miércoles, 24 de abril de 2024

David Casarejos: Más de una década de voto rogado… momento de contar con la emigración

David Casarejos Moya es 
presidente de la Comisión de Derechos Civiles y Participación en el CGCEE y presidente del Consejo de Residentes de Manchester (CREeCUK)
David Casarejos es consejero por Reino Unido en el CGCEE y presidente del Consejo de Residentes Españoles en el norte de Reino Unido

Mas de una década de voto rogado…momento de contar con la emigración

El día de reyes magos para la emigración parece que va a caer en el mes de mayo de 2022.

Al menos dos de los problemas de la tercera provincia de España, la exterior, podrían estar en vía de la solución final, pero no definitiva seguramente y esos son el voto rogado y la nacionalidad española que muchos descendientes de emigrantes vienen solicitando que se rectifique desde hace mucho tiempo. 

Por fin se va acercando el momento de corregir los errores que impedían el fácil acceso al voto de más de 2 millones setecientos mil españoles en el exterior y que lleva en vigor desde el 2011.

A partir de la entrada en vigor de este cambio en la primera toma de contacto en las elecciones generales de noviembre del 2011 solo participaron un 4,95 % de los posibles votantes, 6 veces menos que los votos registrados en las elecciones generales previas, del 2008, cuando votaron un 31,74 % de los censados.

Las razones por las que no se vota son las dificultades para solicitar el voto, el que las papeletas te lleguen a tiempo a tu casa, o en algunos casos los retrasos en la llegada de los votos a los consulados generales de los 5 continentes.

Hay continentes en los que es muy difícil lograr ejercer el derecho sagrado de votar, por mucho que lo intentes, y esto evidentemente tiene su efecto en los resultados de las elecciones.

El problema añadido es que esta falta de poder elegir implica que los partidos también se sienten mucho mas lejanos de los emigrantes, no habiendo gran beneficio en lograr una parte de ese 5% de los votos actuales…si llegamos de nuevo al 30% de participación en la votación del exterior, quizás se vieran forzados a tenernos en cuenta.

Sánchez y Núñez Feijoó se han reunido para discutir la necesidad de acabar con el voto rogado y leemos en la prensa que varios partidos ofrecen por ejemplo que los emigrantes podamos descargarnos las papeletas para votar. 

Parece que vamos en el sentido correcto, pero no creo que la solución sea ni perfecta ni definitiva, y tendremos que seguir ofreciendo nuestra visión desde el exterior para lograr que todo el que quiera votar pueda hacerlo en el futuro, ya estén en Sucre, Canberra, o Segovia.

Si mayo, aparte del voto rogado, nos trajera la votación de la Ley de Memoria Democrática que solucione el aspecto de la nacionalidad de muchos compatriotas, ya seria miel sobre hojuelas.

Esta Ley lleva meses esperando fecha para llevarse al Congreso de los Diputados y solo falta la voluntad política y compromiso para intentar sacar adelante una ley por la que llevan esperando lustros algunos de nuestros compatriotas.

Hace 15 años de la Ley de Memoria Democrática que se olvidó, por ejemplo, de otorgar la nacionalidad a los hermanos y hermanas mayores de edad en 2007, y hay familias en las que los hermanos pequeños son españoles y los mayores no.

Al igual que con el voto rogado, parece que esta ley no es la definitiva, y no es solución permanente, ya que abrirá un plazo de 3 años para cualquier trámite, pero deja fuera de la discusión el tema de aplicar el Ius Sanguinis de la manera que hacen algunos países en nuestro entorno…

En Italia el reconocimiento de la posesión de la ciudadanía italiana a los descendientes extranjeros de antepasados ​​italianos se hace con una simple solicitud formal a las autoridades italianas, pero lo más importante es que esta transmisión se hace sin limitación de generación, con la condición de que ninguno de los antepasados ​​en el linaje haya renunciado a la ciudadanía. 

Esta manera de aplicar la legislación acabaría con la necesidad cíclica de sacar nuevas leyes como la Ley de Memoria Histórica (2007) o la Ley de Memoria Democrática (esperamos se apruebe pronto) que corrigen temporalmente algunos errores, obviando siempre otros.

La guinda del pastel es la convocatoria en el mes de junio del primer pleno del VIII Mandato del gran desconocido Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE).

El pasado lunes, sin luz ni taquígrafos, nos reunimos la mayoría de los 43 nuevos representantes de la diáspora con el secretario de Estado de Migraciones, Jesús Javier Perea, el director general de Migraciones, Santiago Yerga, y el subdirector general de la Ciudadanía Española en el Exterior y Políticas de Retorno, José Julio Rodríguez.

Hubo un ambiente receptivo a las nuevas ideas, a un cambio a un reglamento obsoleto, e incluso a una manera diferente de elegir a la presidencia de esta institución y que haga que al menos parezca esta institución algo “más” democrática de lo que era hasta ahora.

El empezar a modernizar procedimientos o mejorar las webs que nos representan también se discutieron y esta primera reunión telemática con todos los consejeros abren la puerta a que haya una relación más continuada y un trabajo mas constante tanto por los representantes elegidos como por el ministerio y el equipo que apoya al CGCEE.

Otra señal muy importante es la de invitar a las consejeras generales que han llegado en gran número al CGCEE a que se postulen a la presidencia de este organismo. 

Nunca antes una mujer ha presidido el CGCEE a pesar de haber contado con la presencia de muchas mujeres bastante más capacitadas para el cargo que algunos de los presidentes que se han sucedido en este puesto. La paridad no se logra rellenando asientos solo, sino facilitando e invitando abiertamente a que nuestras compañeras den el paso y se postulen a presidir el órgano que representa una emigración que es en su mayoría femenina.

En el momento en que una comunidad autónoma de la que soy originario, Castilla y León, elige un gobierno reaccionario y misógino, sería un buen momento demostrar que desde la emigración se empuja a progresar como sociedad y podemos, poco a poco, y a través de la recuperación del voto, ayudar a lograr una España mejor.