Los ciudadanos extranjeros residentes en Alemania aportan más a las arcas públicas de este país que el coste que suponen para el sistema social, según un informe realizado por el Centro de Investigaciones Económicas Europeas (ZEW) por encargo de la Fundación Bertelsmann. De acuerdo con esos datos, correspondientes a 2012, los 6,6 millones de ciudadanos no alemanes contribuyeron con un superávit total de 22.000 millones de euros.
Como media, cada uno de ellos pagó 3.300 euros más en impuestos o cuotas a los seguros obligatorios de jubilación, sanidad pública o desempleo de lo que percibió en prestaciones.
Se estima que un contribuyente extranjero aporta un 67 % más de lo que percibe en prestaciones, mientras que entre sus conciudadanos alemanes el porcentaje se sitúa en el 60 %.
Estas cifras contrastan con la percepción ciudadana de los costes que acarrean los extranjeros, ya que dos tercios de los alemanes están convencidos de que la inmigración lastra al sistema social del país, según un estudio de la Fundación Bertelsmann.
El informe apunta, asimismo, a que el desfase a favor de las arcas públicas es mayor cuanto más alta es la cualificación académica o profesional del extranjero, ya que cuanto más elevado es el nivel de ingresos, mayor es la contribución al sistema social.