CHASCOMUS EN LALIN DE LA MANO DE ALFONSIN
Hace casi cuarenta años, en 1985, Juan Carlos Gastón, el entonces intendente, (alcalde), de Chascomús, distante 100 kilómetros de Buenos Aires, pensó que existía una hermandad entre su ciudad y Lalín que se basaba en el hilo conductor de Alfonsín, primer presidente de la democracia recuperada.
Chascomús es el lugar de nacimiento del Doctor Raúl Alfonsín y de sus antecesores (su abuelo emigró desde Ribadumia) quienes se asentaron en esa zona desde que llegaron a Argentina, en el siglo XIX.
El Centro Lalín de Galicia en Buenos Aires, ubicado en la calle Moreno 1949 fue el lugar en que se desarrolló gran parte del ideario y campaña de Alfonsín y su entorno. Eran tiempos de prohibición de actividades políticas, pese a lo cual las autoridades del Centro lo facilitaron y le adjudicaron una sala discreta para reunirse.
En reconocimiento Alfonsín prometió que, si resultaba electo su primer viaje presidencial al exterior sería a Lalín, en la Galicia de sus abuelos. Y así fue; lo recibieron en ese momento con una alfombra de flores y el pueblo volcado a las calles.
El hermanamiento que iniciara el intendente Gastón se mantuvo durante décadas con los altibajos de las cuestiones mundanas. Fue hace dos años cuando el Centro Lalín, Agolada y Silleda, centrado en la persona de su vicepresidente, José Gonzalez Costa, retomó con ímpetu el tema. En Chascomús el Intendente es, casualmente o causalmente, Javier Gastón, hijo del que concibiera la idea. Por entonces ya se había emplazado un crucero, y en los próximos meses habrá un mojón. Las autoridades de esa ciudad crearon un hermoso Paseo con el nombre de “Lalín”, que se recorre como una línea histórica de los años de Alfonsín y su lucha por la democracia.
En esa ocasión el alcalde José Crespo Iglesias, acompañado del ex alcalde Rafael Cuiña Aparicio, habían sido agasajados en Chascomús y la sede del Centro Lalín en el invierno argentino de 2022. En estos días de febrero de 2023 el frío dezano recibió al Intendente de Chascomús Javier Gastón, a su padre Juan Carlos y a las autoridades del Centro Lalín: su presidente José Luis Seoane Vidal, el vice José González Costa, gran gestor de la continuidad de los lazos, y el tesorero Carlos González. El objetivo, celebrar en el marco de la gran festividad del tradicional Cocido Laninense, la inauguración del Parque de Chascomús, ubicado frente al auditorio y en el cual se emplazó el monumento Alfonsín iluminado.
“Lalin e Chascomús, pobos irmáns” 1988-2023" reza la placa que se destaca en un imponente bloque de piedra, símbolo de la fuerza de Galicia, y debajo se lee una frase de Castelao que sintetiza el pensamiento de quienes protagonizaron los hechos. “El verdadero heroísmo está en transformar os desexos en realidades e as ideas en feitos”.
En reciprocidad una escultura- del artista Alejandro Marmo- con la silueta del homenajeado Alfonsín Iluminado y la dedicatoria “Al pueblo de Lalín en homenaje al hermanamiento con la ciudad de Chascomús”, autoridades de la Xunta, el delegado de la misma en Buenos Aires y el Embajador de Argentina en España, Ricardo Alfonsín, recibieron a los visitantes y acompañaron la ceremonia, enmarcada en el gran festejo de la feria del Cocido.
El evento de hermanamiento culminó con la inauguración de otra escultura similar en el Colegio Mayor Argentino de Madrid, evento que contó con la presencia del Embajador Alfonsín, el intendente Gastón, el vicepresidente del Centro Lalín, José González Costa y distinguidas personalidades de nivel nacional e internacional que engalanaron el acto.
Los gestos fundantes no tienen precio, pero sí mucho valor. Ese valor que debe ser mantenido en la memoria de las generaciones actuales y venideras, es el que se consagra en los símbolos que representan la Hermandad de dos pueblos, distantes miles de kilómetros y que, tal vez, en otras circunstancias, no hubieran tenido conocimiento el uno del otro.
Algún día un joven argentino recorriendo el Paseo Lalín de Chascomús leerá la historia por la cual lleva ese nombre y se informará así que existe esa ciudad en la Galicia peninsular. En espejo, un joven caminante hacia Santiago pasará por Lalín y se enterará por qué hay un Parque con un nombre ajeno a la toponimia de la región, “Chascomús”, presidido por la silueta de un hombre iluminado.
Se cerrará así el círculo, el Hermanamiento tendrá un hilo que une las dos ciudades y está sostenido por una mano. Como coreaba la juventud política de los años 1983, “ volveremos de la mano de Alfonsín”. Ese gallego “cabeza dura” como lo recuerdan su íntimos, que hoy ocupa un lugar de preeminencia entre los argentinos de cualquier ideario político y también en las tierras de sus ancestros que lo adoptaran como “hijo dilecto “ .
Celia Otero Ledo