martes, 23 de abril de 2024

Escocia en la Encrucijada

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Escocia en la Encrucijada

 

En Escocia el sentimiento europeísta es más fuerte que en cualquiera de las tres naciones históricas que componen el Reino Unido. No en vano el 62% de la población votó a favor de la permanencia en la Unión Europea en el referéndum del 2016. El movimiento europeísta en Escocia se concentra en torno a la campaña “Scotland for Europe” (Escocia para Europa) promovida por The European Movement in Scotland (Movimiento Europeo en Escocia), una coalición que se define como apartidista e independiente y que agrupa a representantes de la sociedad civil, el sector económico y financiero, así como políticos y representantes de los principales movimientos sociales en Escocia.

A diferencia de Inglaterra, en Escocia el sentimiento de permanencia en la Unión Europea se fundamenta en el Parlamento y las instituciones, y las iniciativas y campañas de permanencia en la EU surgen desde los partidos políticos con representación en el Parlamento escocés (incluidos los conservadores escoces) hacia la ciudadanía.  Como ejemplo de esta diferencia notoria, en los meses previos al referéndum de Junio del 2016, todos los grupos parlamentarios se unieron a un comunicado conjunto apoyando la permanencia en la UE y solicitando el voto del ´Sí´. También a diferencia de Inglaterra, el Partido Conservador Escocés se declara mayoritariamente pro europeo y a favor de la permanencia del Reino Unido en la Unión Aduanera.

El Brexit ha puesto en evidencia las diferencias abismales entre el conservadurismo escocés (los llamados ´scottish tories´) y el gobierno conservador liderado por Borish Johnson. En la última década y bajo el liderazgo de Ruth Davidson, el Partido Conservador Escocés se perfila como un partido de centro-derecha, moderado y liberal, decididamente pro-EU y que apoya causas progresistas como la legalización del matrimonio gay.  Ruth Davidson es una política muy valorada en Escocia donde la prensa suele describirla como una líder carismática y capaz, némesis del SNP, el Partido Nacionalista Escocés, y capaz de unir el voto “unionista”, esto es, el voto de quienes se oponen a la independencia en Escocia y a un segundo referéndum de independencia. Porque en Escocia, lo que de verdad polariza y divide a la sociedad no es la permanencia en la UE sino la permanencia o no en el Reino Unido, y si el precio a pagar por esta última “permanencia” es sufrir las consecuencias económicas y financieras de un Brexit duro.  Ruth Davidson dimitió como líder del Partido Conservador Escocés en Agosto del 2019, y aunque su comunicado oficial expresaba su deseo de pasar más tiempo con su familia, eran evidentes las desavenencias de Davidson con Boris Johson y la directiva actual de los “tories” británicos. 

El caso de Ruth Davidson representa el dilema al que se enfrentan muchos de los candidatos conservadores en Escocia: cómo convencer a un electorado que se siente profundamente británico, pero también profundamente europeo, de que el acuerdo de ´Brexit duro´ que propugna Boris Johnson, y que dejaría a Escocia fuera de la unión aduanera, pero dentro a Irlanda del Norte, es la mejor solución para los intereses de Escocia?

Es por estas incongruencias que encuestas como la de Ipsos Mori, compañía líder en encuestas electorales en el Reino Unido, prevén una caída del voto conservador en Escocia y un incremento del llamado “voto táctico”, esto es, votar al candidato “pro-permanencia” que más posibilidades tenga de ser elegido en la demarcación electoral (de hecho, Ipsos Mori predice que el voto táctico será de un 13% en Escocia).

The European Movement, y los otros grupos e iniciativas pro Unión Europea piden también este voto táctico que se repartirá entre los siguientes partidos políticos:

  • Los Verdes (Scottish Greens), partidarios de parar el Brexit y de la independencia de Escocia.
  • El Partido Nacionalista Escocés (SNP por sus siglas en inglés), el partido más votado en Escocia y con una predicción de voto del 44% de acuerdo a Ipsos Mori. Huelga decir que, además de oponerse al Brexit, el SNP lidera el movimiento independentista escocés.
  • El Partido Laborista Escocés (Scottish Labour), unionista y cuyo líder, Richard Leonard hace malabares para solicitar el voto táctico frente a la ambigüedad de Jeremy Corbyn, quien no termina de oponerse al Brexit.
  • Los Liberal Demócratas (Scottish LibDems), partido que defiende sin ambages tanto la retirada del Artículo 50 como la permanencia de Escocia en el Reino Unido y que, pesa a ser la cuarta fuerza política en Escocia, puede desempeñar un papel importante en estas elecciones.

En Escocia es difícil pedir el voto táctico y votar por el candidato pro UE más probable de ser elegido porque a la tradicional división del voto por clase social ha de sumársele la percepción de identidad nacional, que es una elección puramente emotiva: un escocés puede sentirse escocés, británico y europeo, identidades no necesariamente excluyentes, pero dependiendo de la prioridad con que sienta cada una de sus identidades no puede pedírsele que vote de forma táctica para parar el Brexit: un escocés que se considere británico, por ejemplo, nunca podría votar por un candidato/a independentista y recíprocamente, un escocés que crea en la independencia de Escocia no podría votar por un candidato unionista “labour´” o “libdem”.

Finalmente,  aunque se consiguiera una mayoría de candidatos “remain”, arrebatando los 13 escaños del Partido Conservador Escocés, Escocia solo puede enviar al Parlamento de Westmister unos 59 diputados, número que no podría hacer mucha diferencia si los Tories Británicos logran una mayoría de 356 escaños, como predice el Centro de Elecciones de YouGov (en el Reino Unido sólo se necesitan 326 escaños para obtener mayoría y formar gobierno).

El destino de esta pequeño gran país de casi seis millones de habitantes que es Escocia parece estar inexorablemente unido al destino de un Reino Unido en caída libre y a la deriva, en donde muchos líderes políticos escoceses tanto conservadores como laboristas, se muestran disidentes y críticos con las directivas nacionales de sus partidos y el abismo sin retorno al que están llevando la preciosa “Unión” de naciones. 

Quien sabe si el Brexit y la falta de visión de los políticos británicos no se conviertan en impulsores involuntarios de la independencia de Escocia.