miércoles, 24 de abril de 2024

MEDIO SIGLO DE PERIODISMO

Un jesuita español deja medio siglo de radio valiente y solidaria en Bolivia

Eduardo-Perez-iribarne

El jesuita español Eduardo Pérez Iribarne deja los micrófonos tras medio siglo de periodismo comprometido en Bolivia, ejemplo de crítica al poder y de solidaridad con los necesitados a través de una voz que ha marcado una época en el país.

Pérez Iribarne, considerado por muchos uno de los periodistas más importantes de la historia de la radio y televisión en Bolivia, deja su labor informativa después de 49 años, la mayoría de ellos consagrados a la dirección de Fides, una de las radioemisoras más importantes de Bolivia.

El religioso catalán de 73 años encarna el perfil del periodista hiperinformado, agudo, polifacético y crítico con el poder político.

Pérez aseguró esta semana, en una entrevista en el canal de televisión de Fides del que es director, que se va porque siente que el periodismo lo ha "envejecido" y le "cansó comentar sobre tanto delincuente junto", además de que es momento de "hacer otra cosa".

Un retiro que dedicará a colaborar en tareas educativas en un colegio jesuita de La Paz, aunque también se cree que continuará apoyando administrativamente en Fides.

Llegó a Bolivia en 1967 cuando tenía 24 años, aunque había pedido a sus superiores de la Compañía de Jesús ir a India, pero le dieron la posibilidad de que su destino fuera África o América del Sur y eligió la aventura americana.

Inició su trabajo en una radio con nombre papal, Pío X de Oruro (oeste), y luego fue parte de Fides, radio de la Compañía de Jesús, cuando su director era el español José Gramunt de Moragas.

El jesuita vivió uno de los episodios más difíciles durante el Gobierno dictatorial de Luis García Meza (1980-1981), cuando un grupo de paramilitares allanó la radio con intención de matarlo después de que sus palabras en las ondas hirieran sensibilidades.

Sus compañeros no delataron dónde estaba y logró salir, pero al exilio

A su regreso al país en 1986 asumió la dirección de Fides, para darle un nuevo impulso y una nueva identidad.

El protagonista de esta historia es reacio a contarla con su propia voz, pero su legado pervive a través de quienes aprendieron a su lado.

El periodista Nicolás Sanabria, que trabajó con Pérez durante treinta años, dijo a Efe que el jesuita impuso un carácter "de cuestionamiento tanto a los políticos y al trabajo mismo del periodismo", por lo que incluso gobiernos de la democracia le hicieron un minucioso seguimiento.

Sanabria sostuvo que gracias a Pérez, Fides llegó a tener 29 emisoras a nivel nacional, todas con "autonomía propia, con pensamiento propio y con matices regionales", un "aporte trascendental a la comunicación" boliviana.

Fides bajo la dirección de Pérez pasó de ser una radio clerical que escuchaban segmentos sociales medio-altos a ser un instrumento de comunicación masivo, popular, dinámico y de reivindicación del rol de la opinión pública.

"No conozco a muchos periodistas con la valentía con la que Eduardo Pérez planteaba los problemas", sostuvo el comunicador.

La periodista Felipa Peña, que trabajó junto a Pérez 18 años, manifestó a Efe que el religioso tuvo la virtud de incorporar "los idiomas nativos de Bolivia como el aimara y quechua" en reportes informativos que eran parte de La Hora del País, el noticiero nacional de la radio.

La labor del jesuita al frente de Fides hizo que el proyecto comunicativo también impulsara la labor social.

Durante 25 años desarrolló cada fin de año la campaña de regalos "Por la sonrisa de un niño", que en su mejor momento recaudó fondos populares para entregar unos 60.000 regalos de Navidad a niños de bajos recursos en La Paz, El Alto y Viacha.

Una campaña que buscaba crear conciencia sobre la situación de pobreza de muchos menores en el país.

El historiador, también periodista y expresidente boliviano (2003-2005), Carlos Mesa, en su libro "Historia de Bolivia", dedica unas líneas a la influencia de Pérez en el periodismo de boliviano.

Lo considera como uno de los personajes que hizo de la radio un "fenómeno nacional" e influyó para que el periodista en la radio y la televisión adquiera un rol de espectacularidad. EFE. Gabriel Romano