Raúl Alfonsín de Lalín a Lalín… “Ustedes no lo sabían, pero hace tiempo que nos conocemos”…
Con estas palabras comenzó su discurso el entonces presidente de los argentinos Raúl Alfonsín, al dirigirse al pueblo de Lalín, en su visita, fruto de una promesa que cumplió rigurosamente, en el primer viaje que hizo después de asumir.
Eran años duros para Argentina, los años de la dictadura que se inició en 1976 y finalizó a fines de 1983, cuando de la mano de Alfonsín llegó la recuperación democrática.
En esos duros tiempos había que buscar refugio para llevar a cabo el debate político, cuando estaba prohibida toda reunión de ese carácter. Y en ese deambular fue el Centro Lalín, Agolada y Silleda, con sede en la calle Moreno 1949, quien a través de sus dirigentes y socios le abrió las puertas y le asignó una sala discreta, en donde se reunía con su agrupación dando forma al proyecto político partidario que el pueblo consagraría en las urnas.
Esa sala lleva el nombre de “Raúl Alfonsín” desde el día 12 de marzo de 2023, coincidiendo con la fecha de su cumpleaños. La instalación de dos placas, una en la que se nomina la sala y otra que reproduce un fragmento esencial del discurso del ex presidente, fue parte de una ceremonia por demás emotiva que se realizó en la sede de la institución el domingo por la mañana.

El evento contó con una numerosa concurrencia, entre la que se destacaron familiares y amigos personales del homenajeado (hijos, nietos y bisnietos) figuras políticas de su entorno, autoridades del Centro Lalín, socios y amigos de la entidad, Javier Gastón, intendente de Chascomús, ciudad de nacimiento y trayectoria de Alfonsín y José Ignacio López, quien fue su vocero y realizó con él su viaje a la capital dezana.

Abrió el acto el emotivo discurso de José Luis Seoane, presidente de la institución, quien en el descubrimiento de la placa situada en la galería principal estuvo acompañado por el vicepresidente, José González Costa, una figura fundamental en la organización de este evento.

Francisco Alfonsín (nieto) fue un referente y emisario de la palabra de la familia, al recordar en su estatura de hombre y figura política a quien nos honró como argentinos.

La voz de la ex intendenta de Chascomús, Liliana Denot, leyó el fragmento del discurso que se reproduce en la placa y el salón pareció resonar con los tonos que enfáticamente usaba quien era el destinatario del homenaje.

El actual intendente, Javier Gastón también hizo uso de la palabra con un atinado mensaje acorde a las circunstancias.

Como si un aire fresco hubiese soplado en esa mañana tórrida, se sintió la presencia de Alfonsín cuando José Ignacio López, su vocero y amigo, recordó el viaje. “Nunca olvidaré esa sensación de caminar sobre una alfombra de flores, y tampoco olvidaré que en Ribadumia, de donde es originaria la familia de Raúl, él mismo abrió las puertas de una de las casas. Nadie podía permanecer ajeno a su mensaje de paz y unión”.

Alfonsín estaba allí, no había duda, estaba nuevamente en su Lalín, en éste y en aquél y se hizo sentir en esas palabras que pusieron la cuota mayor de emoción, las de un testigo de aquellos tiempos, que lleva en su memoria el recuerdo de los hechos y de los sentimientos.

Hoy la ciudad de Lalín, capital de la comarca del Deza, lo recuerda con una placa que se colocara en el año de su visita a poco de asumir también con un parque , recientemente inaugurado, que lleva el nombre de Chascomús.
Lalín en Buenos Aires, es decir el Centro Lalín, Agolada y Silleda lo recuerda con sus palabras talladas en mármol, para que no se nos olvide la lucha por la dignidad y la libertad que encarnó y por la que bregó.

Fuimos el lugar que le abrió las puertas, corajudamente, como él mismo expresó, con el mismo coraje con que puso en marcha su accionar, inolvidablemente testimoniado en el Juicio más importante que se haya llevado a cabo en los anales de la democracia y que, casualmente en estos días recuerda, con laureles, la película “1985”.
Celia Otero Ledo