Patricia Casteleiro - La Región
Carlos Sousa es de Sajonia (Alemania), pero hace dos años que se mudó a la aldea de Pereira de Montes, en A Merca, para reconectar con sus raíces. Además de restaurar su casa familiar, con tres siglos de historia, su principal cometido fue agitar la vida cultural del pueblo. Comenzó haciéndose cargo de las fiestas patronales y las prolongó durante todo el año. Concursos de caldo gallego, una exposición fotográfica o un bingo para evitar la soledad de los mayores fueron algunas de sus primeras ideas pero, la implicación social que todo ello conllevaba, le inspiró a apuntar más alto: se presenta a alcalde de A Merca en las próximas elecciones de mayo, como cabeza de lista del PSOE.
Para este empresario, que teletrabaja para multinacionales como Samsung, observar de cerca las carencias del pueblo fue su principal motivación para presentarse porque, como afirma, “la vida no es criticar en un bar tomando una cerveza, sino analizar cómo mejorar una situación”.
Se presenta como un “enamorado” del pueblo, una persona inquieta y testigo de múltiples realidades (por su oficio de empresario vivió en siete países diferentes). Esto lo lleva todas las mañanas a despertar pensando en el futuro de este municipio. ”Es mi tierra, aunque soy un emigrante retornado”, indica. A este alegato, añade que puede aportar cosas diferentes: “No sé más que todos mis vecinos, pero con mis experiencias y los conocimientos de mis vecinos puedo mejorar las cosas”, dice.
Entre sus principales objetivos está luchar contra la pérdida de población: “En A Merca pesa el reto demográfico. En los últimos 100 años bajamos de 6.500 habitantes a menos de 2.000 y, en los últimos 30, de 2.600 a 2.000. La edad es cada vez más avanzada, las infraestructuras cada vez más deficitarias y el sector productivo está extremamente vulnerable. Llevamos desde la transición democrática entregándonos a este desangrado”, explica.
Cuando este alemán se instaló en Pereira de Montes, se vio obligado (al igual que hacen otros vecinos cada día) a hacer de taxista de muchas personas mayores, dado que el transporte interurbano no es suficiente: “Es muy difícil, por lo menos para mí, ver la soledad que me rodea por falta de cosas tan simples como el transporte público. En A Merca, cerró hace poco un supermercado, un banco y la última cafetería. Estar con gente requiere desplazarse a Manchica, a 2 kms. Algo fácil para los que tienen un coche, difícil para todos los demás”, apunta.
Así como le preocupa la soledad de los mayores, también señala la falta de opciones para los jóvenes, para los que “apenas hay actividades y se merecen vivir como en el resto de España”, explica.