Ourense es la provincia que, con el recuento del voto emigrante, más opciones tiene para que el resultado de ayer pueda sufrir una ligera variación en el reparto de escaños, aunque insuficiente para cambiar el resultado final de la mayoría absoluta del Partido Popular. Los socialistas serían en este caso los beneficiados en detrimento de los populares, siempre y cuando consigan obtener una ventaja de 112 votos sobre el Partido Popular. En la provincia de Lugo, la diferencia estaría en torno a los 3.000 votos. En este caso los socialistas dejarían al BNG con un escaño menos, al igual que en la provincia de A Coruña, donde la ventaja de los nacionalistas está en los 9.500 sufragios.
En Pontevedra, también sería el PSdeG el beneficiado. En este caso, para quitarle un diputado al PP, deberán superarlo en unos 6.500 votos.
Teniendo en cuenta los resultados del voto emigrante en anteriores comicios, la posibilidad de que que los socialistas sumen un escaño más en detrimento del PP o BNG parece poco probable. En los comicios de 2020 en Ourense, el PP obtuvo 502 sufragios, los socialistas 197 y el BNG 139. En el año 2016, también los populares lograron la victoria en el voto emigrante ourensano logrando 1.059 sufragios, seguido del PsdG, con 334, En Marea, 214 y BNG 58.
Históricamente, Pontevedra y Ourense han sido las dos provincias en las que el voto emigrante supuso un cambio en el resultado final de diputados, aunque en ninguna fue suficiente para cambiar al presidente de la Xunta.
En 2009, el PP de Feijoo perdió un diputado en Ourense a favor del PSdeG. Pasó de 39 diputados a 38, pero mantuvo su mayoría absoluta. En el 2020, fue la provincia de Pontevedra la que, en esta ocasión, le sumó un diputado más a los populares, arrebatándoselo a los socialistas. En esa ocasión sirvió para que la mayoría absoluta obtenida por Feijóo aumentara en un escaño, pasando de 41 a 42.
Pontevedra también fue la provincia que mantuvo en vilo a Galicia en el año 2005, cuando Fraga perdió su mayoría absoluta por un solo escaño. Ganó, pero no fue suficiente para sumar un diputado.
Sólo el 6,15 por ciento del CERA ha ejercido su derecho en estas elecciones
La tan reivindicada eliminación del voto rogado para facilitar el ejercicio del sufragio desde el exterior no ha cumplido las expectativas generadas en estos comicios autonómicos en cuanto a participación, que ha sido menor de la esperada. Los datos conocidos ayer indican una participación del 6,15 por ciento, lo que supone 29.300 votos emitidos, de un total de 476.544 posibles. La cifra en Galicia no ha alcanzado el 10% de participación del voto CERA de las elecciones generales del pasado mes de julio.
Es cierto que aumenta con respecto al 2020, última convocatoria sin voto rogado, donde los electores del exterior sólo supusieron el 1,1% del total del censo, con 5.404 votos contabilizados. Pero el incremento registrado para las elecciones de ayer aún queda muy lejos del 30 por ciento de participación del año 2009, 29,2% en Ourense, últimas sin voto rogado.n
