viernes, 19 de abril de 2024

EL VOTO ROGADO

La impotencia de los “silenciados"

Ourense. 20/07/2020. Recuento del voto emigrante en el juzgado de Ourense.Foto: Xesús Fariñas

El escrutinio arrancó puntual en la Audiencia Nacional, a las ocho de la mañana de ayer. La Xunta Provincial abrió las valijas, las repartió entre los integrantes de la mesa y las urnas comenzaron a llenarse de sobres. Apenas dos horas y media después, los votos ya se habían contado: 1.033. "Son moi poucos", se podía escuchar en la sala. Desde la emigración, la palabra es "impotencia".

Pero lo cierto es que casi tres mil ourensanos en el exterior rogaron su participación en los comicios. Pese a la crisis sanitaria, al confinamiento aún vigente en la mayoría de países de América, al miedo al contagio. Las solicitudes enviadas para la cita electoral de abril –fecha estipulada antes de la irrupción del covid– no servían, por lo que los electores tuvieron que repetir los trámites. De los que rogaron, ni siquiera a todos les llegó la confirmación en tiempo. Los que la obtuvieron, enviaron de nuevo sus datos para solicitar las papeletas. Las trabas solo fueron en aumento: el medio millar de ourensanos en Venezuela nunca vió los sobres, igual que los centenares residentes en Cuba. Correos aseguró hace días no haber recibido respuesta del servicio de mensajería en Venezuela para la búsqueda de alternativas, mientras que los electores apuntan a una falta de voluntad, tanto por parte de la empresa como del Gobierno de España. De Cuba, Correos asegura haber enviado las papeletas a La Habana. Pero ningún sobre volvió de la isla. 

Sin llegar a tal extremo, en otros países como Argentina, México o Brasil, el número de personas que votó fue muy inferior al esperable – apenas varios centenares–, sobre todo al tener en cuenta que acogen a miles de ourensanos. De los que lograron enviar su papeleta, muchas todavía no han llegado a la Audiencia Nacional. 

"Con suerte pude hacer el envío el 7 de julio, no sé si llegaron para el recuento de votos ya que parece que estaban muy apurados", apunta Alicia Carmen Montero, residente en Argentina. En su caso, fue en dos ocasiones a la oficina de Correo Argentino: "Somos cuatro los que votamos en casa, preparamos los sobres y fui al correo. Había una fila de una cuadra y media, y como soy persona de riesgo me volví a casa. Al otro día volví, y pude enviarlo porque la cola era pequeña". Montero recuerda el vínculo emocional con el voto, que acerca al emigrante a Galicia: "Es lo que te mantiene como parte de la tierra que tanto quieres". 

La pena se mezcla con la rabia y la impotencia, después de una semana en la que diversos organismos han solicitado en varias ocasiones la ampliación del escrutinio de la Junta Electoral. Susana Carbia, miembro del Consejo General de la Ciudadanía Exterior en Argentina, da cuenta del enfado: "El mensaje que nos da no es alentador, la distancia que toman de los emigrantes es cada vez mayor". Hacia el futuro, Carbia espera que lo sucedido en el 12J suponga un cambio. Y avisa: "No será gratuito para los que no se implicaron".