jueves, 25 de abril de 2024

Balas y secuestros, el día a día de los emigrantes españoles en México

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Archivo. Dispositivo de emergencias en México por el asesinato de Alberto Fornos, en marzo de 2020.

Patricia Casteleiro - La Región

“No hay día en el que no haya un tiroteo o alguien muera asesinado”, dice Eduardo Dizy, presidente del CGCEE, el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior. Lleva 43 años viviendo el país centroamericano y señala que tras la pandemia vio como la violencia se incrementaba en la zona sur del país. 

Los emigrantes que llegan desde Galicia -o España- son un blanco común para los que se dedican a cometer el crimen, generalmente por temas económicos. “La exposición es diaria, el panorama es desalentador, pero es la consecuencia de no tener un estado de derecho”, indica Dizy. “Seguimos aquí pese al panorama porque nos hemos arraigado, una vez que formas una familia  es muy complicado volver sin dejar a nadie atrás”, aunque apunta que “más incomprensible es que hay quien vienen ahora para quedarse”.

“La inseguridad está siempre presente, hasta dentro de las propias plantillas laborales, pero hemos aprendido a vivir con ella”, relata Jaro Paz, un ourensano que lleva viviendo en Guadalajara (México) desde 1961. 

Paz, al igual que el joven asesinado, es de Avión. Cuenta que desde que llegó fue víctima de numerosos asaltos: “Varias veces he sido noqueado”, reconoce. También bromea: “Nosotros a eso ya le llamamos gajes del oficio”.

Eduardo Dizy web

Eduardo Dizy, presidente del CGCEE, el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior

“Los que estamos aquí sabemos lo que hay. Cuando vinimos, México nos recibió de forma hospitalaria y aunque continúa siéndolo, también somos víctimas de la envidia y el crimen”, explica el ourensano. En su caso, igual que en el de la mayoría de emigrantes, se trasladaron por trabajo. “Tenía unos tíos que habían venido. Llegué para trabajar y se acabó mundando toda mi familia. Mis hijos nacieron aquí y se casaron con hijas de otros gallegos”, relata Jaro Paz. Y es que pese a llevar 61 años en el país centroamericano, “los gallegos somos como judíos, una comunidad muy cerrada. Nos seguimos reuniendo en centros para celebrar nuestro folclore”, explica. 

También existe el caso contrario, el de los mexicanos que vinieron a Ourense. Francisco V., de 28 años,  lleva cinco años residiendo en O Carballiño, a donde llegó por motivos familiares. Observa que, aunque es cierto que la comunidad de emigrantes suele ser blanco de secuestros y asesinatos, “no es por su condición de extranjeros sino por motivos económicos”, señala y apunta que “cuando vivía allí sabía que estaba en un país peligroso, pero desde fuera todo parece más exagerado”.

28 OURENSANOS ASESINADOS  EN LA DIÁSPORA
El de Hugo Carvajal Cota, el menor con raíces en Avión que fue asesinado de un tiro en la cabeza, no es un caso aislado. En los últimos 15 años, desde 2007 a 2022, fueron asesinados un total de 28 ourensanos en la diáspora. La mayoría murieron al recibir disparos. Los casos destacan en México y Venezuela, pero también hubo en Panamá, Colombia y Argentina. 
El caso previo al de este menor fue en marzo de 2020. Alberto Fornos, un empresario de Beariz, recibió un tiro a la salida de un hotel. Antes, en 2018, Daniel Balboa  fue hallado muerto en Guadalajara. Desde el principio se barajó que había sido blanco de asesinato por temas laborales. El fallecido tenía varios negocios en diferentes países de latinoamérica. Solo tres meses antes, otro ourensano recibía un disparo en la sien. Se trata del también oriundo de Beariz, Manuel Teixeira, de 62 años, un hostelero que ya estaba en vías de retorno. Lo hallaron muerto (del disparo) en el maletero de su coche, que estaba matriculado en Jalisco. La policía mexicana investigó el suceso, pero nunca se llegó a efectuar ninguna detención. Según el regidor de Avión, Antonio Montero, “estos casos son casi siempre atracos que salen mal”.