Misa Rociera del Centro Cultural Andalucía en la parroquia San Ignacio de Loyola
En vísperas del Día de la Hispanidad y de la Virgen del Pilar, se realizó la primera Misa Rociera en la ciudad de Buenos Aires cantada por el coro “Luna y Candela” dirigido por María Cecilia Narvarte y acompañados a la guitarra por Fernando Herrera. Todas las anteriores, durante los 19 años, se realizaron en el municipio de Tres de Febrero, provincia de Buenos Aires.
El oficiante de la misa fue el sacerdote Francisco Baigorria, párroco de la iglesia.
El coro dio la bienvenida a los presentes cantando “Qué alegría”, sentimiento que perduró durante toda la ceremonia cuando se cantaban las canciones hasta el fin de la misa cuando el grupo de baile del Centro Andalucía “Luna Rociera”, dirigido por Yanina Martínez, bailaron por sevillanas en el templo y luego a la salida a las puertas del mismo.
Una misa sentida y con la pasión y adoración que transmiten los devotos de la Virgen del Rocío en Buenos Aires y en un ambiente histórico tan importante para el país como la parroquia San Ignacio de Loyola.
La actual Iglesia de San Ignacio de Loyola fue construida por la Compañía de Jesús entre 1710 y 1722.
Los padres de la Compañía de Jesús llegaron a Buenos Aires en 1608, y se instalaron en el terreno la actual Plaza de Mayo. Se mudan en 1661 a la luego llamada Manzana de las Luces, donde permanecerán de manera definitiva hasta su expulsión en 1767.
La fachada corresponde a varios períodos. Su cuerpo central y la torre sur datarían de finales del siglo XVII, por lo que se la considera la construcción más antigua de Buenos Aires. Fue edificada con cal y ladrillos cocidos en su propio horno, en la misma manzana. Se desconoce su autor, pero su barroco germano evidencia el origen.
La torre sur, a la izquierda, tiene ventanas y se sabe que tuvo reloj, antes aún que el edificio del Cabildo.
La torre norte, construida hacia la década de 1850 anexó, a fines del siglo XIX, el antiguo reloj inglés del Cabildo de la ciudad, trasladado al templo al derribarse parte de la estructura del edificio capitular, producto de las múltiples mutilaciones sufridas al abrir avenidas en sus laterales.
Ambas torres conservan sus campanas, en total son cinco: la más antigua data de 1766.
Sus paredes blancas resaltan el colorido de los retablos. De los catorce existentes, se conservan siete del período jesuítico; el retablo Mayor, la Dolorosa, la Virgen de las Nieves -ubicados en el crucero- y los de San Judas Tadeo, Santa Teresa de Jesús, San Luis Gonzaga -hoy con una imagen de la Inmaculada Concepción- y San Juan Nepomuceno.
En uno de los laterales del templo se conserva una de las cuatro galerías que conformaban el claustro del Colegio Grande de San Ignacio, actual Colegio Nacional de Buenos Aires.
Este colegio, de lo que hoy llamamos enseñanza media, nació en 1617 en los terrenos que ocuparon los jesuitas en la actual plaza de mayo y en este sentido, fue el primero en la Buenos Aires colonial. Fue el “Colegio de la Patria” ya que seis de los nueve miembros del gobierno conformado en mayo de 1810 fueron sus alumnos: Belgrano, Castelli, Moreno, Saavedra, Paso y Alberti.
Más tarde, producto de la invasión inglesa de 1806, fue cuartel del regimiento de los Patricios y fueron sus jefes dos de los alumnos que pasaron por las aulas del Colegio: Cornelio Saavedra y Manuel Belgrano.
Los túneles que hoy pueden visitarse debajo de la Iglesia de San Ignacio, datan del período en que los jesuitas, grandes arquitectos e ingenieros, autores de los edificios que se conservan en esta esquina, colaboraron también en otras obras del período, tanto eclesiásticas como civiles.
Bajo San Ignacio, se pueden recorrer más de 30 metros, que atraviesan parte del antiguo claustro del colegio, y la iglesia a la altura del transepto.
Consolidados a partir del 2007 como parte del plan maestro encarado para recuperar, restaurar y poner en valor todo el conjunto edilicio, hoy son parte de las visitas guiadas que se pueden realizar.
Entre algunos de los sucesos históricos en los que San Ignacio de Loyola fue testigo de su tiempo, podemos mencionar que en 1816 y 1820 en la Iglesia se celebraron sendos Cabildos Abiertos; el 12 de agosto de 1821 se fundó la Universidad de Buenos Aires y su acto fundacional se realizó en el templo; el 16 de marzo de 1830, la Iglesia de San Ignacio de Loyola, es erigida parroquia y en 1942 declarada Monumento Histórico Nacional.