Por Juan Manuel Gomila
La Fiesta Nacional de la Ensalmada es una celebración que lleva adelante la Agrupación Mallorca de San Pedro junto al Municipio desde hace 17 años. Fue precisamente en la primera edición de esta celebración que comencé a redescubrir mis raíces baleares, aquellas que me habían heredado mis tatarabuelos Bárbara y Jaime, nativos de Manacor.
Es sabido por todos la riqueza cultural que nuestros abuelos inmigrantes han traído consigo y que se ha entrelazado de manera pacífica y dinamizadora en la sociedad de acogida.
La cocina constituye una parte sustancial de aquel rico y diverso bagaje. Tradiciones de saberes y sabores que trascienden la necesidad de alimentarnos para penetrar en el cómo nos vinculamos y de qué forma celebramos los valores de la familia, la amistad y el encuentro fraterno.
Esa cocina que en muchos casos se convirtió en oficio y en otros representó un patrimonio inmaterial que se transmitió a través de las generaciones. Una cocina que está en permanente innovación sobre la base de la tradición.
En San Pedro, la más mallorquina de las tierras argentinas, celebramos la cocina como un bien cultural integrador de las identidades.
Durante las tres jornadas de fiesta que tuvieron lugar en el bello predio natural del Paseo Público Municipal actividades recreativas, artísticas, educativas y culturales. Se contó con el acompañamiento de los conjuntos de danza y música de la Sociedad Española de Zárate, del Ensamble de Castañuelas y del Centro Galicia de Buenos Aires, quienes junto a los integrantes del ballet anfitrión y de la talentosa artista Nuria Vázquez, dieron color, alegría y emoción al escenario.
Se destacaron las presencias de la Dirección Nacional de Migraciones, a través del stand interactivo del Museo de la Inmigración, y del Instituto Nacional de Educación Tecnológica, con el aula taller móvil de gastronomía.
El multitudianario público pudo disfrutar, de forma libre y gratuita, la completa oferta de actividades y espectáculos, y acercarse a la cultura balear,en particular, y la española, en general, tan propias de esta bendita tierra.