa nació en 1942 en un pequeño pueblo de la provincia de Pontevedra, Vilán, en el Concello de Fornelos de Montes, pero con tan sólo dos años su familia se trasladó a vivir a Vigo donde pasó sus primeros años de vida y una adolescencia marcada por su rebeldía. Con 21 años y con la compañía de tres amigas se decidió emigrar a Alemania, sin motivo aparente, pero con una idea clara, ser un poco más libre. ¿Por qué eligió Alemania como destino?
Elegí Alemania pues era la mejor opción en el mercado laboral, pero la verdad es que no fue fácil, pero cuando uno es joven se superan todas las adversidades. Emigré con un contrato de trabajo para trabajar en una fábrica de chocolate en el norte de Alemania, después de pasar unos reconocimientos médicos muy exhaustivos, tanto por parte española como alemana. Nadie se lo puede imaginar, pues una muela picada era motivo para no recibir el contrato de trabajo.

¿Cómo fue la acogida de la gente y el trato con otras mujeres emigrantes?
Los alemanes nos acogieron bien, pero con ese punto de algo exótico: españolas, temperamento, ojos y pelo negro (tipisch spanisch). El que llega hoy en día a Alemania no se puede imaginar como era en aquellos años. En general la convivencia fue buena con las españolas y también quisiera resaltar una conexión especial con las griegas, un poco menos con las de la antigua Yugoslavia.

¿Cómo era la situación de la mujer en la emigración?
Antes de nada quiero resaltar que lo primero que me sorprendió fue que las mujeres alemanas perdieran sus apellidos al casarse, eso a los primeros españoles, sobre todo a las primeras españolas, nos ocasionó algunos que otros problemas, pues en los organismos alemanes no les cabía en la cabeza que tuvieran un apellido distinto al del marido. En el campo laboral estaban más protegidas, exentas de turnos de noche en la industria, baja maternal seis semanas antes, ocho después; en caso de enfermedades de los hijos tiempo pagado pero no completo, indistintamente. Siempre pensé que las alemanas eran más libres que nosotras, en el fondo sí pero en la realidad no tanto. Me explico, podían salir, pero la carga familiar era y sigue siendo terreno femenino y no 80 por ciento compartido. En la empresa donde trabajé, cuando llegué me sorprendió mucho que la jefa de personal fuera una mujer, las encargadas de las distintas secciones también eran mujeres, pero mas arriba eran solamente hombres. Quisiera reflejar aquí que la primera huelga en esta empresa donde trabajábamos, la llevamos a cabo 200 mujeres españolas, paralizamos la producción. Nadie se lo podía creer que unas españolitas recién llegadas pudieran ser tan atrevidas, con el agravante que la mayoría de nosotras no dominábamos el idioma.

¿Cómo surgió el Movimiento Asociativo?
Con el inicio de la reagrupación familiar, Alemania se convirtió para muchos en su centro de vida. Es por este motivo que los padres empezaron a plantearse la educación de sus hijos en español, y digo esto porque no se puede desvincular la formación, la fundación o el inicio de la Asociación Cultural Recreativa de la ciudad donde resido con la creación de la escuela española en sus comienzos, aunque después siguieron caminos distintos, como asimismo un poco más tarde la formación del bachiller en español. Aquí terminé mi bachiller español. Un grupo de mujeres cogió el mando de la Asociación, redactó estatutos, estableció cuotas y se legalizó oficialmente, aunque llevaba tiempo funcionando pero no legal, no como ente público. Estas mujeres fuimos pioneras de la organización de la Asociación donde fui presidenta durante muchos años con la valiosa ayuda de una mayoría de mujeres que siempre estuvieron presentes en las distintas directivas de la asociación. Siempre fuimos miembros de la Coordinadora Federal, desde sus comienzos.

¿Cuál cree que es el papel de la mujer en la emigración?
La mujer emigrante ha sido y es para mí el eje principal, no sólo en la vida familiar sino también en el Movimiento Asociativo, y al mismo tiempo poco valorada, a pesar de haber sido la gran economista, la buena administradora, la que tiró y tira del carro siempre hacia y para adelante.

¿Continúa habiendo emigración? ¿En que ha variado en las últimas décadas?
Sí, todavía sigue habiendo emigración, pero muy distinta a la de los años 60; una emigración cualificada en el caso de los españoles se sobreentiende, pero los motivos son los mismos: la falta de trabajo o falta de oportunidades.

¿Qué es lo que destacaría de todos estos años?
Es difícil quedarse con solo una cosa. La entrada de la Democracia en España, el privilegio de haber conocido personas tan diferentes como a Dolores Ibarruri, La Pasionaria, a los Reyes de España, el haber participado en el I° Congreso Democrático de Asociaciones de Trabajadores Españoles Emigrantes en Europa celebrado en Palma de Mallorca en el año 1982, el haberme peleado con cónsules generales, con los consejeros, y sobre todo el honor de haber trabajado coco a codo con personas tan valiosas y tan olvidadas del Movimiento Asociativo, no sólo en Alemania sino en todo Europa.
El privilegio de poder contarlo y seguir luchando en contra de las injusticias que se cometen con nosotros los emigrantes, y mientras que pueda seguiré luchando por un colectivo de personas, y siempre por las gran olvidadas en todas las historias: las mujeres en general y las emigrantes mujeres en particular.