jueves, 28 de marzo de 2024

El turismo vuelve tímido a Mallorca: "Se nota un poco de movimiento"

-FOTODELDÍA- PALMA DE MALLORCA, 25/06/2020.- Los reyes durante un paseo por el Paseo Marítimo de El Arenal, en Palma, este jueves, durante la segunda etapa de su gira autonómica. EFE/Ballesteros
Los reyes durante un paseo por el Paseo Marítimo de El Arenal, en Palma. EFE/Ballesteros
En la terminal de llegadas del aeropuerto de Palma todas las puertas, menos una, están cerradas. Enfrente de ese único acceso, por el que salen los viajeros pero no entra nadie, un puñado de chóferes espera cartel en mano. Uno, feliz porque ha salido hoy del ERTE, el otro quejoso porque muchos de sus clientes no se han montado en el avión.

El tercer aeropuerto de España va recobrando poco a poco la normalidad, pero la que presenta este 1 de julio está muy lejos de la habitual: pocos coches, pocos autobuses y algunos extranjeros, muchos de ellos con segunda residencia en la isla.

Otros, explica a Efe un chófer, se han quedado en su país en tierra por miedo al virus: "Esta mañana de un vuelo de Glasgow de más de 200 pasajeros han llegado solo treinta y pico". Son turistas, en muchos casos, que ya tenían un paquete reservado y han decidido no volar.

Frente a la puerta de llegadas, Pau Vallbona, un responsable de Yébenes Tour, pone números a la remontada. "Uno, simplemente uno", dice sobre los vehículos que su pequeña empresa, dedicada al transporte de viajeros, tiene ahora funcionando.

Los otros nueve se quedan por ahora aparcados. "No hay para más. Estamos como quien dice viviendo de las sobras de alguna empresa más grande".

Pero Pau sí ve diferencias de ayer a hoy. "Hoy sí se nota un poco más de movimiento, sobre todo en el párking de autocares. Ayer era un día como el 3 de enero, que no hay apenas afluencia de nada".

Y es que en tan solo 24 horas, coincidiendo con el nuevo mes y con la apertura de fronteras fuera de Europa, el aeropuerto palmesano ha pasado de 85 a 210 vuelos, 107 de ellos llegadas, 74 internacionales y 33 nacionales.

Vuelos de terceros países como el que ha cogido Johannes y su familia desde Alemania o el de Chrystal desde Bélgica. Ambos tienen casa en la isla y eso, recalcan, les da la tranquilidad del espacio propio ante el virus.

"Normalmente pasamos dos semanas aquí y dos semanas en Bélgica", dice Chrystal, que no tiene miedo a la pandemia y viene dispuesta a protegerse bien y "proteger a otros", manteniendo las distancias. "Tengo más miedo de los turistas que de la gente de Mallorca", añade recordando los pocos casos registrados en la isla.

"Nos encanta Mallorca y tenemos la oportunidad de venir, así que decidimos hacerlo", explica Johannes con las maletas aún en la mano al lado de su mujer y sus tres hijas. "Nos mantendremos alejados del turismo de masas y estaremos bien".

A unos metros de ellos, Óscar, junto a su taxi, reconoce que lo ha pasado "muy mal" en el confinamiento, cuando solo tuvieron viajes de enfermos que llegaban de Ibiza o Menorca para ir al hospital. "Ahora empezamos un poquito, pero muy poquito".

"A partir del 21 (cuando se permitieron los vuelos de Europa) se notó un poco", admite este taxista, que ha llevado en su coche a "muchísimos" turistas extranjeros que tienen casas en Mallorca y "en menor porcentaje" a los que van a hoteles.

A unos kilómetros del aeropuerto, en la Playa de Palma, el paisaje es de calma inusual. Por el paseo marítimo apenas pasan coches y en la playa, un enorme arenal normalmente repleto de sombrillas y hamacas, solo hay algunos locales y extranjeros desperdigados por la orilla.

Los establecimientos abiertos son la excepción y el Mega Park, el "templo" de la cerveza de los alemanes, mantiene también sus puertas cerradas. Pero a cincuenta metros de la discoteca con forma de iglesia, Juan, camarero de uno de los pocos restaurantes funcionando, es optimista.

"Cada día estamos trabajando un poco más. Hay mucho nativo, gente de la isla, y los fines de semana muchos españoles, pero cada vez vemos que vienen más turistas", afirma a Efe.

Después del parón y de recordar otros 1 de julio ("antes estaba todo lleno, todo lleno"), Juan se conforma con lo justo. "Con que abra el 40 o 50 por ciento que dicen que va a estar abierto en la Playa de Palma yo creo que, en comparación de donde venimos, está bien".