jueves, 28 de marzo de 2024

¿A votar...? ¿Cómo...? ¿Y por qué...?

Apenas empezó el año y ya estamos “cargaítos” de citas electorales, que de momento son 3, por lo que, si no llevábamos ya suficientes “tazas” de “campaña”, en 2015 llevaremos, seguro, otras 3 tazas y posiblemente una 4ª. O quizás una 5ª, si a Susana Díaz, la presidenta de Andalucía, le da por convocar también elecciones en 2015.

En 40 años de democracia no se ha dado tal “atasco” electoral, con una cita para municipales, que serán el 24 de mayo, otra, el mismo día, en Asturias, Cantabria, Navarra, Castilla-León, La Rioja, Comunidad Valenciana, Madrid, Castilla-La Mancha, Murcia, Canarias, Baleares, Aragón y Extremadura, y en Ceuta y Melilla. También habrá elecciones a Juntas Generales en el País Vasco, a Cabildos canarios, a Consejos de Baleares, al Consejo General de Arán y a los concejos de Navarra, más otra posible cita para las generales, (si bien podrían ser en enero de 2016...), y la reciententemente convocada cita catalana, para el 27 de septiembre de 2015.

¡Fantástico! ¡Viva la democracia y viva su máxima expresión: el voto! ¿El voto? ¿El voto de quiénes? De todos los españoles desde luego que no. Porque todos los españoles, lo diga quien lo diga, no son todos iguales ante la Ley. Al menos no lo son ante la Ley electoral. ¿Y porqué la LOREG ha ultrajado los derechos de los emigrantes? Porque en un nefasto día, de las pocas veces que PP y PSOE estuvieron de acuerdo, así lo decidieron ambos. ¿Y porqué se mantiene ésta situación? Pues porqué, una vez que el PSOE ha asumido, por activa y por pasiva, su error, el PP da largas, pierde tiempo y no parece tener voluntad política para cambiar la Ley.

¿Queda tiempo para hacerlo antes de las próximas convocatorias electorales? Sí, por supuesto. La fase para las alegaciones finaliza el 3 de febrero, y de la misma forma que el PP se ha dado prisa para cambiar otras Leyes, puede dársela ahora para cambiar la LOREG, y que ése cambio esté vigente en los próximos procesos electorales. Y es que los datos son descorazonadores, dado que en las elecciones de 2008 votó el 32% del CERA, y en la última cita, la del 2011, con el ‘atropello’ del voto rogado, apenas votó el 5%...

¿Quién le tiene miedo al voto emigrante, y porqué? ¿Hay algo mejor para la “marca” España que los miles y miles de españoles, casi 2 millones, que viven en el exterior? Si a lo que se le tiene miedo es a un voto de castigo, el castigo será mucho peor cuanto más se tarde en devolverle a los emigrantes sus derechos, porque es cierto que los emigrantes tienen un gran corazón, español por los 4 costados, pero no es menos cierto que también tienen muy buena memoria....