sábado, 20 de abril de 2024

Esquiladores uruguayos al rescate de las ovejas españolas

Traslado de un rebaño de ovejas.
Traslado de un rebaño de ovejas
El miedo al coronavirus y las restricciones de viaje no han conseguido parar a Nicolás Olivera y otros 250 uruguayos que, contra todo pronóstico, parten este martes rumbo a España para esquilar a las miles de ovejas que les esperan para quitarse un "abrigo" que debería haber desaparecido en abril.

Cada año, más de 300 uruguayos cruzan el océano Atlántico para "pelar" al ovino español, antes de regresar y hacer lo propio en su país, pero el cierre de fronteras por la COVID-19 impidió esquilar a su debido tiempo, y la cuenta atrás corre para una lana que no entiende de pandemias.

"LA OVEJA SE TIENE QUE ESQUILAR"

Natural del departamento (provincia) de Durazno (centro), estos últimos días han sido un no parar para Olivera entre los preparativos del equipaje y los desplazamientos a Montevideo para tramitar en el Consulado de España el visado que le permita trabajar en Europa durante la temporada lanera.

Con España prohibiendo la entrada de extranjeros no residentes y sin conexión aérea, todo parecía indicar que este año el uruguayo no podría partir hacia Murcia (sureste), como cada año desde hace siete, para trabajar en la esquila, pero Olivera siempre mantuvo la fe en que, a pesar de la COVID-19, él trabajaría.

"La esperanza nunca la perdimos, porque somos conscientes de que la oveja se tiene que esquilar. Si no se esquila de un año a otro presenta problemas de sanidad y de salud. Es un servicio que se tiene que hacer sí o sí", relata a Efe.

Olivera se sube este martes a las 20.30 horas (23.30 GMT) en un vuelo especial de Air Europa que regresa a Madrid después de haber devuelto a Montevideo a decenas de uruguayos varados en Europa.

En su equipaje no se permite el miedo al coronavirus, pero sí "precaución" y "conciencia", ya que viajan desde un país con apenas 700 casos y alrededor de 20 decesos a uno que supera los 250.000 positivos y donde han fallecido más de 25.000 personas.

"No se trata de que yo me cuido y el otro no, aquí nos tenemos que cuidar todos", asevera el esquilador, que asegura que tanto él como su cuadrilla usarán mascarilla, guantes y alcohol en gel.

MENOS ESQUILADORES PARA LAS MISMAS OVEJAS

La pandemia ha reducido en un tercio la cuadrilla de esquiladores que organiza Olivera, y de los 30 previstos solo viajarán 18.

Así se ve también en los números globales, pues cada temporada son más de 300 los esquiladores uruguayos que cruzan el 'charco', mientras que el avión que aterrizará este miércoles en Madrid solo lleva a unos 250.

Edilio Cruz es uno de los profesionales que no viajará, pues sus papeles de visado "se trancaron en España", según cuenta a Efe.

La ecuación será diferente este 2020, y al mismo número de ovejas le corresponderán menos esquiladores y la mitad de tiempo de trabajo, pero Olivera y su equipo confían en poder sacar la faena bien y en que España no les ponga muchas trabas dado que son un grupo que viaja junto, conviven y marchan al mismo lugar.

Lo positivo, añade el uruguayo, es que las amplias naves donde pueden llegar a meter hasta 2.000 ovejas permiten una "esquila más continua" que no se vea interrumpida ni por la humedad ni por la lluvia.

UN RECLAMO DESDE EL OTRO LADO DEL ATLÁNTICO

El viaje Uruguay-España es una fecha marcada desde hace 15 años en el calendario de los esquiladores de ese país suramericano.

El método de esquila "Tally Hi", que mantiene a la oveja suelta, la responsabilidad en el trabajo y la amplia formación que reciben del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) son las razones por las cuales los ganaderos reclaman cada año la presencia de los uruguayos para un oficio que en España se ha ido perdiendo.

Ante la urgente necesidad de esquiladores, los contratistas españoles se reunieron con diferentes autoridades del país para gestionar el traslado y, según informa en su web el Consulado de España en Montevideo, son las propias empresas que reclaman esquiladores las que contrataron este vuelo chárter.

Así, este miércoles 250 esquiladores comenzarán una tarea que terminarán a finales de julio, cuando les llegará el turno a las ovejas uruguayas, que tampoco entienden de pandemias y que necesitan quitarse su "abrigo" antes de parir.