viernes, 29 de marzo de 2024

Venezolanos en Ourense: "Mis hijos acá están encantados"

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Ronald Caracas, Selena Caracas y Nelly Mar Anare, en el Campo da Feira (ÓSCAR PINAL).

Aunque adaptarse a un nuevo país no es sencillo, fiestas como la tradicional Feria de la Chinita, celebrada este domingo en la ciudad, ayudan a sentirse como en casa a los recién llegados. Parte de la comunidad venezolana de la provincia se acercó este domingo al Campo da Feira, donde la música era caribeña y los platos, "made in Venezuela". Hallacas, cachapas y arepas devolvieron a los asistentes el sabor de su tierra. 

"Uno se siente como si estuviera allá", explica Karina Ferreira, que se mudó a la provincia hace dos semanas con su familia. "Mis suegros son ourensanos y nosotros siempre veníamos de vacaciones, hasta que ya decidimos quedarnos, por los niños sobre todo", cuenta. Ferreira tiene dos hijos pequeños, y uno en camino. "Ellos son los que más sufren con la situación de allá, no puedes sacarlos al parque por la inseguridad, acá están encantados con el colegio y con todo", relata. La llegada de familias jóvenes, como la suya, supone un revulsivo para la natalidad ourensana, depauperada desde hace décadas. 

Ronald Caracas y Nellymar Anare acaban de tener a su primera hija, Selena. Caracas llegó a Ourense hace 14 años, y 11 años después vino Anare. "Dejé a toda mi familia allá, padres, hermana, tíos... Pero yo no podía tener una familia si me quedaba, no es posible tal y como está la situación", asegura. En Venezuela, se formó como profesora y se especializó en Biología, pero todavía necesita la homologación de estudios. "Me dijeron que en Coruña se puede hacer, en mi país sí fue difícil conseguir los papeles, acá esperemos que no", dice. Ninguno de los dos se olvida de los que no pueden emigrar: "Los de allá no viven, sobreviven. Si los que estamos aquí somos guerreros, los más guerreros son los que no pueden venirse, los que a lo mejor solo comen una vez al día porque no tienen dinero". Caracas llegó a España con 17 años, y tiene muy presente los primeros años: "Tiven que aprender a buscarme a vida e ir axudando aos que quedaban alá, é unha loita, pero aquí estamos". 

“Poco a poco"

La falta de oportunidades laborales, sobre todo en edades avanzadas, el clima o las costumbres son algunas de las dificultades que se encuentra la población venezolana en la provincia. 

"Llevo cuatro años aquí, tengo nacionalidad española porque mis papás son ourensanos, pero no es fácil adaptarse, poco a poco", explica Chus Álvarez. Le costó encontrar trabajo varios años y todavía no pudo homologar su título de psicopedagoga. "O tienes un buen gestor en Venezuela y mucho dinero, o no puedes arreglar los papeles", reclama. Celebraciones como la de este domingo ayudan a calmar la nostalgia: "Tienen muchas cosas típicas, el ambiente es el tuyo, te encuentras con gente de allá... Es un gusto".