sábado, 20 de abril de 2024

LA FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE, QUE REGULA LOS USOS DE LAS PALABRAS EN PERIODISMO DA SU PROPIA EXPLICACIÓN ¿ESTÁIS DE ACUERDO?

¿Expatriados o emigrantes? ¿Cómo deberíamos calificar a quiénes abandonan España?

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Expatriado y emigrante, dos términos diferentes para referirse a la realidad de los españoles que han tenido que abandonar el país.

 El término "expatriado" es válido para referirse específicamente a las personas que salen de su país para trabajar en otro, señala la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y el BBVA.

En los medios de comunicación se está extendiendo el uso de esta palabra y otras de la misma familia, como se comprueba en los siguientes ejemplos: "Los talentos expatriados se resisten a volver incluso con garantías de trabajo" o "La crisis económica ha favorecido el fenómeno de la expatriación".

Aunque por su sentido básico, recogido en el Diccionario académico, "expatriado" es simplemente el 'que vive fuera de su patria', en el uso se ha extendido la aplicación de este vocablo más en particular a los exiliados y al personal cualificado que una empresa o institución traslada temporalmente a otro país para, por ejemplo, desarrollar una nueva actividad u ofrecer asistencia técnica.

Es, por tanto, el punto de vista opuesto al del "impatriado", que es la persona traída a un país para trabajar.

Por otra parte, tanto "emigrante" como "inmigrante" aluden más ampliamente a todos los que se desplazan a otro país o región con propósito de establecerse o radicarse en él.

El empleo ocasional de "expatriado" como mero sinónimo de "inmigrante" o "emigrante", sin los matices arriba señalados, puede ser un intento de evitar las connotaciones negativas que estas últimas voces tienen entre algunas personas, aunque no sean de por sí palabras discriminatorias.

Se desaconseja el acortamiento "expat", tomado directamente del inglés, pero que no se ajusta a las pautas de acortamiento propias del español.

La Fundéu BBVA (www.fundeu.es), que trabaja asesorada por la Real Academia Española y cuyo principal objetivo es el buen uso del español en los medios de comunicación, cuenta con la colaboración, además, del Instituto Cervantes, la Fundación San Millán, Accenture, Gómez-Acebo & Pombo, CELER Soluciones, Hermes Traducciones, Linguaserve y Abengoa.