El Partido Popular ganó las elecciones autonómicas gallegas y lo hizo con mayoría absoluta. La cuarta consecutiva para Alberto Núñez Feijóo, una excepción en un panorama político nacional donde los pactos son cada vez más frecuentes. El candidato popular lo hizo sin apreturas, cumpliendo lo que los sondeos previos le asignaban y quedándose con 41 de los 75 escaños que conforman el Parlamento de Galicia, uno más de los que obtuvieron en los últimos comicios autonómicos de 2016.
La mayoría absoluta no corrió peligro para Feijóo durante ningún momento del escrutinio, confirmando que evita el desgaste, tanto el personal como el de su partido.
Por detrás se confirmó el "sorpaso" del BNG al PSOE como referencia de la izquierda y de la oposición. La formación nacionalista, al alza durante toda la campaña, logró unos resultados históricos gracias a sus 19 diputados, uno más que el récord que ostentaba el partido con Beiras como líder en 1997. Ana Pontón será el contrapunto a Feijóo en el Pazo do Hórreo.
Noche mucho más amarga en el PSOE. Los socialistas sumaron 15 escaños, uno más que hace cuatro años pero con una lectura que lleva a la autocrítica. Incapaces de movilizar el llamado voto del cambio, no aprovecharon gobernar en Madrid para impulsar la candidatura de Gonzalo Caballero, a pesar del desembarco de ministros y presidente del Gobierno en campaña. El "suelo" de los socialistas en Galicia llegó con los 13 escaños (más 2 de Esquerda de Galicia-Os Verdes) cuando otro Caballero, Abel, lideraba la candidatura en 1997.
Galicia en Común, ko
Y eso que la izquierda dejó un caladero de votos debido a la desintegración de las "mareas". Las peleas internas y los bailes de siglas fueron una estocada mortal para la marca de Podemos en la comunidad. Galicia en Común no tendrá representación en el Parlamento, algo que no las peores encuestas indicaban. Batacazo de Antón Gómez-Reino, sobre todo teniendo en cuenta los 14 diputados que obtuvo En Marea en 2016.
En blanco se quedaron también Vox, Ciudadanos o Marea Galeguista, junto al grupo de partidos minoritarios, que completaron los 20 partidos que se presentaron a estas elecciones. Nueva demostración que el centro-derecha en Galicia tiene la exclusividad del PP y que la atomización de la izquierda resta más que suma para sus intereses.
Con una campaña centrada en hacer balance de lo realizado y marcar los proyectos por realizar, los populares mantuvieron intacto su peso en Galicia. Durante los 15 días de petición de voto, figuras nacionales como Pablo Casado o Teodoro García Egea visitaron la comunidad, mientras que otras como Cayetana Álvarez de Toledo, con un discurso muy alejado del del presidente gallego, "desaparecieron" de la campaña.
Siete ciudades
Echando un vistazo a los resultados en las siete ciudades gallegas, el dominio del PP se extendió en todas: Ourense, A Coruña, Lugo, Pontevedra, Santiago, Ferrol y Vigo. En la ciudad olívica, feudo del incontestable socialista Abel Caballero, batalla papeleta a papeleta que sonrió a los populares.
Uno de los puntos clave de la jornada estaba en conocer la participación final, con el temor a una alta abstención debido a la crisis sanitaria provocada por el covid-19. Y se notó, con una caída de participación de cinco puntos comparando las cifras con las del 2016 (58,87% por 63,75%). Eso sí, la tranquilidad y los protocolos de seguridad marcaron una jornada sin grandes incidentes.
Será un Parlamento de Galicia que volverá a tener a tres partidos y marcará distancias con la tónica política nacional, acostumbrada a cada vez más formaciones.
Ahora el debate se centrará, otra vez, en los planes de Alberto Núñez Feijóo. El salto a Madrid vuelve a aparecer en el horizonte de la rumorología. Por el momento,el lugar del popular es el Parlamento de Galicia donde iniciará el mandato se su cuarta mayoría absoluta consecutiva.